Los servicios de inteligencia alemanes (BND) hicieron, al parecer por primera vez en toda su historia, un análisis que la izquierda [el autor se refiere a las fuerzas políticas de izquierda en Alemania, nota de la redacción] no podrá rechazar como una legitimación o una recomendación dirigida al gobierno federal para que actúe a favor de mantener o de extender el predominio de los países industrializados desarrollados.

Aunque no se ha observado hasta ahora ninguna divergencia en el seno del aparato gubernamental, la Deutsche Gesellschaft für Auswärtige Politik ha tenido en todo caso la amabilidad de permitirnos, a través de su publicación internacional Internationale Politik (IP), echar un vistazo al estudio confidencial del BND [1].
La izquierda alemana y europea tendrá que acostumbrarse al concepto de «geopolítica» porque no fue el BND quien lo inventó. [2].

Sin ese concepto no es posible entender ni la historia de Europa, desde la estrategia del «equilibrio de poderes» que le sirvió al Imperio británico para mantener a Europa a raya, ni la Guerra Fría, ni los acontecimientos posteriores a 1989 [caida del muro de Berlín y del comunismo], dos factores en los que tuvo gran influencia el alumno del geopolítico Halford Mackinder [3], Zbigniew Brzezinsky [4], principal consejero del presidente Obama.

Abordemos el estudio del BND con la esperanza de que Andreas Rinke, autor de la IP, haya resumido correctamente la hipótesis fundamental de los redactores de dicho estudio.
El BND toma como punto de partido de sus reflexiones –que nos conducen a 3 posibles escenarios: la crisis financiera y económica mundial y las recetas que Estados Unidos, China y Rusia han implementado para enfrentarla.

La economía estadounidense es frágil

Es cierto que el BND señala, con toda justicia, que las consecuencias del gigantesco mecanismo de bola de nieve organizado por la oligarquía financiera anglosajona –sistema que se derrumbó– tendrán un impacto sobre la correlación de fuerzas a nivel mundial. Pero deja entrever que los escenarios –eficaces o no– resultantes de las diferentes medidas anticrisis tienen una influencia decisiva sobre algo que viene perfilándose desde hace años: el fin definitivo del «siglo americano», cuyas bases se establecieron, a partir de los War and Peace Studies [5], en 1944, en Bretton Woods [6] con sus instituciones y con el dólar como moneda de referencia. Pero esto es, aparentemente, confundir deseos con realidades.

Cierto es que la economía estadounidense es todavía la más importante del mundo, pero no es menos cierto que ha perdido su base industrial favoreciendo la creación de valores en el ámbito financiero.
Esto ha sido posible porque el sistema mundial está basado en el dólar, lo cual ha permitido a Estados Unidos acumular una deuda cada vez más elevada con el resto del mundo, deslocalizar su producción en el extranjero y estimular un consumo basado en el endeudamiento.
A fines del año 2008, la deuda estadounidense representaba el 70% del producto interno bruto [7].

El atlantismo...

Según Rinke, el estudio del BND se abstiene de indicarle al gobierno cómo reaccionar ante los cambios en la correlación mundial de fuerzas. Lo anterior constituye ciertamente un defecto ya que es de temer que los grupos de prospectiva de la Cancillería federal [de Alemania] y del ministerio de Relaciones Exteriores [de Alemania] limiten sus perspectivas a los 4 años de mandato cuando los cambios que se están gestando tienen que ver con un periodo mucho más largo.
Sin embargo, las políticas de Alemania y de Europa tienen que adaptarse a ese proceso que los especialistas vienen abordando desde hace al menos 10 años. Mencionemos esencialmente a Chalmers Johnson [8], James Cumes [9], Andre Gunder Frank [10] y Kishore Mahbubani [11].

Lo que un público cada vez más numeroso va aprendiendo sobre la crisis actual no cae del cielo. Pero la política europea sigue estando determinada por quienes se imaginan que pueden resistirse a las fuerzas económicas de Asia y de América Latina.
Prueba de ello es el intento de instauración de una zona transatlántica de libre comercio [12], proyecto al que se dedica principalmente Elmar Brok, eurodiputado por la CDU.

...no tiene en cuenta las realidades

La historia militar nos enseña que todas las estrategias de defensa –desde la Gran Muralla china hasta la línea Sigfried de Hitler, pasando por la línea Maginot– fracasaron tarde o temprano. Esos ejemplos históricos palidecen cuando se comparan con las fuerzas económicas potenciales de que disponen solamente los países del BRIC (Brasil, Rusia, la India y China) [13]. A lo anterior se agrega la vulnerabilidad de Estados Unidos, que se debe a la dependencia de ese país del sistema del dólar que con toda intención ha evolucionado durante los últimos 65 años para contribuir de forma decisiva a las actuales modificaciones de los equilibrios a través del mundo [14].

El reclamo de liderazgo [15] formulado en 1948 en el exclusivo interés de Estados Unidos por el planificador en jefe del ministerio de Relaciones Exteriores George F. Kennan fue puesto en tela de juicio, por vez primera, durante los años 1970 por los países en desarrollo en el marco de CNUCED (ver UNCTAD por sus siglas en inglés) con la iniciativa conocida como «New Inter¬national Economic Order» [16]. Su objetivo era la disolución del sistema de Bretton Woods. El proyecto fracasó en aquel entonces debido a la correlación de fuerzas y la guerra fría. Hoy en día, la situación es totalmente diferente.

Siendo el mayor deudor a nivel mundial, Estados Unidos no puede seguir dictando solo las condiciones de la economía mundial.
Estados Unidos ya no está en condiciones de reducir el enorme déficit de su balanza comercial. Su economía no dispone de un abanico de productos lo suficientemente amplia y la calidad de sus productos no le permite lanzar una ofensiva exportadora.
Tampoco cuenta Estados Unidos con los medios necesarios para recobrar con suficiente rapidez la competitividad que puso en juego de forma deliberada.

La validez de la anterior afirmación se hace más evidente cuando vemos que la mayor parte de los planes de salvamento por miles de millones de dólares están destinados a mantener el sistema de la bola de nieve de los grandes bancos de Wall Street.
En ese contexto, los esfuerzos de los atlantistas alemanes y europeos por impedir, apoyando a Estados Unidos según las condiciones que dicta ese mismo país, un desplazamiento del poder económico y la influencia política hacia Asia parecen, más que dignos de un autista, decididamente suicidas.

Asia y América Latina abandonan el Titanic

En momentos en que China, principal acreedor de Estados Unidos, no parece sentir el menor deseo de agregar al balance de su banco central más obligaciones estadounidense carentes de valor [17] y estudia junto a los Estados del BRIC y otros socios asiáticos diversas alternativas al dólar, Estados Unidos está preparando para los 2 próximos años la emisión de nuevos bonos del Tesoro por un monto de 3 o 4 millones de millones de dólares [18] para financiar su propio déficit presupuestario, que será este año de 1,8 millones de millones de dólares y representará el 13% de su PIB.

Como es previsible que no haya suficientes compradores, la FED tendrá que intervenir y poner en marcha la máquina de hacer billetes. El problema es que ese incremento de la masa monetaria no se corresponde con la producción de bienes. Como consecuencia de ello el resto del mundo confía menos en la sabiduría del equipo gubernamental del presidente Obama que en el dólar.
En efecto, el billete verde sigue siendo considerado un refugio seguro cuando se producen fuertes turbulencias en el mercado de valores.

En Asia y en América Latina comienzan a implementarse otras soluciones para romper con el sistema del dólar. Los 6 Estados de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) [19] y los Estados del BRIC tienen intenciones de concretar sus transacciones utilizando sus propias monedas. Varios acuerdos bilaterales se han firmado ya entre China, Argentina y Brasil, así como entre China y Malasia [20].

Aunque esos acuerdos son por el momento de carácter regional, lo cierto es que eran algo inimaginable antes de la crisis. Hace menos de 5 años, el gobierno estadounidense tenía todavía la capacidad de impedir, presionando a Japón, la conclusión de un acuerdo energético de 20,000 millones de dólares con Irán sobre la base del yen.

Se niega el mundo a seguir a los Estados que se autoproclaman líderes

El mundo exterior a los 950 millones de habitantes de «Occidente» [21] se ha despertado. Y no acepta ya una división duradera de la economía mundial entre ricos y pobres, entre aprovechadores y mendigos, en la que estos últimos tendrían que seguir poniendo sus recursos a la disposición del lujoso estilo de vida de los Estados que se han autoproclamado líderes y a los que habría que seguir obedeciendo.

La nueva seguridad de los 5 800 millones de habitantes de los países emergentes o en vías de desarrollo también se manifesta en África. La Unión Africana, a la que pertenecen 53 países, rechaza la cooperación con la Corte Penal Internacional en el caso la orden de arresto contra el presidente del Sudán del Sur. Más de 40 Estados africanos prefieren colaborar con China porque ese país no les impone las «condiciones» [22] deshonrosas que el FMI impone a la concesión de préstamos y que favorecen al capital financiero occidental.

El hecho de que el Bundeszentrale für politische Bildung organice un debate público en el marco de un ciclo de conferencias sobre titulado «La penetración de China en África: una relación inmoral» [23] demuestra la soberbia del pensamiento capitalista, soberbia que se desarrolló a lo largo de 450 años de opresión colonial y de 250 años de explotación capitalista. La soberbia antecede a la caída, según dice el proverbio. La vida castiga a quien llega demasiado tarde, declaró el último secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Arrogancia hasta el final

Es por ello que, ante la situación de Estados Unidos, es importante preguntarse lo que está pasando en las mentes de los adeptos del atlantismo que han sido, desde 1949, socializados desde su juventud en redes [24] cuyos convergen, en Alemania, hacia la Fundación Bertelsmann et, en Estados Unidos, hacia el Council on Foreign Relations y que ocupan posiciones claves en la política, la economía y la ciencia. ¿Qué les hace pensar que la Unión Europea es capaz, junto a la economía estadounidense en bancarrota, oponerse a la pérdida de predominio de Occidente?

Con un PIB de 14,3 millones de millones de dólares, Estados Unidos acumula una deuda de unos 12 millones de millones de dólares [25]. Nouriel Roubini piensa que el índice de endeudamiento público se multiplicará por 2 de aquí al año 2014 [26]. El número de desempleados crece cada mes en varios cientos de miles.

La tasa de desempleo, si se tiene en cuenta también la cantidad de personas que no cuentan con empleos a tiempo completo y las que han renunciado a la búsqueda de empleo, se sitúa en el entorno del 16,5%. El 50% del presupuesto estadounidense está dedicado al pago del servicio de la deuda. Al final del año fiscal, las deudas representarán el 13% del PIB [27]. El aumento del déficit presupuestario, el elevado costo de los planes destinados al salvamento del sector financiero y el aumento de la deuda pública tendrán un efecto inflacionista y provocarán un alza de las tasas de interés que impedirá una mejora en la demanda familiar.

Según Roubini, el margen de maniobra de las incitaciones coyunturales se restringe cada vez más. Paul Craig Roberts, ministro de Finanzas adjunto durante la presidencia de Ronald Reagan y ex cronista del Wall Street Journal, planteó recientemente, refiriéndose a su país, la siguiente interrogante: «¿Qué economía? Ya no queda nada que mejorar. Por culpa de las deslocalizaciones hacia el extranjero y la ideología del libre comercio, la producción económica americana ya no existe.» [28]

Al referirse a la política económica que han aplicada hasta el momento los gobiernos de Bush y de Obama, Paul Craig Roberts fue implacable:
«Ninguna de las medidas adoptadas es capaz de resolver los verdaderos problemas.» En cuanto a los déficits: «Sólo un modo de financiarlos: imprimiendo moneda.»

Una alianza que costará más guerras y nuevas crisis

En ese estado se encuentra el país al que los Brok [el autor hace referencia a Elmar Brok diputado alemán y atlantista pro EEUU] de la Unión Europea quieren unirse más estrechamente aun para luchar contra los inevitables cambios geoeconómicos y geopolíticos, cambios que sólo podrán frenar, en el mejor de los casos. Pero ese magro resultado tendrá un costo en cambios políticos e implicará riesgos de nuevos conflictos armados en las regiones claves de Eurasia [29].

El sistema del dólar ya no es sostenible a mediano plazo porque los acreedores de Estados Unidos están retirándole poco a poco su confianza y ahora prefieren invertir sus excedentes en sus propios países antes que financiar el consumo estadounidense. Pero no se puede crear una zona de libre comercio sobre una base que se desmorona.
La Unión Europea y Alemania tienen que tener en cuenta esa realidad en vez de aferrarse a un Titanic que se está hundiendo. Sobre ese tema, el BND no ha cumplido su misión.

¿Sigue Europa anestesiada por la «comunidad transatlántica de valores»?

Estados Unidos, que fue hasta ahora el principal beneficiario del sistema económico y financiero basado en el dólar, hará todo lo posible por conservar su posición.
Esa ha ocasionado ya, fuera de Europa, muestras de resistencia que han conducido a la adopción de acuerdos y de medidas de respuesta [30].

China está pidiendo que se cree una moneda mundial de referencia que no esté bajo el control de ningún Estado en particular [31] y el desplazamiento de las exportaciones de Japón hacia la zona asiática en detrimento del mercado estadounidense –del 50 al 20%– es un síntoma de los cambios que se avecinan, cambios motivados por el caos mundial desencadenado por la crisis económica y financiera [32].

No se puede dejar que esos cambios se desarrollen solos. Hay que encauzarlos y para ello es necesaria la creación de nuevas estructuras para la economía mundial, creación que exige la colaboración de todos los Estados con vista al establecimiento de un orden económico mundial equitativo [33]. Mientras los Estados claves de Asia se crean nuevos mercados, Europa parece estar caminando en círculos, anestesiada por 50 años de «comunidad de valores transatlánticos» y preocupándose esencialmente por sí misma.

Es evidente que nadie ha previsto aquí la posibilidad de una caída del 40 al 60% del dólar provocada por la imposibilidad para Estados Unidos de financiar sus deudas y por la repercusión que ello tendría sobre la economía mundial.

Emancipación del hermano mayor y alternativas justas

Las medidas unilaterales de los Estados del BRIC y de otros países asiáticos son comprensibles, pero son también todo lo contraria de una transición ordenada. Es evidente que la Unión Europea no ha comprendido qué tipo de responsabilidades está evitando si no crea puentes con vistas a una futura cooperación económica de igual a igual con Rusia, con el Asia central y con América Latina.

Teme un conflicto previsible con Estados Unidos que consiste en hacerle entender a su principal aliado que, en un futuro orden económico mundial, sólo será, en el mejor de los casos, un primus inter pares y que Europa ya no está dispuesta a seguir librando las guerras estadounidenses.
En ese aspecto, China es más valiente ya que su pedido de abandonar el dólar como moneda de referencia también equivale a decir: No estamos dispuestos a seguir financiando sus guerras.

La Unión Europea tampoco ha entendido que aprovecharse de su superioridad no le proporciona socios seguros. Las negociaciones actualmente en marcha –bajo la responsabilidad de Alemania– con la alianza regional sudamericana CAN (Comunidad Andina) sobre un acuerdo de libre comercio están impregnadas de la ya conocida mentalidad del «divide y vencerás» imperialista [34].
Pero más condenables aun son la estupidez y la falta de previsión políticas y económicas que caracterizan ese tipo de negociaciones. Estamos estafando a los aliados que necesitamos para transformar la economía mundial. Pero los pueblos tienen una memoria colectiva histórica. ¿Quién puede saberlo mejor que los alemanes?

¿Qué está haciendo la izquierda europea ante esos inéditos desafíos mundiales? ¿Dónde está su concepto del papel activo que Europa y la Unión Europea deberían desempeñar en el contexto de los transformaciones en marcha para atenuar los efectos de cambios que pueden tener consecuencias desastrosas para gran parte de la humanidad?

El comunista Francis Wurtz, quien presidió durante muchos años el grupo Izquierda Unida Europea/Izquierda Verde Nórdica (GUE/GNL) en el Parlamento Europeo, estaba convencido de que Europa no se imponía lo suficiente a nivel mundial. Con el peso que ella representa, Europa debería desempeñar un papel mucho más importante [35].

Sin embargo, al igual que los autores del estudio del BND, la izquierda europea no presenta propuestas de acciones al único actor sobre el que puede tener alguna influencia: la Unión Europea.
¿No se trata acaso de cambiar el mundo? [36]

* Conferencia pronunciada en el congreso «Mut zur Ethik» dedicado al tema «Soberanía del pueblo o imperialismo - ¿Qué es la auténtica democracia?» (4–6 de septiembre de 2009, Feldkirch/Vorarlberg).
Fuente: Zeit-Fragen, 15 de marzo de 2010

Traducción de H.V. para la Agencia IPI / Informe de Prensa Internacional / Perú.

[4cf. su libro «le Grand Echiquier» www.sandiego.indymedia.org/media/2006/10/119973.pdf,

[14Incluso antes de los planes de salvamento, Estados Unidos ya venía necesitando un aporte cotidiano de capitales por 2 000 millones dólares. Cf. Richard Haass (presidente del Council on Foreign Relations, in: Newsweek du 3/11/2008: «We require 2 bn a day just to stay afloat» www.newsweek.com/id/165648/output/print

[17Los bonos del Tesoro representan actualmente cerca de la mitad de las reservas de más de 2 millones de millones de dólares. Cf. también www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=13969

[20Cf. Michael Hudson, «Dollarization: Dismantling America’s Financial-Military Empire», www.globalresearch.ca/index.php?context= va&aid=13969

[21América del Norte, Unión Europea, Australia, Nueva Zelanda, Japón.

[23www.bpb.de/presse/E5HFUQ,0,Chinas_Engagement_in_Afrika:_eine_unmoralische_Beziehung. html

[24Puente atlántico, Institut Aspen, Iniciativa atlántica, Deutsche Gesellschaft für Auswärtige Politik. Cf. también www.heise.de/tp/r4/artikel/28/28513/1.html

[27www.faz.net/s/Rub0E9EEF84AC1E4A389A8DC6C23161FE44/Doc~E05AA2DDF664744E598E 87F57F85384D1 ATpl Ecommon Scontent.html?rss_aktuell

[29Cf. Zbigniew Brzezinski, «Le Grand Echiquier», 1997.

[32«Exporte retten Japan», Financial Times Deutschland du 22/7/2009.

[33Cf. Elmar Altvater «Stosst den Dollar vom Thron», in: Freitag du 9/7/2009 ainsi que Joseph Stiglitz, «Lasst die Armen mitentscheiden», in: Financial Times Deutschland du 21//2009.

[34Cf. «Eine neue Kolonisation» www.german-foreign-policy.com/de/fulltext/57580.

[35Cf. «Die drei aus dem Versuchslabor», Süddeutsche Zeitung du 29/5/2009.

[36Karl Marx, «Tesis sobre Feuerbach», 1845.