El sol y el viento no quisieron perderse un solo instante de la doble programación futbolística organizada por la Comisión de Deportes de Imantag, el sábado 20 de septiembre, que definió los cuatro primeros puestos del campeonato intercomunal de esta hermosa parroquia, que tiene aproximadamente seis mil habitantes y pertenece al cantón Cotacachi, provincia de Imbabura.

Por varios meses, 14 equipos, representantes de seis comunidades de Imantag, coquetearon con el gol y la victoria, con el desaliento y la derrota, hasta clasificarse al cuadrangular final.

En el primer cotejo, por el tercer lugar, se enfrentaron Sporting Ambi, de la comunidad Ambi Grande, y Penca Flor, de la comunidad Quitumba.

En este partido, el balón alborotó las redes en varias ocasiones y el grito de gol enronqueció la garganta de los seguidores de ambos equipos: el resultado final favoreció a Penca Flor, cinco goles a tres.

Mientras mermaba la intensidad del sol, se acrecentaban las ‘caricias’ del viento: no podía ser de otra manera, Ciclón, de la comunidad centro (Imantag) y Huracán, de la comunidad Ambi, disputaban el campeonato; ¡Ciclón y Huracán agitaban el ‘torbellino de la gloria’!

Ante la presencia de centenares de hinchas, autoridades de la Junta Parroquial y dirigentes de la Liga Cantonal de Cotacachi, se dio inicio a la gran final.

Desde un principio, Ciclón impuso su condición de favorito, pues era el tetracampeón comunal, y se adelantó dos a cero en el marcador. Así terminó el primer tiempo: la comunidad centro ya festejaba el título; los de Ambi se aferraban al milagro futbolero.

La quimera de Huracán parecía fulminada: a escasos minutos de comenzado el segundo tiempo, Ciclón ponía la tercera anotación. Era goleada. A la oncena triunfadora no le paraba nadie: Ramos, Martín, Edy, Orlando, Paúl, Gerardo, Diego, Eduardo, Cachimuel, Aníbal y Tito, ya celebraban…

Pero a Huracán le quedaban ‘ventarrones’ de coraje: descontó y puso el marcador tres a uno. Y cuando parecía que todo iba a terminar allí, marcó otro gol: tres a dos. En ese instante, el drama ingresó a la cancha y jugó los últimos cinco minutos del partido, aunque ya no alteró el resultado final.

Ciclón se coronaba así pentacampeón del torneo intercomunal de Imantag y desató la euforia de su numerosa hinchada, que festejó este nuevo título acompañada de la luna, de un viento furioso (hincha, sin duda, también de Ciclón), de música y ensueños líquidos…