Escuché las alarmantes declaraciones del presidente del Congreso Daniel Abugattás (23-4-2012) en el sentido que el local de esa institución es de precarísima seguridad. Por tanto, el escrito de pocos años atrás no pierde vigencia y hasta reivindica un sentido heroico de la vida peruana al marchar a un posible escenario confrontacional no descartado nunca con el vecino del sur. El contencioso marítimo con Chile tendrá sus primeras audiencias orales en diciembre del presente año y es menester que las castas políticas comprendan que o asimilan el reto de ser grandes y consecuentes o morir en la mediocridad sempiterna que rige a la nación desde el 28 de julio de 1821. Una mirada geopolítica e imaginativa, de desarrollo de megahospitales, de edificación de la paz de los pueblos, desde abajo y desde adentro, impele a soluciones formidables y patrióticas como la que propusimos en el 2007 y que habida cuenta del mismo requerimiento, volvemos a formular. (hmr/24-4-2012)

¿Qué mejor homenaje que trasladar la sede del Congreso a Tacna, a pocos días de cumplirse un aniversario más de la reintegración de esta ciudad al Perú, luego de largo cautiverio, el 28 de agosto de 1929? ¿No sería, la gran lección inadvertida hasta hoy, que urge dar, so pena de muerte civil, al Parlamento, en actitud de asunción profunda y deliberada del sentido de la patria peruana? Además, tan cerca de la frontera sur, constituirían la primerísima trinchera política y legislativa contra arrebatos, maromas o cualquier clase de bravatas de algún vecino ensoberbecido. Una centena de mártires, en la creación del fuego patrio, apenas si son pálido símil de las decenas de miles que sucumbieron a partir de 1879. Hay sacrificios, simbólicos o reales, que atizan la espiritualidad de una nación.

El colonialismo mental aprisiona casi por completo a las castas políticas, cogollos intelectuales, pandillas periodísticas, patotas diplomáticas, argollas empresariales y demás sectores que viven de prestado y bajo moldes, en inglés, francés –antes fue en ruso y chino- y so pretexto que la castrante globalización hay que asimilarla tal como nos la cuentan sus intelectuales y operadores nativos dolarizados. Hay derecho a preguntarse si vale la pena seguir luchando contra estos gigantescos molinos de viento, porque la estupidez es generalizada y se da el caso impresionante que nadar contra la corriente es un ejercicio al que se reputa como deleznable.

Por tanto, no extrañaría que alguien llame disparate o quimera o buena intención a la iniciativa de mudar el Congreso al extremo meridional de la patria. ¿Y porqué no? En Tacna se respira peruanidad perenne. Los mártires pasean sus ejemplos nunca que resienten el olvido en que la república y sucesivos gobiernos tienen a la Ciudad Heroica. Sin puerto, porque Arica le fue robada y legalizada la exacción dolorosa el 3 de junio de 1929 con el Tratado de Lima que retorna al terruño a Tacna, esta ciudad vegeta cuasi sin rumbo. Sin embargo, es allí donde los legiferantes debían aprender a conocer al Perú. Si usted encuesta a los 120 parlamentarios, más de 90 ó 100 revelarían que ¡jamás visitaron el Valle del Caplina o conocieron la Alameda Bolognesi o pasearon por Tarata o estuvieron en el Alto de la Alianza! La simetría entre desapego a la defensa de los límites nacionales, se comprueba exacta con la ignorancia abusiva de que hacen gala algunos.

Entonces, dar vida a Tacna constituiría, como primer paso, la mudanza total del Congreso a esta ciudad. El tráfico aéreo, la construcción de viviendas, la multiplicación de oficinas administrativas, pero una descentralización política y mental, proseguiría su marcha de una manera espectacular. No es mala idea, tema que jamás ha tocado ningún Congreso, que los parlamentarios comenzaran a aprender cómo fue y de qué se trató la traición repugnante que hizo el gobierno delincuencial de Kenya Fujimori en noviembre de 1999 con respecto a los derechos de soberanía restringida que Perú posee –y de los que no abdica- en Arica en virtud del Tratado de 1929.

Entonces, los congresistas descubrirían que el muelle ridículo que permitió una banda de descastados, bajo la batuta de Fernando de Trazegnies, Jorge Valdez Carrillo, el traidorzuelo Fabián Novak, Fernando Pardo y unos marinos cómplices, constituye una de las aberraciones contemporáneas más recientes y fusilables de que se tenga memoria ¡porque NO es lo que se negoció y acordó en 1929! Por esos tratos, el gobierno de Chile premió al “negociador” Novak. ¡Y este infeliz topo ocupa el viceministerio de Defensa! Entonces el Congreso, en actitud gallarda, tendría la oportunidad histórica de castigar traiciones y a traidores y plantear ante el Perú la reivindicación magna con su pueblo de 26 millones de habitantes.

Descentralizar la política con gestos audaces no sólo es atrevimiento constructor y valiente. También es optimismo de vencedores, creación heroica, homenaje a los mártires, corazón peruano, milenario, inca e indomeñable.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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