(La bella nota que escribe el profesor y amigo Walter Seminario tiene en quien fuera el ilustre Leopoldo la Rosa, el gozne fundamental para los que entonces –años 70- conocimos el liderazgo musical del maestro alentados tenazmente para ir al Teatro Municipal los domingos por ese imbatible docente que es el autor de la nota. El luto de la cultura nacional por la partida de Leopoldo la Rosa, es manifiesto e inocultable la tristeza por quien fuera, por largos años, portero y guardián del desarrollo musical de la Patria. Leamos la crónica de Walter. hmr)

El maestro Leopoldo la Rosa, formó parte del horizonte de cultura de la época en que la Promoción de la que formaste parte construía su personalidad y camino de vida. Parece ser que en tu caso, al evocarlo dejó huellas de su impacto cultural.

Yo lo recuerdo también con alegría y satisfacción. Dos veces tuve oportunidad de conversar con él. En una de esas ocasiones le solicité que en uno de sus conciertos repitiese una obra que ya había dirigido años atrás y que a mi juicio fue una versión impecable, se trataba de la Segunda Sinfonía de Jan Sibelius, maestro finlandés. Esa es una de mis obras preferidas (te sugiero que la aprecies en YouTube), como la escuchaba con frecuencia en radio, creo que tenía la capacidad de saber el acierto de la conducción, no sólo ello, poseía el maestro Leopoldo el temperamento y autoridad suficientes para poner el sello de su personalidad. Recuerdo que el maestro Leopoldo sonrió cuando se lo solicité y dijo "Tiene razón, hace tiempo no la interpretamos", a los dos meses en la temporada de música en la Avenida Aviación, la ejecutó. Para ser justos, esa versión no resultó tan brillante como la primera vez.

También lo felicité por una memorable versión que ofreció de "El Rito de la Primavera" de Igor Stravinski que la OSN ofreció en el Teatro Municipal. Ahí admiré el gran talento del maestro ruso que me condujo a sostener que quizás la obra musical más importante del siglo XX es "El Rito", o como también dicen "La Consagración de la Primavera". He dicho "para ser justos". Estoy pensando, Herbert, que esas versiones en el Municipal, contaban con un elenco de músicos de gran calidad y quizás por esa razón y el número de ensayos, las tengo en mi memoria como gratos tesoros.

Recuerdo también que en un concierto, se iba a iniciar una obertura y un espectador llegó tarde a la cazuela, utilizaba zapatos con taco de metal, por eso es que producía mucho ruido cuando caminaba, salvo que quisiera, adrede, producir ese ruido, la verdad es que era molestoso. El maestro Leopoldo, suspendió la ejecución y dirigiéndose a la cazuela, con voz sonora dijo "Esto no es un corral". Una ovación rubricó tal llamada de atención.

Anécdotas, querido lector, que puedo citar de este gran propulsor de la cultura musical. Los que respetamos a quienes contribuyen a formar la conciencia cultural del país, sentimos la desaparición del maestro La Rosa como una sensible pérdida de uno de nuestros principales representantes.

Estaba omitiendo mencionar la grabación en cassette que hizo el maestro La Rosa dirigiendo la Orquesta Sinfo-Filarmónica de Buenos Aires donde interpreta composiciones de Don Eduardo Julve Ciriaco: destaco dos obras: "La Achirana", poema sinfónico y la gran obertura épica: "Angamos". Ambas obras son de gran valor.

La cultura peruana está de duelo.

Quizás a la comunidad le interesaría saber que el maestro Leopoldo fue también arreglista musical dado que buen número de composiciones fueron llevadas a la partitura sinfónica por el maestro Leopoldo enriqueciendo el valor musical de las diversas obras. Por su aprecio a la cultura peruana, diversas obras de autores nuestros merecieron lugar en los programas que en temporadas del Teatro Municipal tuvo ocasión de mostrar. Lo recuerdo también en la exposición de programas musicales en el Canal 7 difundiendo el arte de los grandes maestros.

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