El tema de la soberanía alimentaria, según lo dispuesto por la Constitución aprobada en julio pasado, deberá ser uno de los primeros temas a tratar en el nuevo Congreso Asamblea Nacional. El objetivo principal del tema es plasmar en la legislación principios y mecanismos para fortalecer la pequeña y mediana agricultura del país, que provee de alimentos para el consumo interno. Se busca también que estos alimentos sean sanos, nutritivos y formen parte de la tradición cultural del país. Este constituye reto urgente: hay que cambiar el modelo agrario vigente y dar paso a una agricultura diversificada, respetuosa de la naturaleza, que sepa valorar el conocimiento tradicional y la riqueza de la agrobiodiversidad.

El desafío para las organizaciones, comunidades y el pueblo es lograr, entre otros objetivos, que en la nueva legislación también conste el impulso de la producción, la transformación agroalimentaria y pesquera de las pequeñas y medianas unidades de producción, comunitarias y de la economía social solidaria; la adopción de políticas fiscales, tributarias y arancelarias que protejan el sector agroalimentaria y pesquero nacional, para evitar la dependencia de importaciones de alimentos; además de promover políticas redistributivas que permitan el acceso del campesinado a la tierra, al agua y otros recursos productivos.

El artículo 282 de la Constitución establece la normación del uso y acceso a tierra con función social y ambiental; este es uno de los logros de las organizaciones, que ahora debe ser aplicado para beneficio de la sociedad. En este aspecto, el 37% de la población vive en el campo y urge la aplicación de éstas leyes para integrar al sector laboral a gran parte de esta población rural que se encuentra en el desempleo, a la vez se debe concientizar para trabajar en la preservación y recuperación de agrobiodiversidad y de los conocimientos ancestrales: el buen uso de esa sabiduría conducirá a la conservación e intercambio de simillas libres de transgénicos y sus posteriores efectos como el cáncer, las malformaciones, entre otras enfermedades.

En este tema, Xavier Rodríguez, de Argentina, mencionó que en ese país suramericano, el 98% de soya es transgénica; la permisibilidad de este gobierno respecto a la soberanía alimentaria, ha producido que la mano de obra se reduzca notablemente, las ganancias comerciales, al respecto, fueron para pocos y muchos aún continúan en la indigencia. Argentina, a pesar de ser el país que más exporta y produce proteína, es también el país en el que más personas no tienen acceso a este alimento y forman parte de las 900 millones de personas que padecen de hambruna en el mundo.

Ana Lucía Bravo, de OXFAM, mencionó por su parte, según datos de su organización, que los pequeños y medianos productores agropecuarios, pescadores artesanales y recolectores artesanales, son quienes abastecen el mercado ecuatoriano de alimentos de la canasta básica y garantizan la diversidad productiva interna. De cada 10 hectáreas de maíz, arroz y papa, siete son cultivadas por familias agricultoras o pequeños productores.

La población rural del país alcanza el 41% del total nacional y es la que más participa en la actividad agrícola. Sin embargo, según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), el índice de pobreza rural supera el 61%, mientras que a nivel nacional alcanza el 38%.

Estos y otros temas relacionados: el papel del agua y la dotación alimentaria, agroquímicos, agronegocios, entre otros, fueron abordados en las Jornadas sobre la Soberanía Alimentaria, con expertos en el área nacionales y extranjeros, que visitaron el país los días 14, 15, 16 y 17 de octubre, con el apoyo de Acción Ecológica, OXFAM, CIPAE, CETEC, y demás organizaciones.