Por: Andrea Vaca*

Una de las problemáticas sociales más recientes en el Ecuador es la calidad de la Educación Superior y de cómo los derechos de los estudiantes están siendo pisoteados arbitrariamente al no respetarse su voz, como sucedió en las movilizaciones en Quito de las semanas pasadas donde los estudiantes de todo el país se expresaron para dar a conocer sus derechos y lo que recibieron fue la prepotencia del gobierno, que se niega a escucharnos y conocer nuestro punto de vista como estudiantes sobre lo que pensamos debe ser la educación superior.

No queremos enviar a nadie al banquillo de los acusados, lo único que tratamos de hacer es establecer las falencias que tiene la educación superior en el país. Pero no conseguiremos nada si se siguen imponiendo ideas individualistas que no buscan un bien común.

En este país no habemos títeres, somos un pueblo que puede pensar y actuar de acuerdo a sus intereses y ha dado muestras de que puede revertir las situaciones adversas.

La verdadera lucha consiste en jamás apagar nuestra voz y en creer lo que estamos defendiendo, y lo estamos haciendo con una visión de largo plazo, estamos defendiendo un derecho, ahora para nosotros pero más adelante para las nuevas generaciones de jóvenes que accederán a la universidad.

No debemos dejar que alguien mate nuestros pensamientos y corte nuestras alas y el ideal de ver un país verdaderamente justo en educación.

Las falencias que existen en la educación superior solo podrán vencerse a medida que el trabajo de los actores de la educación se unifique en un proceso de cambios que favorezcan al desarrollo del país y a la educación de la mayoría de los jóvenes, pues solo así serán posibles los grandes cambios que todos anhelamos.

A cada uno de nosotros le corresponde ser parte del cambio , de esta lucha de ideas, de saber que al defender nuestros derechos estamos pisando el primer escalón para ser mejores , para no dejar que nadie ni nada apague nuestra voz y defender nuestro derecho a la libertad de expresión y el derecho hacer los verdaderos cambios.


*Joven artista y estudiante de la Universidad Técnica de Ibarra