Reconocida por sus compañeros como una mujer alegre, luchadora, firme en sus ideales, dinámica, y de un gran corazón, Miriam Manobanda es una dirigente popular carismática y querida, cuya indignación ante las injusticias sociales la fue motivando a vincularse al movimiento social, en busca de una mejor situación para los barrios. “La explotación, la miseria que existe me motivaron a luchar, a tener expectativas acerca de un cambio en este país, de la transformación de este sistema en que vivimos”, sostiene con un particular brillo en su mirada.

Miembro de una familia numerosa y con una concepción progresista, esta joven mujer encontró el apoyo necesario para desenvolverse en su actividad política. “Toda mi familia tiene una tendencia de izquierda, sin embargo, quien más ejerce la política soy yo. Mi actividad me ha permitido conocer a gente muy valiosa, y también a autoridades reacias con el sistema de cambio que necesitan los barrios de Quito”.

Con una dedicación digna de su personalidad y convicción, Miriam se entrega día a día a las labores que tiene como dirigente, sin descuidar su trabajo como secretaria, y tampoco a su familia, combinando a la perfección sus roles de amiga, madre y compañera de sus hijas Alejandra y Nadia. “Pienso que cuando se quiere el cambio uno se da modos, he tratado de combinar mis actividades y, sobre todo, de corresponder a la confianza que mi familia y mis compañeros han depositado en mí, pues me gusta trabajar, me gusta organizar, me gusta que mi familia trate de vivir de la mejor forma posible, fomentando la unidad, el respeto, la solidaridad”, manifiesta Miriam, quien además agrega que uno de sus retos principales es seguir creciendo como dirigente y continuar sirviendo a la comunidad. “Laborar con un sector importante como es la clase obrera, me ha mostrado las necesidades que tenemos los sectores populares y me ha ayudado a seguir avanzando y estar mucho más convencida de que solamente con la lucha, la unidad y la organización lograremos los cambios que el pueblo ecuatoriano requiere”, afirma.

Miriam fue la presidenta de la Ciudadela Tarqui y también fue nombrada presidenta de la Federación de Barrios de Quito (FBQ), responsabilidades que mira con optimismo y muchas perspectivas: “estoy trabajando cada día para involucrarme de mejor manera con los barrios, y ayudarles a buscar conjuntamente soluciones en las distintas instancias del Municipio, Empresa de Agua Potable, Empresa Eléctrica, etc.”

Además de consolidar su trabajo en estas instancias, dice que: “mi compromiso es fortalecer la FBQ para tener una Federación de Barrios grande, que continúe su lucha para que las necesidades de los sectores populares sean atendidas, en esa medida vamos a coordinar la labor conjuntamente con el Comité Ejecutivo, con los dirigentes barriales, con quienes vamos a unir esfuerzos para sacar adelante a nuestra organización”.

La labor realizada por esta ejemplar mujer ha sido plenamente reconocida por sus compañeros de lucha, al igual que por su familia, la cual ha sido un pilar fundamental para Miriam. “El apoyo incondicional y la comprensión de mi familia ha sido importante para que las cosas salgan bien, he sacado adelante a mis dos hijas, que me han dado dos nietos hermosos: Sebastián y Mauricio; mi padre, mi madre, mis hermanos reconocen el trabajo que he venido desempeñando, han sido testigos fieles de como he surgido cómo madre y como política, y eso me permite cada vez más seguir adelante”, concluye muy emocionada.