Corominas considera que la fibra que contiene la piña, en su jugo y no en almíbar, es muy recomendable para prevenir o evitar la obesidad, ya que ralentiza el paso de los alimentos por el estómago y se produce una sensación de saciedad, "por lo que se come menos".

Indicó que esta fruta, originaria de América Central, contiene una enzima llamada bromelina que actúa como sustitutivo de los jugos gástricos, mejora las digestiones y destruye la cubierta de quitina que protege a los parásitos intestinales, que son expulsados del organismo.

Su efecto depurativo, como diurético, tiene, a juicio de Corominas, un efecto benéfico de eliminación de toxinas por medio de la orina, "y ayuda así a quienes tienen problemas de riñón, vejiga y próstata".

Asimismo, la acción antioxidante de esta fruta actúa en contra de los radicales libres "por lo que combate las enfermedades crónicas y mejora la longevidad en sus consumidores", recalcó.

La doctora Pilar Riobó, jefe asociado en Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz, agregó que la fibra de la piña evita el estreñimiento, porque regula el tránsito intestinal arrastrando toxinas, por lo que esta fruta ayuda "a mantener limpio" el organismo.

Indicó que las dietas ricas en fibra tienen propiedades preventivas en la aparición de ciertas enfermedades relacionadas con algunos de tipos de carcinomas, como el de colón, el rectal o el de mama; además de disminuir los niveles de colesterol, hasta un diez por ciento, y en consecuencia los riesgos vasculares