Durante la 3ª Conferencia ministerial de los Amigos de Siria, el presidente francés Francois Hollande se desplaza para saludar a la secretaria de Estado Hillary Clinton, que se limita a extender una mano displicente. Sólo el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, se pone de pie ante el presidente de Francia.

Comienzan a definirse los contornos de la escalada guerrerista de Estados Unidos contra el Estado sirio. Es evidente que la estrategia de guerra indirecta ideada por el director de la CIA, el general David Petraeus, quien supervisa la movilización de los recursos materiales, financieros, militares y de los medios de inteligencia necesarios en el marco del conflicto, se basa en una guerra de desgaste a largo plazo, guerra desarrollada a través de las bandas armadas.

Los centros estadounidenses de investigaciones y análisis hicieron una evaluación global de la situación de los grupos de oposición, muy divididos entre sí, y llegaron a la conclusión de que en realidad se trata de una mescolanza de exilados y de grupos políticos en eterno conflicto entre sí y sin verdadero peso dentro de la sociedad siria. Y, entre toda esa mescolanza, los occidentales y Turquía apuestan por la Hermandad Musulmana.

Los expertos estadounidenses reconocen que ese mosaico de fuerzas políticas ha sabido resistir a… todos los esfuerzos de Estados Unidos y de sus aliados por unificarlos, a través de innumerables reuniones en Turquía, Francia y Egipto, sin entrar a mencionar las decenas de encuentros secretos auspiciados por la CIA. La más reciente reunión en El Cairo no ha hecho más que confirmar lo lejos de la unificación que están esos grupos. Y también mostró que Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, así como Turquía y Qatar, apoyan a la Hermandad Musulmana, mientras que Arabia Saudita apoya, financia, arropa y orienta a los grupos salafistas y takfiristas, y a varias “personalidades” de la oposición que ya venía manteniendo desde hace años, con Abdel Halim Khaddam y Rifaat al-Assad a la cabeza.

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos realizaron además un censo de las bandas y grupos armados activos en Siria, a través del Institute for the Study of War, que trabaja para la CIA y el Estado Mayor Conjunto. Las conclusiones del estudio, publicadas en el sitio web de ese tanque pensante, muestran claramente que Estados Unidos apuesta por desarrollar las estructuras de esas bandas y muestran también que EEUU está actuando para garantizar a estas el flujo constante de dinero y armas. Se ha establecido una relación directa con los jefes de esos grupos mediante la creación de un puesto de mando de operaciones y planificación, que se halla bajo la dirección de oficiales de la CIA y de otras agencias de inteligencia de Estados Unidos o de países de la OTAN. Ese puesto de mando está en Turquía. Desde allí van a intensificarse, en los próximos meses, las agresiones contra el Estado nacional sirio, para debilitarlo lo más posible. Entre las prioridades se halla el uso de la escena libanesa en contra de Siria. El senador John McCain incluso lo ha dicho claramente, llamando a la creación de una zona tapón para el Ejército Sirio Libre, después de un encuentro con el jefe de las Fuerzas Libanesas. Y las milicias de la Corriente del Futuro y de los grupos salafistas libaneses no han esperado mucho para dar muestras de obediencia, desde el jueves 5 de julio, sustrayendo la región de Akkar a la autoridad del Estado. Individuos enmascarados y armados hasta los dientes establecen barreras en las carreteras, aíslan poblados y registran a los habitantes y a los pasajeros de los vehículos que pasan, sin que nadie les pida cuentas por lo que hacen.

Las más recientes declaraciones del presidente Bachar al-Assad, quien el pasado domingo denunció que Washington apoya las bandas armadas para desestabilizar Siria, confirman los informes anteriormente mencionados. En entrevista concedida a la televisión pública alemana ARD, el presidente al-Assad agregó «Estados Unidos es un participante en el conflicto. Está proporcionando protección y apoyo político a esas bandas para desestabilizar Siria».

En el terreno, Siria ha respondido a las amenazas de la secretaria de Estado Hillary Clinton. Esta última afirmó que «la oposición es lo bastante fuerte como para lanzar una ofensiva contra el Estado». Y Siria ha respondido con la organización de importantes maniobras militares. El pasado fin de semana, la marina siria comenzó ejercicios de tiro real, con lanzamiento de misiles tierra-mar para «simular un escenario de defensa contra un ataque sorpresivo desde el mar», según indicó el domingo la agencia siria Sana. «La marina efectuó el ejercicio con éxito, rechazando un hipotético ataque y destruyendo con gran precisión los blancos establecidos», reportó esa agencia de prensa.

El ministro de Defensa, general Daud Rajha, presenció el ejercicio y se congratuló por «el excepcional desempeño de las fuerzas navales que han demostrado su alto nivel de entrenamiento para el combate y su capacidad en la defensa de las costas sirias contra toda posible agresión».

Según la agencia Sana, estos ejercicios son parte de un plan de entrenamiento combativo establecido por el Alto Mando del ejército, plan que prevé la realización de ese tipo de ejercicios con una frecuencia anual.

Ese plan incluye «maniobras militares con la intervención de las fuerzas terrestres, navales y aéreas para evaluar la preparación combativa del Ejército Sirio Árabe y conocer su capacidad en el cumplimiento de su deber en condiciones comparables» a las del combate real.

En el plano político, el viceministro iraní de Relaciones Exteriores calificó el domingo de «farsa» la idea de obtener por la fuerza la renuncia del presidente Bachar al-Assad o de obligarlo a partir y lanzó una advertencia en contra de la posibilidad de un ataque, que señaló como «estúpida y catastrófica», contra Siria. «Irán aprueba los planes de reforma del señor al-Assad y las negociaciones tendientes a forzarlo al exilio son una farsa», declaró Hossein Amir Abdollahian en Amman, donde invitó al rey Abdallah II de Jordania a la próxima Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, a celebrarse en Irán.

«Una intervención militar en Siria no es probable y, si llegara a ocurrir, sería estúpida. Siria puede defenderse sola, sin ayuda de Irán. Cualquier solución no política sería catastrófica para toda la región», afirmó.

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