De sus comienzos en el oficio a estos momentos el humor ha cambiado. En el teatro, por ejemplo, hay actores que maltratan al público, y lo más terrible es que éste se ríe y paga por ello.

En países que sufrieron la censura de las dictaduras militares, como Argentina y Brasil, el dibujo de humor ha devenido sátira política, con insistentes ataques a ministros y presidentes.

Mencionó el caso de Argentina durante la época de Carlos Saúl Menem. ‘’Había periodistas que decían cosas terribles, y uno pensaba: ‘a éste lo van a meter a la cárcel’; pero al gobierno no le importaba nada’’.

Igualmente, consideró, se ha caído en un exceso de impunidad de los gobernantes. ‘’A los políticos hoy no les importa lo que se diga de ellos; antes trataban de más o menos mantener una imagen de cierta moralidad’’.

Admitió que quizá los gobernantes permiten ese exceso en las críticas, para dejar abierta una válvula de escape ante sus excesos de cinismo y de corrupción.

Cómo tratar temas delicados

Volvió a cuestiones bélicas, cuando se le preguntó qué temas le cuesta trabajo abordar en su trabajo. «Hay problemas como la guerra de Iraq, que si uno toca puede chocar que uno tome con sentido del humor un tema tan trágico, y si uno no lo toca, la gente piensa que no le interesa la guerra de Iraq».

Los dibujantes de humor deben tener cierto equilibrio. «He hecho uno o dos dibujos sobre ese tema, sin muertos ni nada de eso, pero es evidente que son temas que a uno le importan mucho’’.

A propósito, mencionó una página del periódico que dice ‘’¿Quién llora por los muertos de Iraq?’’, porque se habla mucho de los muertos de Estados Unidos, italianos, la gente secuestrada, pero de los pobres iraquíes (sus más de 100 mil bajas civiles) nadie dice nada, señaló.

Un leve consuelo para América Latina ante tanta tragedia es que mientras los estadounidenses estén distraídos, como ahora, en su «guerra contra el terrorismo», podemos más o menos encontrar vías alternas de desarrollo o, por lo menos, uno tiene esperanzas de que así suceda en países como Brasil, Argentina, Chile y esperemos qué repercusión tiene un triunfo de la izquierda en Uruguay, señaló.

El monero calificó de triste el hecho que las preguntas que hace más de 30 años se hacía Mafalda y que no sabía responder su papá ni cualquier otro adulto, sigan hoy sin aclararse, y esto quiere decir que las cosas en el planeta y, sobre todo, en nuestra América Latina, siguen igual o peor, y esas preguntas que parece que fueron hechas ayer, son cada vez más incontestables.