El gobierno venezolano está elaborando el proyecto de presupuesto para el 2005 así como las variables macroeconómicas previstas para el próximo año, para cuando aún no hay una decisión tomada respecto a una nueva y esperada devaluación del bolívar.

Sin embargo, si los precios del petróleo siguen altos por largo tiempo, un salto del tipo de cambio podría aguardar, dependiendo de las necesidades de financiamiento del gobierno y del uso que le dé a los ingentes recursos que está recibiendo por las ventas de crudo.

Varios funcionarios han negado versiones de prensa acerca de una devaluación que ronde 20% para el 2005, que colocaría el tipo de cambio en unos 2.300 bolívares por dólar. Algunos incluso, hablan de una eventual revaluación del bolívar, si los ingresos siguen siendo tan altos.
 
El director de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), general Alfredo Pardo, dijo recientemente que "hasta ahora, cualquier número que está surgiendo a nivel de información sigue siendo especulativo porque hasta este momento no hay nada oficial. Todo el que está hablando de eso es pura especulación porque hasta el momento (el tema) no ha sido tratado".

El funcionario dijo que aún no hay una decisión definitiva al respecto, "porque ello dependerá de lo que indiquen las cifras macroeconómicas, pero hasta ahora no se ha planteado, como se ha venido manejando en algunos medios de comunicación social".

El ministerio de Finanzas, el de Planificación y Desarrollo así como la Onapre están elaborando el proyecto y las premisas que deben sustentar los escenarios de ingresos y gastos para el próximo ejercicio. Pardo espera que a fines de agosto se tengan las cifras definitivas para luego consignar el presupuesto ante la Asamblea Nacional en septiembre.

Sin embargo, las devaluaciones del bolívar han sido las más negadas pero las más ejecutadas desde que comenzó, hace ya muchos años atrás, una fórmula recurrente de los diferentes gobiernos para monetizar los déficits fiscales recurrentes y estructurales.

El ministro de Finanzas, Tobías Nóbrega, ha sido enfático en afirmar -desde que se implantó el control de cambios en febrero del 2003- que es necesario ajustar el tipo de cambio en el marco de varias variables en el entorno, pero de momento los precios del petróleos volando por los cielos está dando un margen favorable a Venezuela.

¿Dulce espera?

Sin embargo, el común de los venezolanos espera -ya sin sorpresas-que el bolívar "oficial" sufra un nuevo revés en los primeros meses del 2005.

Cuando arrancó el actual control cambiario la tasa de cambio fija única fue de 1.600 bolívares por dólar. En febrero de este año la subió a 1.920 bolívares por dólar, lo que representó una devaluación de 16,6%. Pero los ajustes al alza del tipo de cambio no serían tan graves si no incidieran en el valor del dólar en el mercado negro, que es referencia obligatoria para muchas de las transacciones que se realizan en Venezuela.

Luego de registrar una alta volatilidad y llegar hasta techos de 3.400-3.500 bolívares, este tipo de cambio ronda actualmente los 2.700-2.800 bolívares por dólar.

Pero por ahora, y para lo que resta del año parece que no habrá ningún otro ajuste y así se cumpliría la promesa del gobierno de mantener la tasa única oficial en los niveles fijados en febrero pasado. Entonces, Nóbrega dijo que para el resto del 2004 lo que estaba previsto era ir modificando paulatinamente el mecanismo de control de cambio para flexibilizarlo, para ampliar el acceso a las divisas y agilizar los procedimientos de aprobación y liquidación. Lo cual se ha ido fluyendo, en honor a la verdad.

Lo cierto es que Venezuela está siendo altamente beneficiada por los elevados precios del crudo, que han rondado loS 44 dólares por barril. En el caso de la cesta petrolera venezolana de exportación -compuesta por crudos, condensados y productos refinados- esta trepó a 37,10 dólares por barril en la semana finalizada al 6 de agosto, lo que llevó el promedio del año a 31,06 dólares por barril, 11 dólares por encima de lo que el gobierno había previsto como promedio para el 2004.

El viceministro de Hidrocarburos, Luis Vierma, dijo hace pocos días que de mantenerse el escenario actual en el mercado petrolero mundial el precio de la cesta venezolana se colocará en un promedio de 40 dólares al final de este año.

Crecimiento a toda costa

Los altos precios vigentes permitirán al país recibir este año ingresos petroleros extra-ordinarios por el orden de entre 5.000 y 7.000 millones de dólares, pero buena parte se está destinando a gasto social, según el gobierno.

Ese boom petrolero también ha permitido tener unas reservas internacionales en niveles sin precedentes a pesar de que el gobierno ha hecho varias operaciones de deuda que las han afectado. Al 9 de agosto estas reservas se ubicaron en 20.814 millones de dólares, además de 705 millones del FIEM, para un total de 21.519 millones.
En mayo tocaron el techo histórico de 24.700 millones de dólares, incluyendo 703 millones del FIEM.

Pero la sostenibilidad de las reservas y del tipo de cambio también están sujetas no sólo a los ingresos petroleros sino al uso que le de el gobierno a estos fondos, luego de que en el 2004 los comprometió en las llamadas misi-ones y otros planes lanzados en medio de la campaña de cara al referendo.

En todo caso y apartando los vaivenes políticos, el país espera que el cacareado crecimiento económico previsto para este año y para el próximo se traduzca en bienestar para el colectivo, en su mayoría agobiado por la pobreza. Un director del Banco Central de Venezuela, Domingo Maza Zavala, dijo recientemente que la reactivación económica continuará el próximo semestre independientemente del resultado del referendo presidencial y para los próximos seis meses podría crecer la economía nacional entre 10 y 12%.

El economista dijo que el desempleo bajará también durante la segunda mitad del año entre dos y tres puntos porcentuales. En el primer trimestre del año la tasas oficial de desocupación fue de 17,3%, de una población económicamente activa de 12 millones de personas.

Publicado en Revista Quantum No.27