En Estados Unidos, la inexplicada dimisión de Anthony Principi de su puesto de Secretario para los Ex Combatientes es motivada por el escándalo de las armas de uranio empobrecido, el que gana amplitud con la afirmación de Leuren Moret, experto ante la ONU, de que ya no existe la menor duda de que el «síndrome de la Guerra del Golfo», que afecta a gran número de soldados que participaron en la misma, puede ser achacado al uranio empobrecido que ingirieron. Esto es al menos lo que afirma Arthur Bernklau, director ejecutivo de Veterans for Constitutional Law (Veteranos en favor de la Ley Constitucional) al resumir los hechos: de los 580 000 soldados implicados en esta guerra, 11 000 han fallecido hasta la fecha y más de la mitad de ellos se encuentran en estado de incapacidad médica.