El Primer ministro británico confesó el 7 de febrero 2003 haber falseado el informe investigativo que distribuyó a la prensa, a los parlamentarios y al Concejo de Seguridad (ONU) sobre el sistema de disimulación de las armas de destrucción masiva que Irak habría desarrollado. El 5 de febrero, este mismo documento sirvió de base a Colin Powell para pedir al Concejo de Seguridad de la ONU de utilizar la fuerza contra Irak.

El portavoz del Primer ministro británico confesó el 7 de febrero 2003, la falsedad del informe oficial que habían distribuido cinco días antes para poder acusar a Irak de violar la resolución 1441de la ONU.

Este informe tiene como titulo: «Irak: sus infraestructuras de disimulación, de fraude y de intimidación» (Irak - Its Infrastructure of Concealment, Deception and Intimidation, bajarlo aquí), esta publicación comienza con la siguiente advertencia: «Este informe ha sido redactado a partir de múltiples fuentes, incluyendo las notas de los servicios de inteligencia (espionaje), y demuestra que el régimen iraquí está hecho para poseer y conservar armas de destrucción masiva, y que actualmente está empeñado en llevar una campaña de obstrucción hacia y contra los inspectores encargados del armamento de las Naciones Unidas». Cuando los responsables de la información del gobierno de Tony Blair ubicados en el número 10 de la Downing Street (sede del gobierno británico) entregaron a la prensa este informe el 2 de febrero, señalaron repetidas veces que esta investigación era el fruto principalmente de las notas que el MI6 (espionaje británico) había suministrado y que estaban perfectamente actualizadas.

El documento está compuesto de una página de introducción, seguida de tres partes. La primera está intitulada «Los efectos sobre la UNMOVIC» (páginas 2 a 5), sostiene que los servicios de seguridad del Irak tienen todas las facilidades para engañar a los inspectores de la ONU (UNMOVIC) porque son simplemente 200 veces más numerosos. La segunda parte, intitulada «El aparato de seguridad» (páginas 6 a 16), presenta un organigrama donde detalla las diferentes fuerzas de seguridad iraquíes. La tercera y última parte, intitulada «Los efectos sobre la población iraquí» (páginas 17 a 19), explica que el silencio del pueblo iraquí se debe por el terror que infunde el régimen de Saddam Hussein.

El 3 de febrero el informe fue distribuido a los parlamentarios. Tony Blair apareció ese mismo día en la tribuna y delante la Cámara de las Comunas. El Primer ministro declaró: «Como lo demuestra claramente el informe que hemos publicado este fin de semana y que yo he entregado a la biblioteca de la Cámara, se confirma la existencia de una gigantesca infraestructura de fraude y de disimulación concebida especialmente para impedir a los inspectores de la ONU de realizar su trabajo. El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Collin Powell comentará este informe miércoles próximo ante las Naciones Unidas».

El informe fue distribuido el 4 de febrero a los miembros del Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas. (El Concejo de seguridad de la ONU esta compuesto de Rusia, China, Francia, Inglaterra y los Estados Unidos.)

El 5 de febrero, durante su intervención ante el Concejo de Seguridad, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Collin Powell se sirvió de este informe para declarar lo siguiente: «Deseo llamar la atención de mis colegas, sobre el informe muy interesante que el Reino Unido a distribuido ayer y que describe con un lujo de detalles, las actividades emprendidas por Irak para engañar.»

Sin embargo la prensa británica reveló que la segunda y principal parte del informe realizado por los responsables de la información del gobierno de Tony Blair, que pretende ser una síntesis de las notas de los servicios de inteligencia, no es en realidad que una copia más, palabra por palabra, de un extracto de un artículo que apareció en la revista Middle East Review of International Affairs (MERIA).

El artículo intitulado «La red de seguridad y de espionaje iraquí: guía y análisis», repite esencialmente las informaciones antes publicadas por Scott Ritter, antiguo jefe del servicio de información de la UNSCOM (Naciones Unidas), «Endgame: Solving the Iraq Problem Once and For All» (Simon & Schuster editores 1999).

La revista MERIA es editada por el Centro interdisciplinario de Herzliya (ver http://www.idc.ac.il/neg/), y no es otra cosa que una universidad privada ubicada a proximidad de la ciudad de Tel Aviv (Israel) la cual es financiada por donantes estadounidenses, principalmente por el "trader" (comerciante) Marc Rich (Glencore). La revista no es más que un producto y emanación del Instituto Internacional de política sobre el Contra Terrorismo, que se ha forjado una reputación denunciando los supuestos vínculos entre las organizaciones palestinas de resistencia, el Al Qaida y el «Eje del Mal». Este instituto está íntimamente ligado a los servicios secretos del ejército israelí. Dos antiguos directores de este instituto forman parte del Concejo Administrativo: se trata de los generales hebreos Shlomo Gazit y Eli Zeira. Los locales del Instituto son contiguos a los de la empresa privada de telecomunicaciones Odigo quien envió mensajes para advertir de los atentados terroristas del World Trade Center dos horas antes que estos sean perpetrados.

En cuanto al autor del artículo, el doctor Ibrahim al-Marashi, actualmente investigador en el Centro de Estudios para la No Proliferación de la Universidad de Monterrey (California), igualmente profesor a la Escuela Naval de Monterrey y en la Escuela de Guerra de los Estados Unidos.

Así, según los servicios de comunicación del Primer ministro británico, las informaciones contenidas en el documento del 2 de febrero 2003 estaban actualizadas gracias a las notas del MI6. En realidad, estas informaciones provienen de un libro que fue publicado en 1999 y recopiladas por un universitario ligado a los servicios secretos militares de Israel y de los Estados Unidos. Estas informaciones habían sido dadas a conocer públicamente por Scott Ritter para confirmar que los inspectores de la ONU habían concluido su tarea y que no había ninguna arma más de destrucción masiva en Irak. Falsificando las fuentes y las fechas, los servicios de Tony Blair ha dado a este informe una manipulación para que se deduzca lo contrario y poder afirmar así que Irak disimula armas de destrucción masiva, que los inspectores de la ONU no podrán hacerse ninguna ilusión de encontrarlas a consecuencia de todo lo citado anteriormente, y no queda más solución que emplear la fuerza para desarmar a Irak.

Cuando el informe fue presentado a la prensa inglesa, se precisó que este había sido redactado por Alison Blackshaw y Murtaza Khan, bajo la dirección de Alastair Campbell. Ya se ha comentado y confirmado en otros artículos (texto en francés) que el señor Campbell participaba cada día por medio de videos-conferencias a las reuniones de la Estructura de Coordinación de la Propaganda de la Casa Blanca. Es esta misma Estructura quien planificó las citaciones recíprocas entre Blair y Powell de manera a que este Informe pueda ser validado ante los periodistas y ante los ojos de la prensa internacional.

Se confirma que es la tercera vez que los servicios de comunicación del Primer ministro británico publican un Informe falseado sobre Irak. Ya en septiembre 2002, difundieron un documento sobre las armas de destrucción masiva guardadas por Bagdad en la cual indicaban de manera precisa los sitios de almacenamiento. Las autoridades iraquíes condujeron inmediatamente como testigos a los inspectores de la ONU para constatar que estas informaciones eran falsas.

Posteriormente, en diciembre 2002, Alastair Campbell difundió otro informe sobre los crímenes y las violaciones de los Derechos Humanos cometidos por el régimen de Saddam Hussein. Se comprobó también que Campbell había redactado la nota recopilando datos de las asociaciones de defensa de los derechos humanos pero deformando su contenido. No es la primera vez que los Estados Unidos y el Reino Unido mienten con descaro delante del Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Como ejemplo podemos recordar que en 1991, el embajador de los Estados Unidos organizó la audición de una joven enfermera kowetí que relató los crímenes cometidos por el ejército iraquí en Kuwait-City. La joven enfermera en lágrimas y llantos testimonió el robo de las incubadoras en la maternidad y la muerte de los bebes recién nacidos. En realidad esta joven enfermera era la hija del embajador del Kuwait en Londres. Su testimonio era pura invención. La escenificación de esta mentira fue preparada por el Consultorio de relaciones publicas Hill & Knowlton’s. La directora de este consultorio se llamaba Victoria Clarke y esta mujer ha llegado a ser hoy en día la portavoz del Pentágono y participa cotidianamente a las reuniones de la Estructura de Coordinación de la Propaganda de la Casa Blanca en Washington.