Carlos Menem: "Soy profundamente
cristiano y he aprendido a través
de la Biblia que el hombre que no
vive para servir, no sirve para vivir."

Especial desde Ginebra

Carlos Menem, quien vuelve a postularse para presidente de la Argentina en los escrutinios internos de los partidos en noviembre próximo, es uno de los candidatos preferidos de los sondeos para ganar las elecciones generales de marzo del año que viene. Pero sus ambiciones podrían derrumbarse si progresan las investigaciones judiciales sobre las cuentas bancarias que le atribuyen en Suiza.

El tema ha sido puesto de nuevo sobre el tapete por el Secretario del Tesoro, Paul O’Neill, de visita por el Cono Sur en estos dias. Su temor que una eventual asistencia financiera a la Argentina por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) termine desviada en cuentas de particulares en Suiza, constituye una alusión tangencial a Menem. El ex-presidente aparece vinculado a tres procedimientos que confluyen en dos cuentas ya localizadas, y eventualmente en otras que, quizás, podrían tener algunos de los más estrechos colaboradores. El detonante fue su privación legal de libertad decretada el pasado 7 de junio de 2001, inculpado de venta ilegal de armas a los Balcanes, fijando aposentos de arresto domiciliario en un palacete del gran Buenos Aires. De inmediato los bancos suizos, obligados por ley desde 1998 a "comunicar" las cuentas sospechosas, hurgaron en los archivos y desenterraron las dos y únicas cuentas hasta ahora encontradas. Una abierta por Menem a nombre de su entonces mujer, Zulema Yoma, y de la hija de ambos, Zulemita, domiciliada en la sucursal Ginebra de la Unión de Bancos Suizos (UBS), con alrededor de 600 mil dólares de saldo. La otra pertenece a Ramón Hernández, otrora secretario privado de Menem, y se haya en la filial Zurich del Banco del Gotardo, bajo cubierta de una sociedad de utilería fundada en el Principado de Liechtenstein, arrojando un saldo cercano a los 6 millones de dólares.

Enterados ciertos magistrados argentinos por la prensa que los bancos suizos habian denunciado las dos cuentas antes referidas, promoviendo que se incoara en Ginebra un sumario penal por presunto lavado de dinero contra los Menem y Hernández, se requirió en paralelo desde Buenos Aires la trasmisión de esas cuentas para valorar si del contenido de sus extractos podrían extraerse datos de utilidad en algunas causas que involucraban a Menem. Entre los meses postreros de 2001 y enero de 2002, llegaron a Suiza comisiones rogatorias de los magistrados a cargo de diligencias relativas al trafico de armas a Croacia y Ecuador, al presunto enriquecimiento ilícito de Alberto Kohan, ex-Secretario de la Presidencia durante el mandato de Menem, y al atentado antijudio contra la mutual israelita AMIA, en la cual un arrepentido iraní protegido en Alemania pretende que Menem cobró 10 millones de dólares para frenar las indagaciones. Suiza acordó la ayuda judicial, incoando una segunda vía de diligencias.

En enero y febrero de 2002, tres entregas del semanario suizo "L’Hebdo" exhumaron documentos y declaraciones de origen judicial y bancario que radiografiaban los contornos de las cuentas conectadas con Menem y Hernández, retrazando las líneas de las solicitudes sobre Kohan y el testigo iraní, añadiendo el rastreo de otras cuatro cuentas de argentinos vinculados a Menem en Suiza, encabezados por el actual Procurador General de la Nación, Nicolás Becerra, puesto allí por aquel en 1998. Aparejador del tinglado para que la Corte Suprema liberara entre tanto a Menem el 20 de noviembre de 2001, Becerra se viene perfilando para gobernador de su provincia natal de Mendoza en las futuras elecciones, donde no es superfluo recordar fue artífice de la naturalización del narcoterrorista sirio Monzer Al Kassar, afincado en Marbella y primo lejano de Menem, otro personaje de esta trama con una cuenta congelada en Ginebra por trafico de armas.

Fuentes diplomáticas anuncian para la semana próxima la puesta en marcha de un tercer mecanismo judicial desencadenado en Buenos Aires, luego que Carlos Menem admitiera hace un par de semanas ante la cadena de televisión CNN la paternidad de la cuenta suiza de la UBS, no obstante desmentida por su ex-esposa y su hija. Al respecto la Argentina promete un exhorto a Suiza emanado del juez federal Norberto Oyarbide que intentaría establecer si por el hecho de haber dibujado "una línea en el casillero de su declaración jurada como mandatario, que significa la negación de tener cuentas o valores" en otro país, lo hacen culpable de un cúmulo de infracciones con doble incriminación en los códigos penales de Argentina y Suiza, que van de la falsedad ideológica, el fraude a la administración pública, y la falsificación de documento, al cohecho. El magistrado anticipa que además de los Menem solicitará a Suiza que le remitan datos bancarios de los consignados Hernández y Kohan, agregando los nombres de Héctor Fernández, Víctor Julio Ernesto Bestani y Armando Gostanian, padre e hijo, asimismo del entorno del ex-presidente.

Cuando se concrete el aterrizaje de esta tercera petición, Suiza deberá resolver si la asimila al procedimiento de cooperación con el extranjero emprendido con anterioridad, o si decide crear uno diferente. Fuera como fuere, el destino de estos tramites desembocaran, tarde o temprano, en dos dictámenes. Uno nacional mediante el cual se tendrá que condenar o absolver a Menem y su sequito por blanqueo de dinero, y otro internacional, cuya sentencia determinará si la justicia argentina podrá conocer para su debido uso judicial, las cuentas cuyo velo se viene descorriendo lenta pero inexorablemente. Por lo pronto, una pista se perfila inquebrantable, el "Credit Suisse", cuyas responsabilidades en los derrumbes financieros de Argentina y Uruguay son una terrible evidencia. Es menester saber que es el banco por donde pasaran sobornos ya confiscados por los tribunales de Ginebra en favor de otros altos cargos de Menem cuando la multinacional estadounidense IBM reinformatizara el Banco de la Nación de Argentina, un banco donde además el juez español Baltasar Garzón mantiene bloqueada una cuenta del genocida argentino Antonio Domingo Bussi. Es justamente en ese banco que anidan las cuentas del Fiscal del Estado argentino, Nicolás Becerra, y los otros tres fugadores de divisas antes consignados, como la revista suiza "L’Hebdo" lo anticipara meses atrás, una institución que es a su vez propietaria del Banco del Gotardo, donde Ramón Hernández, secretario de Menem, guardaba su botín de 6 millones de dólares.