Para la Argentina, la propuesta de la OMC no cubre las expectativas de los países en desarrollo

Se inició hoy, en Ginebra, la reunión del Consejo General de la Organización Mundial del Comercio, instancia máxima de este organismo. Este último encuentro antes de la próxima Conferencia Ministerial (Cancún, 10 a 14 de septiembre), tiene por objetivo analizar y debatir el borrador del Acuerdo elaborado por el residente del Consejo, sobre la base de las diferentes propuestas de negociación surgidas durante las últimas semanas, y servirá como documento de discusión para los debates de los ministros en Cancún.

"La propuesta del Presidente del Consejo General es asimétrica y plantea un doble standard, ya que atiende los intereses de los países desarrollados, en particular, en materia de negociaciones en el sector agrícola, mientras ofrece ambigüedades en otros sectores, como los nuevos temas del comercio, tales como inversiones y competencia", sostuvo el Secretario de Comercio Internacional, Martín Redrado, quien preside la delegación nacional.

La Argentina contó con el apoyo de miembros de peso en la OMC, tales como Brasil, la India, Australia, Nueva Zelandia, y el resto de los países de América Latina, al manifestar la disconformidad con el documento presentado, por lo que instaron al Presidente a continuar trabajando hasta el 10 de septiembre a fin de incorporar los legítimos intereses de los países en desarrollo en el documento que se presentará a debate de los Ministros en la reunión de Cancún.

La delegación argentina ratificó que esta ronda de negociaciones comerciales multilaterales debe revertir el sesgo en contra de los países en desarrollo del actual sistema comercial multilateral, y debe re-equilibrar los beneficios de este sistema, para que favorezcan especialmente a países como la Argentina.

"Luego de la Ronda Uruguay - última ronda de negociaciones comerciales de la OMC, antes de la actual, llamada "Ronda del Desarrollo" - nos encontramos en una situación de desequilibrio en donde los países en desarrollo no hemos podido beneficiarnos del proceso de liberalización comercial. La disparidad con que se implementaron las desgravaciones tarifarias, priorizando la baja de aranceles para los bienes industriales y marginalizando del sistema a los bienes agrícolas, produjo grandes desequilibrios", señaló Redrado.

En efecto, si bien se incorporaron nuevas reglas a sectores no incluidos hasta ese momento - comercio de servicios, propiedad intelectual, y otros -, se posicionaron los intereses de los países desarrollados de modo tal que fueron éstos quienes capturaron los beneficios económicos y comerciales de dichas reglas. A cambio, el prometido proceso de reforma del sector de la agricultura quedó sólo en buenas intenciones.

"Por ello, hoy reclamamos a los principales actores del sistema comercial multilateral compromisos sustantivos para nivelar el campo de juego en el comercio internacional, a partir de la efectiva liberalización de los sectores de interés de los países en desarrollo - agricultura, trato especial y diferenciado para países en desarrollo, textiles, acero, y otros -, sostuvo Redrado. "Sólo con ese compromiso avanzaremos en las negociaciones de las cuestiones de interés de los países más ricos, como el acceso a los mercados para bienes industriales y temas de inversiones, competencia y compras públicas, entre otros", advirtió el funcionario.

Para la delegación argentina, así como para el resto de los países más activos en las negociaciones en el marco de la OMC, la cuestión agrícola es clave para el avance en el resto de los temas. La posición argentina en este sector es clara: deben eliminarse todas las formas de subsidios a las exportaciones, debe mejorarse sustancialmente el acceso a los mercados y deben reducirse notoriamente las medidas de ayuda interna, tomando en cuenta el trato especial y diferenciado para países en desarrollo. Estas demandas chocan con las posiciones de los países desarrollados proteccionistas, principales responsables de las distorsiones existentes en el comercio mundial, particularmente, en el sector de la agricultura.

"Nos encontramos en un punto de inflexión en las negociaciones multilaterales, y vemos con estupor que los países desarrollados están intentando imponer un doble standard - enfatizó Redrado -, al requerir de los países en desarrollo propuestas y compromisos para el acceso a nuestros mercados de sus bienes industriales, que no se traducen en compromisos equivalentes para que nuestros bienes agrícolas tengan un mejor acceso a sus mercados".

Así, el documento de negociación para el sector de la agricultura presenta numerosas falencias en cada uno de sus subtemas - los llamados "pilares" de la negociación agrícola. La Argentina ha alertado sobre la necesidad de evitar que posibles logros en este sector no se traduzcan en efectivas mejoras en términos de acceso a los mercados, sobre la base de maniobras para la implementación de los compromisos. Entre otras cosas, hemos advertido con preocupación que los compromisos relativos a reducciones de las medidas de ayuda interna no contemplan una desagregación por productos, de especial importancia para lograr reducciones efectivas en todos los productos. Igualmente, la Argentina ha señalado que si se quieren obtener cortes reales de la ayuda interna distorsiva, deben eliminarse/prohibirse los pagos directos de los programas sujetos a limitación de la producción (llamada "caja azul") y establecerse techos para los pagos directos de los programas no sujetos a reducción de la producción ("caja verde").

Por otra parte, y en materia de subvenciones a las exportaciones - que deben ser eliminadas en todas sus formas - se intenta establecer un compromiso de eliminación en dos etapas, que sólo podría aceptarse en tanto que se realicen cortes en los subsidios de los productos que hoy se exportan con tales subvenciones, y no aceptar propuestas tales como eliminar las subvenciones en las exportaciones de productos que en la actualidad se comercian sin tales subvenciones.

A la luz de estas y otras falencias en los documentos de negociación, la Argentina volvió a reclamar que los países con mayor peso económico y mayor participación en el comercio mundial "pasen de la retórica a propuestas concretas y precisas, que evidencien que realmente se proponen hacer progresos en procura de una mayor liberalización comercial".

Sin embargo, y sin perjuicio de la prioridad que los avances en el campo agrícola tienen para nuestro país, la Argentina participa constructivamente en diferentes cuestiones objeto de negociación, ya que nuestros intereses negociadores son amplios, todos ellos persiguiendo el objetivo común de obtener claros beneficios a partir de un sistema de comercio internacional más justo y equilibrado.

"La Argentina no busca cualquier acuerdo, sino un acuerdo satisfactorio; en otras palabras, estamos dispuestos a continuar con la negociación, en forma simétrica, sobre todos los temas acordados. Para ello, buscamos progresos en las cuestiones sustantivas e intentamos avanzar de manera equilibrada, manteniendo el nivel de los compromisos asumidos en la Declaración de la ’Ronda del Desarrollo’. Buscamos beneficios concretos para nuestros ciudadanos. Creemos que alcanzaremos esta meta a través de una mayor equidad en las reglas del comercio mundial", concluyó Redrado.