Nada menos que José Cerritelli, jefe del departamento de Estrategia de Inversiones del Bear Sterns Bank ha dicho que el ministro flautista, Pedro Pablo Kucsynski, debe “retomar las privatizaciones”. Estamos casi seguros que este funcionario bancario no necesitaba soplarle el guión a PPK. ¡Este sabe de memoria qué hacer y cómo impulsar privatizaciones y concesiones a granel!

En el Perú, para la honorable tranquilidad de la inversión extranjera, ya hay un palafrenero lealísimo porque PPK es también un personaje ligado a consorcios, transnacionales, intereses foráneos y él se siente muy orgulloso de tener estas discutibles cualidades ciudadanas.

Conviene recordar un par de antecedentes del señor PPK. En 1968, se las picó, como alma que llevaba el diablo, porque había favorecido a la International Petroleum Company, la odiada IPC, con un pago a pesar de instrucciones en contrario emitidas por el gobierno militar de entonces. PPK se escondió en la maletera de un auto y se fugó al Ecuador. Años después volvió y orondo ocupó la cartera de Energía y Minas durante el gobierno de Fernando Belaunde. Eso sí, fiel a sus principios, comenzó la destrucción de Petroperú.

Otra perla: PPK era accionista de Cosapi, una de las tres firmas integrantes del endeble consorcio Lima Airport Partners y que a fines del 2001 tenía un capital de S/ 10 mil soles, y que había ganado por 40 años la concesión de nada menos que del Aeropuerto Jorge Chávez. Como he denunciado hace pocos días, ese asunto aún sigue oliendo mal porque ya no está Cosapi, LAP no ha invertido lo pactado y hay varios que están chinos de risa porque han ganado dinero a lo grande.

¿Hay que ser adivino para suponer qué va a hacer PPK al frente de la cartera de Economía que ya antes tuvo en el 2002? Habría que ser bobo para no darse cuenta que volvemos a la pista de país en subasta y en las mejores condiciones posibles, no del Perú, sino de los gurúes y benditos inversionistas que vienen de fuera con la solución mágica para todos los males del Perú.

Lo terrible es que hasta hoy no se comprueban aquellas bondades porque los pobres son más pobres y los ricos...... ¡más ricos! PPK es pieza fundamental de este modelo neoliberal que tiende a que todo se venda o se concesione.

La concesión es una venta disfrazada. La infraestructura cuando se privatiza, como en el caso de las concesiones, siempre queda como propiedad del Estado. Hace un par de días, PPK ha pretendido suavizar su credo pro-privatista diciendo que las concesiones son otra cosa. Algo así como hacen los viejos y apolillados comunistas cuando, para no asustar, se llaman socialistas o términos por el estilo. Es un tema privativo de cada quien, pero aquí el engaño es una institución bastante común.

Con PPK ya tenemos el diseño de un guión muy conocido y profundamente desnacionalizador y extranjerizante.

¡Ataquemos el poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.