La Pasión de Cristo, film hollywoodiano escrito y realizado por Mel Gibson se ha estrenado en las salas de Estados Unidos y de gran Bretaña, el 25 de febrero 2004. Para Abraham Foxman, director ejecutivo de una poderosa organización judía, la Anti-Defamation League (ADL), «la película presenta sin ambigüedad a las autoridades y muchedumbres judías como los responsables de la decisión de crucificar a Jesucristo. Nosotros estamos bien consternados por el film que, si es presentado en su actual versión, alimentará el odio, la beatería y el antisemitismo,... ya muchas Iglesias concientes y responsables han comenzado a condenar». En pocas semanas, la polémica en los Estados Unidos a tomado inesperadas dimensiones, suceso que ha destruido en mil pedazos la alianza política existente entre cristianos fundamentalistas con las organizaciones sionistas.

El actor australiano Mel Gibson se hizo sobre todo mundialmente conocido por su rol en las películas Mad Max y El Arma Fatal. Gibson se convirtió no hace mucho al catolicismo, profesando una versión tradicional de este culto. Ha invertido 25 millones de dólares para la realización de este proyecto y considera haberlo efectuado bajo la inspiración del Espíritu Santo.

El Centro Wiesenthal inicia la polémica

El 7 de marzo 2003, el diario Wall Street Journal publica un elogio del film, artículo escrito y firmado por el director de la poderosa red de televisión de Madre Angélica.

El mismo día, el Centro Simón Wiesenthal publica un comunicado [1], escrito por su fundador, el rabino Marvin Hier, para responder anticipadamente a un artículo que será publicado posteriormente al suyo, en le célebre diario The New York Times y al cual le habían informado al avance su existencia. El conocido rabino, igualmente productor de filmes documentales sobre el Holocausto, declaró estar muy consternado si «cómo lo digo yo, si el tema central de la película (de Mel Gibson) es de menospreciar las reformas del Concilio de Vaticano II. Este conclave [sic] histórico del Vaticano, no solamente ha cambiado exitosamente la lengua en la cual la misa católica era celebrada, sino que también trató numerosos temas difíciles, especialmente rechazó la idea según la cual los judíos serían colectivamente los responsables de la muerte de Jesús. La simple verdad es que la crucifixión era un suplicio romano y no judío, y que Roma controlaba Jerusalén en esa época, no los judíos.»

Estas declaraciones fueron inmediatamente difundidas por las agencias de información. Este comunicado del rabino Marvin Hier marcó el comienzo de la polémica. Lo más sorprendente de todo esto es que la película no había terminado de filmarse, cuando el artículo en cuestión apareció anticipadamente pero no hablaba del tema cuestionado. El reportero Christopher Noxon redactó un retrato de Mel Gibson describiéndolo en católico integrista, muy partidario de la misa en latín y recuerda también las posiciones negacionistas de su padre, el panfletista Hutton Gibson [2].

El centro Wiesenthal se ha expresado de manera deductiva, o basándose en informaciones a las cuales no ha tenido acceso, que no habían sido publicadas aún, para expresar a priori, su punto de vista sobre la obra de un católico adepto a la misa en latín, y considerando erróneamente por este hecho, que el personaje sólo puede generar que un anti-judaísmo. Esta reacción ha llevado la polémica a un nuevo enfoque, no solamente se discute sobre la responsabilidad colectiva y el antisemitismo, sino que ahora también hay que preguntarse quien a matado a Jesús, cosa que abre un debate sobre los mismos Evangelios.

Bajo la artillería de la Anti-Defamation League

Poco después, un grupo informal judeo-católico co-presidido por Eugene Fisher de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos y por el rabino Eugene Korn de la Anti-Defamation League B’nai B’rith (ADL), obtienen ilegalmente una sinopsis de la obra fílmica [3]. Este grupo [4], muy activo, pretende purgar y extirpar todo elemento antisemita o sexista del cristianismo. Poco después redacta un informe y se lo envía a Mel Gibson donde le advierte los riesgos de despertar el antisemitismo a consecuencia de su film y le pide de efectuar diversas modificaciones. Ante el rechazo del actor, este grupo publica un artículo en el diario Los Angeles Times, artículo que repite los argumentos del rabino Marvin Hier y sentencia sin escrúpulos la película de Gibson, acusándola de antisemita, pero esta vez apoyándose y utilizando como prueba la sinopsis del film obtenida fraudulentamente. [5]

Esta forma de chantaje ejercido por este grupo informal fue dado a conocer por la agencia Zenit el 30 de mayo [6]. Esta agencia, que pertenece a los Legionarios de Cristo, es una congregación católica de extrema derecha. Anteriormente había publicado en exclusividad la primera entrevista de Mel Gibson, identificándose con él y con el film. Frente al escándalo, la Conferencia Episcopal desaprueba el comportamiento de este grupo pero al mismo tiempo, precisa su punto de vista haciendo presentar una antigua publicación intitulada «Criterios de evaluación de la teatralidad de la Pasión» [7], en la cual condena toda interpretación antisemita de los Evangelios. Pero esta tentativa para calmar los espíritus no basta para frenar la polémica. Por su lado, la Anti-Defamation League movió sus relaciones públicas para que aparezcan en la prensa y en varias oportunidades, extractos de su informe «confidencial».

Diversas personalidades sin embargo han levantado la mano y la voz para defender a Gibson, por ejemplo David Klinghoffer [8] en la revista judía new-yokersa Forward, otro ha sido Monseñor Charles Chaput, arzobispo capuchino de Denver, en el Denver Catholic Register [9]. Saber sí el film es antisemita o no, no es lo que realmente interesa en la polémica, lo que se disputen ambas tendencias es: saber si la alianza o acercamiento judeo-cristiano implica una censura de algunas partes de los Evangelios suceptibles de alimentar el antisemitismo.

Para los cristianos sionistas, que comprenden a los evangelistas y a los baptistas del Sur, partidarios de George W. Bush, siempre se han identificado con una lectura fundamentalista de las Escrituras. De esta manera anacrónica, ellos interpretan la palabra «Israel» en la Biblia como designando al Estado de Israel actual y ven en el «enfrentamiento» de civilizaciones, el argumento muy querido de los «neo-conservadores», al mismo tiempo que la realización profética del Armagedon.

El Opus Dei se apodera del caso

Es en este contexto caldeado que el 5 y 6 de diciembre del 2003, que el co-productor del film, Steve McEveety organiza una proyección privada a la intención exclusiva del Papa Juan Pablo II. Disponiendo de influyentes apoyos en la Curia romana, sobre todo de Su Eminencia Darío Castrillón Hoyos y del dominicano Joseph Augustine Di Noia, brazo derecho del cardinal Joseph Ratzinger (número 2 en la Santa Sede). La proyección del film es coordinada por el secretario particular del Papa, Monseñor Stanilaw Dziwisz, y de un joven asistente del realizador, Jan Michelini. Este último es el hijo de Alberto Michelini, antiguo portavoz del Opus Dei en Italia y actual diputado de Forza Italia (partido de extrema derecha actualmente en el poder, cuyo presidente Silvio Berlusconi goza de un pasado más que oscuro). El joven Jan fue el primer recién nacido bautizado por el Papa Juan Pablo II cuando este ascendió al Pontificado. A partir de este momento, el caso Gibson interesa al Opus Dei, quien se va a adueñar de la polémica para hacer un instrumento muy importante de lucha y propaganda de su política.

Al concluir las proyecciones del film, el Papa manifiesta su emoción y su satisfacción. Su director de comunicaciones, Joaquín Navarro-Valls, incitó por e-mail a los productores para que dieran a conocer este hecho. Citaciones bien precisas aparecen en el diario conservador Wall Street Journal firmadas por Peguy Noonan [10]. Una de ellas decía «Es como era», y sirvió incluso como título del artículo [11]. Esto significaba que en adelante, atacar la película es atacar al Papa. Incluso Juan Pablo II se convierte en el defensor de los Evangelios ante las pretensiones políticamente correctas del ADL. El debate público degenera, particularmente en el diario New York Times que pareciera ser el órgano oficial de la Anti-Defamation League. Con una hipocresía acostumbrada, Joaquín Navarro-Valls llega a desmentir las alegaciones del Wall Street Journal, diciendo que el Santo Padre no se expresa nunca en público acerca de las obras artísticas [12]. Joaquín Navarro-Valls es un antiguo portavoz del Opus Dei en España, Navarro-Valls es igualmente psiquiatra y especialista en manipulación de masas.

El enfrentamiento entre civilizaciones cede el lugar al enfrentamiento entre judíos y cristianos

En pocas semanas, el asunto se ha transformado en una verdadera campaña de enfrentamiento entre las organizaciones religiosas en los Estados Unidos. La época y el momento no permiten ninguna sutilidad. La alianza entre protestantes evangelistas y judíos sionistas, pacientemente consolidada durante dos decenios ha estallado en mil pedazos. La Guerra de civilizaciones (judeo-cristianos contra musulmanes) tiende a borrarse para dar lugar a las viejísimas guerras de religión (cristianos contra judíos). Católicos y protestantes movilizan actualmente sus redes en apoyo al Papa para promover el film de Gibson y contra la censura de la Anti-Defamation League. Por otro lado la Santa Sede retoma en mano sus «derechos», ella que se había hecho robar el liderazgo cristiano por George W. Bush quién le impuso además dos guerras impopulares en el Golfo.

[1Wiesenthal Center on Gibson Film : going back to pre-Vatican II may give rise to antisemitism, Comunicado del Simon Wiesenthal Center, 7 marzo 2003.

[2«Is the Pope Catholic... Enough?» por Christopher Noxon, The New York Times, 9 marzo 2003. Christopher Noxon es periodista en Los Angeles Times. Este artículo había sido rechazado por su diario, también por el Vanity Fair antes de ser publicado por el New York Times.

[3Según Eugene Fisher la sinopsis habría llegado anónimamente por correo postal al rabino Yehiel Poupko de Chicago.

[4Este grupo ad hoc está compuesto de: Dr. Mary C. Boys, profesor de teología, cátedra SNJM Skinner & McAlpin, Union Theological Seminary, New York; Dr. Michael J. Cook, profesor en estudios judeo-cristianos, cátedra Sol & Arlene Bronstein, Hebrew Union College, Cincinnati; Dr. Philip A. Cunningham, director ejecutivo, profesor adjunto de teología, Center for Christian-Jewish Learning, Boston College; Dr. Eugene J. Fisher, director asociado, Comité de asuntos ecuménicos y inter-religiosos, Conferencia episcopal de los Estados Unidos de América; Dr. Paula Fredriksen, profesor de Escrituras, Universidad de Boston; Rev. Dr. Lawrence E. Frizzell, director, Instituto de estudios judeo-cristianos, Seton Hall University, East Orange, NJ; Rabbi Dr. Eugene Korn, director, Buró de asuntos religiosos Anti-Defamation League; Dr. Amy-Jill Levine, profesor de estudios del Nuevo Testamento, cátedra Carpenter, Vanderbilt University, Nashville; Dr. John T. Pawlikowski, OSM, profesor de ética social, director de estudios judeo-católicos, Catholic Theological Union, Chicago.

[5« Scholars Concerned About Film’s Fallout », por Bettijane Levine, Los Angeles Times, 22 abril 2003.

[6« Controversy Swiris Around Mel Gibson’s ’Passion’ », Zénit, 30 mayo 2003.

[7Criteria for the Evaluation of the Passion, Comité ecuménico para los asuntos inter-religiosos, Conferencia episcopal de los Estados Unidos 1998.

[8David Klinghoffer es un especialista judío ortodoxo de las relaciones judeo-cristianas. Es el autor de Why the Jews Rejected Christ (Por qué los judíos rechazan Cristo: In Search of the Turning Point in Western History (Doubleday).

[9«Mel Gibson, ’The Passion’ and critics who can’t wait», por Charles Chaput, Denver Catholic Register, 28 mayo 2003.

[10Peggy Noonan es una antigua colaboradora de Ronald Reagan y era ella quien escribía sus discursos.

[11«It is as it was. Mel Gibson’s ’The passion’ gets a thumbs-up from the pope», par Peggy Noonan, The Wall Street Journal, 17 diciembre 2003.

[12Dichiarazione del direttore della sala stampa della Sante Sede, Dr. Joaquin Navarro-Valls, Vatican Information Servize, 22 enero 2004.