El Apocalipsis nuclear amenaza la Tierra
Explosión de una carga termonuclear. Foto D.R.

La creciente oposición a la doctrina de la «No proliferación nuclear» tiene su raíz en el hecho de que Estados Unidos se dispone a introducir armas atómicas tácticas en el campo de batalla. Esta tendencia originaria en la concepción bélica del gobierno de Bush padre, conduce al abandono explícito de la llamada «Afirmación de Seguridad Negativa» [1] por parte del gobierno de George W. Bush hijo.

De acuerdo con dicho principio rector, -la «Afirmación de Seguridad Negativa»-, que data del gobierno de Carter, Estados Unidos se comprometía a jamás emplear armas atómicas contra una potencia no atómica, con excepción del caso excepcional de que este país se uniese a una potencia nuclear en un ataque a Estados Unidos o a sus aliados. Este principio, ratificado en 1995 por el gobierno de Clinton, fue un modelo por los demás integrantes permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Ensayo de un misil.
Probando nuevas tecnologías militares y nucleares capaces de perforar muros o bunkers resistentes. Foto White House / Ministerio de la Energía USA.

De tal manera, sustituyendo la doctrina de la «Destrucción Mutua Asegurada» de la
Guerra Fría, los estrategas del grupo belicista que domina a Washington promueve hoy la doctrina de la «Destrucción Unilateral Garantizada», destinada a aterrorizar al mundo y obligarlo a someterse a una Pax Americana, cuyo condicionador sería la nueva proliferación de armas tácticas nucleares.

En seguida citamos el cronograma de la proliferación nuclear norteamericana hasta el momento presente en que se han barrido todas las restricciones legales que estaban en vigor.

 Marzo de 1990. El informe: Military Net Assesment, del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos se refiere a la «amenaza crecientemente posible del Tercer Mundo» para la construcción de armas de destrucción masiva y exige que Estados Unidos conserve y modernice una vasta gama de armas atómicas.

 1991: Inmediatamente después de la guerra del Golfo Pérsico, el secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Donald Rice, afirmó ante el Congreso que los Estados Unidos deberían «impedir la aparición de la capacidad atómica regional». Más tarde, el entonces Secretario de la Defensa, Dick Cheney difundió la «Directriz del empleo de armas atómicas (NUWEP)», en que se establece la planeación del empleo de armas atómicas contra naciones del Tercer Mundo que sean consideradas capaces de fabricar armamento de destrucción masiva.

 Abril de 1991: El Laboratorio Nacional de Los Alamos da a conocer la primera propuesta para la construcción de una nueva generación de bombas miniatura. En el verano del Hemisferio Norte, un equipo de Los Alamos promueve una conferencia del Consejo Científico para la Defensa, del Pentágono, llamada «Usos potenciales de armas atómicas de mínima capacidad en el Nuevo orden mundial».

El general Lee Butler, jefe del Comando Aéreo Estratégico (SAC, luego llamado Comando Estratégico, StratCom), creó un Grupo de estudios de contención, encabezado por el secretario de la Fuerza Aérea Thomas Reed. El «Informe Reed» recomendaba que las armas atómicas de Estados Unidos se reorientasen contra «cualesquier adversario en todo el mundo», y recomendaba «el uso inicial de ellas donde las fuerzas estadounidenses estuviesen amenazadas de "aniquilación inminente" (por armas convencionales) en lugares remotos del mundo».

El misil Harpon
Capaz de transpootar cargas nucleares.

Entre los asesores que ayudaron a elaborar el informe destacan John Deutch, futuro sub secretario de Defensa y director de la CIA; la actual consejera de Seguridad Nacional Condolezza Rice; y quien luego sería director de la CIA, James Woolsey.

 Cuarto trimestre de 1991: Strategic Review publica un articulo provocador de Thomas Dowler y de Joseph Howard, del laboratorio Los Alamos, titulado «Contrarrestar la amenaza de un tirano bien armado; una modesta propuesta para armamento atómico pequeño». En el texto, sus dos autores insinúan: «la fabricación de nuevas armas atómicas de potencia muy reducida y con poder destructivo proporcional a los riesgos que corremos en el nuevo ambiente mundial», y, específicamente, «microbombas» ( con potencia equivalente a 0.01 kilotón), «mini bombas» (de 0.1 kilotón) y «bombas pequeñas» (de 1 kilotón).

Dowler y Howard concluyen: «Dudamos que algún presidente autorice el empleo de armas atómicas de nuestro arsenal actual contra naciones del Tercer Mundo. Es precisamente esa duda la que nos lleva a argumentar a favor de la construcción de armas en la franja de los sub-kilotones».

 Diciembre de 1991: El Consejo Científico de Defensa y el Consejo de Política de Defensa realizaron el Seminario sobre «Conceptos Potenciales de Armas para Fuerzas Nucleares no Estratégicas en el siglo XXI». Después, la Fuerza Aérea inicia el «programa PLYWD» (Construcción de armas de precisión de potencia reducida) para evaluar la abricación de una «opción creíble para contener el empleo de armas atómicas por parte de naciones del Tercer Mundo».

-Septiembre de 1992: El presidente George Bush anuncia la renuncia de Estados Unidos al empleo de armas nucleares tácticas. La medida fue tomada por recomendaciones de los asesores contrarios a los planes belicistas «utópicos», en especiald el consejero de Seguridad Nacional Brent Scowcroft. En octubre, en otro revés para los belicistas nucleares, Bush aprueba una moratoria internacional de pruebas atómicas.

Marines de EE.UU.
Vestidos de sus trajes especiales que los protegen de una contaminación nuclear, química o biológica. Foto Departamento de la Defensa USA.


 Enero de 1993: En el discurso del «Estado de la Unión», Bush padre afirma que los Estados Unidos tienen planes para reducir su arsenal de armas atómicas no estratégicas.

 Enero de 1993: Los belicistas contratacan. El Pentágono emite la «Estrategia de Defensa para la Década de los 90», la cual supone la adopción de armas atómicas ofensivas contra objetivos del Tercer Mundo. Los principales autores del documento son el subsecretario de la Defensa Paul Wolfowitz y su adjunto Lewis Libby, actual jefe de gabinete del vice-presidente Cheney.

 Enero de 1993: En la revista Bulletin of the Atomic Sciences, el periodista William M. Arkin advierte: Los programas están lejos de haber muerto. El respaldo (a las mini bombas) se extendió como un virus, infestó los laboratorios atómicos, la Fuerza Aérea y la Marina, los Comandos Estratégicos, la Agencia Atómica de la Defensa y los Comandos Central y Europeo. Dicen que no tienen un plan oculto. Pero, detrás de los defensores tradicionales de la «seguridad» se esconde un nuevo grupo que pretende la creación de una nueva generación de armas atómicas pequeñas, diseñadas para emplearse en las guerras del Tercer Mundo.

 Febrero de 1993: El Congreso aprueba la «Enmienda Spratt -Furse» al presupuesto de Defensa de 1994, la cual prohíbe a los laboratorios de armas efectuar cualquier tipo de investigación de armas atómicas mayores a las de 5 kilotones. El presidente aprueba la enmienda.

Bombardero atómico Boeing

 Octubre de 1993: Con el disfraz de la «modernización de armas» el asistente para Energía Atómica del Secretario de la Defensa, Harold Smith, pide la autorización para fabricar la primera mini bomba atómica, la B 61-11. En noviembre de 1993, a pesar de la ley restrictiva Spratt Furce, la propuesta es aprobada por el Comité de Seguridad del Comando de las Fuerzas Atómicas y, en febrero de 1995, por el subsecretario de Defensa John Deutch, un veterano del «Informe Reed». Creada con rapidez, la nueva
bomba apenas pesa 540 Kg y puede llevar cabezas atómicas de 0.3 y 3.4 kilotones.

 Enero de 2002: El gobierno de George W. Bush envía al Congreso la «Revisión de la postura atómica», que defiende abiertamente el empleo de armas atómicas contra siete países -Rusia, China, Irak, Corea del Norte, Libia y Siria-, de las cuales tan sólo las dos primeras se contaban entre las potencias atómicas.

 Febrero del 2002: el subsecretario de Relaciones Exteriores para el Control de Armas y Seguridad Internacional, John Bolton, repudia la «Afirmación de la Seguridad Negativa», pues la considera una «visión no realista de las situación internacional», luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001..

Emblema del StratCom

 2003: La ley de autorización del presupuesto de Defensa para 2004 autoriza recursos para: la fabricación de un Penetrador Terrestre Nuclear Robusto (RNEP); se trata de un artefacto atómico táctico proyectado para destruir instalaciones subterráneas; la investigación de «Conceptos de Armas Atómicas Modernas», dedicados a la fabricación de «mini bombas atómicas» (mini nukes); el proyecto de una nueva fábrica de bombas atómicas (Modern Pit Facility);y la reducción del plazo de reinicio posible de las pruebas atómicas de los 24 a 36 meses actuales a 18 meses. El proyecto de ley preveía también la anulación de la enmienda Spratt-Furse, pero la iniciativa no fue aprobada por el Congreso.

 2004; El presupuesto de Defensa para 2005 prevé una dotación de 71 millones de dólares para un «estudio de viabilidad» de RNEP (Penetrador Terrestre Nuclear Robusto), cuyo plazo de vigencia vence en 2005.

[1La «Afirmación de Seguridad Negativa» fue adoptada por el gobierno de James Carter en 1978.