Tres mil hiphoperos llegaron de todas partes del país para acordar una agenda política de la "generación del hiphop", para su primera Convención Nacional Política. Los participantes, en su mayoría afroamericanos y latinos, más asiáticos y anglos, partieron de una postura de "resistencia" ante el estado actual de este país, y su objetivo es transformar el movimiento cultural en una fuerza política que incida efectivamente en la coyuntura electoral nacional.

De Newark, ciudad industrial marginada con una historia explosiva en los años 60, brotaron expresiones de la cultura de la calle, representada por raperos, activistas, periodistas, promotores, ejecutivos de disqueras y académicos quienes discutían los problemas de la comunidad en búsqueda de soluciones y estrategias colectivas. En las mesas y talleres a lo largo de cuatro días, la comunidad entera dialogó tácticas para resolver problemas como el encarcelamiento de una generación, la guerra contra las drogas y la violencia entre bandas.

Panteras negras jóvenes

Recién liberado de la cárcel, Fred Hampton Jr., hijo del líder legendario de las Black Panthers, Fred Hampton, dirigió unas palabras a los jóvenes en el público. Propuso un cambio de sintaxis: "Hay que dejar de usar palabras bonitas para realidades brutales. Estamos viviendo la esclavitud nueva. No son tácticas policíacas, es terrorismo policiaco. No son prisiones, son campos de concentración." Los jóvenes, quienes han aprendido mucha de su historia por medio del rap, conocen a Hampton Jr. por una canción de Dead Prez, grupo de hip hop de Brooklyn, militante integral de ese movimiento:
Liberen a Fred / hijo de un pantera que el gobierno mató / el 4/12 de 69/ 4 de la mañana / es terrible pero está bien / porque Fred Hampton Jr. se le parece en todo / camina como él / habla como él / y espanta a los federales y los soplones / verlo organizar a los hermanos y hermanas de las bandas / lo tienen que poner en cuatro /ya sabes como es el juego / 18 años porque la tira dijo que si / lo acusaron de incendio de la tienda de un árabe pero prendió las mentes de los jóvenes negros y pobres.
A la WhiteTnation (nación de las playeras blancas), apodo de la generación nueva que se viste en grandes playeras lisas, sin marca, Hampton les exigió: "Redirijan la rabia; marquen la línea entre el estado y el pueblo." Los jóvenes, por su lado, mostraron una urgencia por cambiar sus vidas que los llevó a retar a los raperos en las ponencias, a exigirles más. ‘’Si ustedes no entienden el sistema político, ¿cómo van a ser lideres?", insiste un joven de preparatoria al rapero Jim Jones, de Harlem, quien se define como un ghettolutionist, quien conoce la calle y las tranzas más que los sistemas políticos. Responde el rapero y ejecutivo de The Diplomats: "Hay que hacer una campaña política para cada disco: Así estaríamos en la Casa Blanca."

Así, Newark, una ciudad siempre temida por su historia de motines y violencia, se convirtió en sede de un encuentro en que las leyendas caminan entre la gente y la crisis de la realidad no se detiene por un segundo. En medio del taller sobre acuerdos de paz entre bandas, una estudiante de preparatoria llegó corriendo y tomó el micrófono para anunciar que acababa de ver como apuñalaban a un joven, quien compraba zapatos, con su hijo y su madre, en una tienda local, a unas cuadras de la convención. Aunque en Newark han logrado un tratado de paz entre las bandas enemigas, Crips y Bloods, esa tarde otro charco de sangre derramado por la guerra entre colores manchó la avenida principal donde pasaron los participantes para asistir a los conciertos gratis en el Military Park.

Raperos voltean al sur

Más que nunca, los oídos de los hiphoperos están puestos más allá de las fronteras gringas. Cedric Muhammad, antes gerente del mega exitoso Wu Tang Clan, exige: "Hay que voltear hacía la comunidad internacional del hip hop para ver lo que nos puede enseñar, y reconocer que buena parte del rap más consciente no viene de Estados Unidos." Chuck Creekmur, fundador del sitio Allhiphop.com dice que hablando con raperos de Colombia, Brasil, México y Cuba se dio cuenta que ‘’lo que dicen ellos es más puro, hablan por el pueblo, no para la industria, como aquí. En Estados Unidos el hip hop ha sido colonizado, especialmente el rapero, no tanto los otros elementos como los DJs, los grafiteros, y los B-boys, quienes todavía preservan su autonomía. En otros países está floreciendo todo."
Acordaron los panelistas, entre ellos raperos como MC Lyte, Boots Riley, de The Coup, y M-1, de Dead Prez, que el potencial del hip hop es el poder de unificar a la gente de color en todo el mundo. Esta comunidad de resistencia se comunica vía los casetes de mezcla que diseminan la música que no cabe en los perfiles comerciales de la radio. Cada vez se suman más jóvenes blancos al movimiento; bautizado por las lecciones de Eminem, rapero blanco que domina la industria, buscan la posibilidad de ser una generación blanca más sensible que no hará las mismas cosas opresivas que hicieron sus padres.

El voto negro

"Todo es político", dice la co-organizadora Angela Wooden. "La escuela, la iglesia, el trabajo, la calle, toda la vida es política. Es hora de darnos cuenta de eso y tomar las riendas de la industria multimillonaria que creamos." La convención, basada en el modelo de la Convención Nacional Política Negro de 1972, en Gary, Indiana, buscó consolidar una voz unitaria que abarcara generaciones y llevará sus demandas a los partidos políticos.
Con ojos puestos en las elecciones, los organizadores exigían que cada delegado a la convención buscara empadronar a más de 50 votantes. Sin embargo, mucho del público reunido no votará en noviembre porque aún no estará de edad. Aunque la música del hip hop ya cumple una generación, siempre pertenecerá a los jóvenes. Y ellos perciben poca esperanza en las palabras de Kerry y menos en las de Bush. Más bien, este verano estarán escuchando el disco nuevo de Jadakiss, Kiss of death (Beso de la muerte) y si consiguen la versión sin censura, escucharán versos como, "¿Porque tiró las torres Bush?"