Rodolfo Stavenhagen participó del diálogo de Derechos Humanos contando su experiencia de trabajo en la conferencia marco a cerca de las "Sociedades multiétnicas, sociedades multiculturales, sociedades convivenciales: democracia plural". Tuvimos la oportunidad de charlar con él acerca de la situación de las Naciones Indígenas en el mundo y en particular en Latinoamérica.

- ¿Cuánto hace que se creó el mandato de Relator Especial para los pueblos indígenas en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas?

- El mandato de Relator Especial fue creado en el año 2001 por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Desde entonces fui nombrado como primer relator y estoy a cargo de cumplir los objetivos del mandato.

- ¿Cuáles han sido los motivos que impulsaron la creación de este mandato y cuál es la función del relator?

- Desde hacía más de 20 años, en el seno de Naciones Unidas, los representantes indígenas que participan de las sesiones anuales reclamaban la creación de un mandato especial para los Derechos Humanos de los pueblos indígenas.

Y esta vieja demanda fue recogida por la comisión de DDHH. En este sentido, para poder ver la importancia de este mandado sólo basta pensar que en el mundo existen aproximadamente 200 Estados Nacionales y que en ellos conviven miles y miles de pueblos indígenas que necesitan combinar su propia realidad con la realidad política, cultural y social al interior de los propios Estados.

- ¿Cuáles son las demandas más urgentes que están presentes en la lucha de los pueblos indígenas?

- Hay una constante, un patrón persistente, histórico de violaciones a los derechos humanos de los pueblos indígenas. Básicamente son violaciones que tiene que ver con los derechos de los pueblos a la tierra, al territorio, la discriminación de la que generalmente son victimas como consecuencia de prácticas racistas, la denegación de los derechos culturales como naciones indígenas.

También tienen problemas graves de discriminación en los sistemas de administración de justicia, que muchos llaman de "injusticia", donde se dan casos de violaciones selectivas y sobre todo existe un patrón muy generalizado de marginación y pobreza frene al resto de la sociedad nacional.

Los indicadores de desarrollo humano y servicios sociales, por ejemplo, los que tienen que ver con el acceso a la educación, la salud, o la asistencia sanitaria y los servicios públicos están muy por debajo de la media nacional para los pueblos indígenas. Y quienes particularmente sufren esta discriminación son las mujeres indígenas y las niñas. Sufren en este sentido una triple discriminación como indígenas, como mujeres y como niñas.

- En algunos países, hay un discurso generalizado que consiste en negar la existencia de pueblos indígenas, con las frases "ya no quedan indios puros" o "ya no hay territorios indígenas en este país". ¿Esta concepción falsa estaría sustentando políticas de marginación y a su vez negando la existencia de poblaciones indígenas en las ciudades?

El fenómeno de las poblaciones indígenas en las zonas marginales de las ciudades se viene dando en muchos países desde hace muchos años. La imagen tradicional que se tiene de los indígenas remontados en la selva, en los bosques alejados de la ciudad, es una imagen falsa o al menos sólo una parte del esquema que atañe a una pequeña proporción de las poblaciones indígenas en todo el mundo.

De hecho, debido a las presiones económicas, territoriales y políticas que han sufrido históricamente los pueblos indígenas por políticas demográficas que los han despojados de sus propios recursos, se han visto obligados a migrar a las ciudades, o a otras partes de sus países e incluso a través de fronteras internacionales.

Hay poblaciones indígenas cada vez más numerosas que participan en patrones internacionales de migraciones laborales, como es el caso de indígenas mexicanos y ecuatorianos que emigran a EE UU o bolivianos que lo hacen hacia Argentina o Chile. Desconocer esta realidad es desconocer una gran parte de la población mundial.

- ¿Cómo se vive el fenómeno de la marginación hacia los pueblos indígenas en los entornos urbanos de las ciudades?

- En las ciudades se dan problemas diversos: muchos de los indígenas que llegan a las ciudades ocupan las posiciones más bajas en cuanto a servicios sociales, no tienen acceso a los servicios, presentan índices de pobreza generalizada o extrema pobreza, incluso son víctimas de la discriminación racial. Lo que se plantea en este punto es hasta qué punto se mantiene o se conserva una identidad cultural propia, en circunstancias tan ajenas y por otra parte tan difíciles para el desarrollo humano.

Y lo que vemos también es que a lo largo de las generaciones, se van perdiendo las características propias de pertenencia, culturales, subjetivas, psicológicas, etc. Se van integrando finalmente en la masa de población urbana. Sin embargo, en muchos casos por el contrario, la identidad indígena se fortalece, porque se estructura como un instrumento de preservación y de lucha por el reconocimiento de las reivindicaciones de tipo económico y político.

Hay casos muy notables como el movimiento de los mapuches en la ciudad de Santiago de Chile, que originalmente provenían del sur del país, pero que en la actualidad ya hay varias generaciones que son nacidas en la ciudad y se han organizado en asociaciones comunales o de barrio políticas para la defensa de los derechos humanos en su calidad de mapuche.

Entonces se da una especie de recreación, idealizada, pero también política de una identidad mapuche que ya no tiene que ver directamente con el problema de la tierra, por el que aún se lucha en el sur de Chile, sino que se trata de reivindicaciones particulares del medio urbano. Lo mismo sucede en la ciudad de México, que es la gran metrópolis del país pero a su vez la ciudad indígena más grande del mundo, pues ahí todos los pueblos indígenas de México están representados.

Todavía en los diferentes barrios se oye hablar las más de 56 lenguas que se hablan en las distintas partes del país. Y a su vez, también se han organizado en asociaciones que ya tienen el reconocimiento del gobierno de México y han desarrollado programas de salud, de educación, o culturales, lo que demuestra que es posible la supervivencia de una identidad indígena en un medio urbano. Y esto mismo lo podemos ver en Lima, en Quito, en la ciudad de Guatemala, etc., aunque todavía quedan muchas reivindicaciones pendientes de ser resueltas y el proceso continúa.

A pocos meses de que concluya oficialmente el Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas, iniciado en 1994, Rigoberto Menchú Tum en una carta abierta dirigida al Secretario General de la ONU muestra su preocupación sobre el compromiso que los Estados miembros de la ONU asumieron y aún no han cumplido en la actuación particular de cada uno de esos Estados en relación con los Pueblos Indígenas.

- ¿Cree que es una falta de voluntad política de cumplir con los propósitos del decenio o que están en juego intereses nacionales?

- Comparto el planteamiento del Premio Novel de la Paz, Rigoberto Menchú Tum. Ella lleva un mandato muy importante por lo que representa para las poblaciones indígenas de Guatemala y por el reconocimiento que tiene también a nivel de internacional. Evidentemente, con la firma de esta Declaración se ponen en juego muchos intereses particulares. La aprobación de la Declaración de los Derechos Humanos para los Pueblos Indígenas es muy importante ya que es la respuesta al planeamiento que los pueblos indígenas vienen haciendo desde hace mucho tiempo.

El punto nodal radica en que con este reconocimiento se está otorgando un derecho muy importante que consiste en la "libre determinación de los pueblos indígenas", que sean reconocidos como naciones del mundo. Sin embargo, aún si se aprueba no cambiará gran cosa, porque una declaración no es un tratado ni un convenio, y las declaraciones solo tienen autoridad política y moral.

Pero no deja de ser importante, porque con la declaración los indígenas pueden contar con un instrumento institucional que los protege y les reconoce sus derechos, y así impulsar a nivel nacional, cambios constitucionales o legislativos. Para esto hace falta que los gobiernos sean permeables a las demandas. De todas maneras, de forma paralela y constate se tiene que seguir dando la lucha en el ámbito nacional, y en los territorios locales, haciendo alianzas con otras organizaciones de la sociedad civil.

Y esto es fundamental en los países donde las comunidades indígenas son minoritarias como en Argentina o en Brasil. El caso de Brasil es muy significativo en este sentido, porque a fines de los años 80 hubo un cambio en la constitución brasilera mediante el cual por primera vez los indígenas tuvieron un reconocimiento como pueblo con derechos. Y esto se dio gracias a las alianzas con sectores democráticos de la población.