Con un Bush elegido por primera vez y apoyados masivamente por amplios sectores de la derecha religiosa, los republicanos inician la segunda fase de una revolución derechista que primero se tomó el poder de manera ilegal y que ahora venció en los comicios gracias a las estrategias comunicacionales de Karl Rover, un hombre del entorno presidencial poco conocido en América Latina.

Esta revolución de aspiraciones globales controla el poder militar y en lo interno, implementa una agenda moral de contenido religioso y una política económica planificada por personeros con intereses en las grandes corporaciones privadas.

Después que los republicanos propinaran su contundente derrota a los demócratas, los “neo-cons”, la derecha republicana fundamentalista y cristiana, controla no sólo el gobierno sino que su poder se extiende a las dos cámaras legislativas, a la Corte Suprema, al sistema judicial federal y a una gran parte de las legislaturas estadales. Con una sola elección, los republicanos lo controlaron todo.

Los ideólogos neo-conservadores cuentan con cuatro años más para asentar su estrategia de dominación global y de restricciones a los derechos civiles en casa. Después del 11 de septiembre 2001, los neo-cons asumieron el poder militar. Ahora, con el poder político en las manos, las posibilidades políticas y militares son ilimitadas para los republicanos.

El monopolio republicano del poder político y militar, advierte un editorial de la revista The Nation, "cristianizará" a las instituciones públicas, acelerará de una forma "terrible" la violencia en Irak y prometerá nuevas conflagraciones a nivel mundial. "Ha sido anunciado el traspaso de los impuestos a los pobres y la clase media desde los super-ricos", dijo la revista.

Al responder una pregunta sobre su aislamiento mundial, Bush dijo con su arrogancia característica que su política global no tendrá cambios. "He asumido decisiones difíciles, decisiones para protegernos, decisiones para expandir la paz y la libertad (por el resto del mundo)". La guerra contra el terrorismo continuará siendo una prioridad, dijo en su primera conferencia de prensa como presidente electo. (4/11/04)

Bush se siente con el derecho del "mandato" del pueblo. Mientras las tropas estadounidense efectúan su ofensiva total en Fallujah, un combate que, según estrategas, podría ser mortal para miles de civiles, Bush se negó a decir cuánto mas costará la guerra o si enviará más tropas a Irak. Se espera que Bush le pida al Congreso $ 75 mil millones extras para apoyar los esfuerzos guerreristas antes de “las elecciones” de enero en Irak.

Tal vez Ralph Nader tenia razón. El Partido Demócrata, sin una diferencia discernidle con los republicanos, ya no escucha a los progresistas. "Hemos sido marginados: ...o se reinventan los demócratas o serán por siempre un partido de oposición", sostiene el clamor anónimo. Kerry nunca representó una verdadera alternativa. Con una agenda tan similar a la de Bush, cualquier desprevenido elector, enfrentado a la disyuntiva y no viendo mayores diferencias votaría por uno que dice lo mismo pero que ya lo está haciendo desde hace cuatro años.

El candidato independiente Ralph Nader dijo que era necesario despertar al movimiento por la paz que se quedó dormido, "apoyando silenciosamente a un candidato (Kerry) agresivo en la guerra". Nader, vilipendiado por la "inteligentsia" liberal, advirtió que los EEUU y el gobierno títere -enfrentados a un resistencia contra la ocupación estadounidense- lanzarían la ofensiva de Fallujah, que significará la muerte masiva de civiles y una profundización de la guerra civil. Nader hizo un llamado a protestar y oponerse a la intensificación de la guerra en Irak. "No hay tiempo que perder..., el momento de actuar fue ayer. La guerra en Irak, una fabricación ilegal, esta desviando los recursos que se necesitan para paliar las necesidades del pueblo estadounidense", dijo Nader.

Los demócratas siguieron la ruta equivocada. Por tratar de ganarse a un electorado pro-“stablishment” desencantado con Bush, se desconectaron de la realidad asumiendo una postura sumisa y oportunista. Sin nada nuevo en lo económico, en el déficit del intercambio comercial y en la globalización, los demócratas perdieron en los estados industriales plagados de desempleo.

Kerry fue incapaz de presentar alternativas coherentes. Fracasó en su conexión con los electores perdiendo votos rurales en temas culturales y morales. Su cuestionamiento a la guerra fue cosmético y despilfarró miles de votos de los pobres. Con un partido en el suelo, después de una dura paliza, muchas son las lecciones que los demócratas tienen que rescatar. Siguiendo fielmente el ejemplo de los republicanos, el miércoles pasado se escuchó a la representante demócrata por California Nancy Pelosi citar pasajes de la Biblia en una entrevista con CNN.

Los republicanos también ganaron 12 asientos, cinco en el senado y siete en la Cámara Baja. Aunque no es masivo, el 51 % de los votos ganados le ha dado a Bush un supuesto "mandato popular" para que su gobierno continué en la misma dirección. Pero este "mandato", ampliamente difundido en la prensa, no es para tanto. Según la organización Fairness & Accuracy in Reporting (FAIR), si bien es cierto que Bush logró mas votación que cualquier candidato presidencial anterior, también es cierto que más gente votó en contra de cualquier otro candidato presidencial ganador en la historia del país.

El concepto de la vigilancia constante, del parche antes de la herida, del ataque preventivo, de la guerra permanente, cobró también importancia a través de un contradictorio doble discurso típico en Bush: Por un lado los "progresos" alcanzados en la derrota del terrorismo y la implantación de la democracia a través de las elecciones en Afganistán e Irak, y por otro lado, la necesidad de un presidente resoluto para combatir al terrorismo. En otras palabras, los estamos derrotando pero no los estamos derrotando.

Los republicanos fueron capaces de lograr la victoria aún con la ocupación en Irak en su contra, la inestable situación económica y el aislamiento político a nivel internacional. La estrategia empleada por republicanos consistió en repetir las constantes vacilaciones (flip-flop) de Kerry, difundir el miedo por la incapacidad de un presidente demócrata y vacilante cuando se trata de detener al terrorismo y restarle importancia a los temas centrales y ganar el voto moral, el voto religioso.

Dios y Rove le dieron una manito

Los analistas políticos coinciden en que el triunfo de los republicanos tiene nombre y apellido: el temido estratega Karl Rove -había comenzado a trabajar en la reelección de su jefe hacia tiempo- supo poner en un segundo plano los problemas políticos y económicos y centrar la atención en los temas “valóricos” y culturales conservadores. Así, los republicanos lograron el voto masivo de casi 4 millones de evangélicos.

Si Bush tiene cerebro, éste se llama Karl Rove. El estratega electoral, el hombre que diseño al Bush presidenciable y que lo llevó a la gobernación de Texas, es considerado uno de los más sucios pero brillantes jefe de campaña y consejero. Rove, el rey de la desinformación, se hizo famoso en la campaña de 1972 de Richard Nixon. Hoy, el principal consejero de Bush, es considerado el presidente de facto del gobierno estadounidense. El gurú de los consejeros políticos ha estado detrás de todas las decisiones mas importantes tomadas por Bush. Lo convenció de asociar a Irak con el terrorismo, por ejemplo.

Las tácticas "políticas" rovianas de "no tomar prisioneros", de desprestigiar a sus oponentes, de implantar rumores y mentiras, testimoniadas en variados libro, artículos y documentales fílmicos, son tan temidas por los demócratas como los republicanos. Para Bush, Rove es un confidente y amigo cercano, con un buen juicio que vale lo que cobra. Bush le pagó casi 400 mil dólares a Rove para derrotar a la gobernadora de Texas Ann Richards y ponerlo como gobernador. Desde entonces, han salido triunfadores todos los candidatos republicanos que contrataron los servicio de Rove.

Los denominados temas “culturales” en estas elecciones incluyeron la moralidad, los derechos de los homosexuales, la investigación científica en la manipulación de células humanas, el aborto y la religión. Los electores votaron por reformas constitucionales contra del matrimonio homosexual en 11 Estados. Según los analistas, éste fue el principal tema que motivó a miles de personas a salir a votar por Bush.

La doble postura del presidente nuevamente de dio buenos resultados. Avaló la libertad de credo y la separación del estado y la religión, pero entregando cotidianos mensajes religiosos y conduciendo las oraciones matinales de su gabinete. Bush, un “newborn” (vuelto a nacer) cristiano que dice haber dejado el alcohol y las drogas gracias a su reencuentro con el Todo-poderoso, invoca cotidianamente a Dios y no escatima en mencionar su fe en sus discursos políticos.

Los votos evangélicos fueron clave para Rove y Bush. De acuerdo a Associated Press, el 23 % de los electores fueron evangélicos blancos. De estos, un 78% le dio el voto al presidente. Los católicos blancos, en su mayoría anti-aborto, le dieron el 56% mientras que los católicos romanos le dieron el 52%. Hay que recordar que desde John Kennedy, Kerry es el primer candidato presidencial católico. Las prioridades del 22% del electorado en general fueron valores morales, economía, terrorismo e Iraq.

Los electores "se han pronunciado por un mandato moral, mientras que la izquierda tiene que definir su base religiosa en sus posiciones políticas, sin dejar que la derecha defina la moralidad", dijo un activista conservador.

El apoyo de las minorías a Bush aumento hasta en un 6%, a pesar de haber perdido el total. Kerry ganó el 53% de los votos de más de 7,5 millones electores latinos. Bush obtuvo el 44% logrando aumentar su base latina en 9 puntos, comparando con el 2000. Estos puntos fueron relevantes en estados como Nuevo México y Florida. Bush también aumentó el voto femenino en 5%. En California incrementó su voto latino en otro 5%. (CNN).

Puede que Iraq haga el trabajo por nosotros

El chiste sobre lo bueno de la elección de Bush es que heredará sus propios errores, sus propias guerras pero, según el académico Slavoj Zizek, la victoria de Bush derribará las ilusiones sobre la solidaridad de intereses entre los países desarrollados occidentales y le dará nuevas fuerzas a la alianzas regionales como la Unión Europea o el Mercosur en América Latina.

El concepto de un capitalismo estadounidense postmoderno es un cliché favorito sólo en los medios de comunicación, dijo Zizek. Europa avanza mucho más que EEUU en la constitución de una organización multi-estatal, post-moderna y "colectiva, capaz de proveer un lugar para todas las personas independientemente de su geografía o cultura" (Slavoj Zizek. In These Times. 05/11/04).

El movimiento progresista tendrá que fortalecer y mejorar su trabajo con las bases y a la vez "reconocer la amenaza de elementos fascistas en las políticas de la administración, como el deterioro de las libertades civiles y la forma militarista de gobernar", dijo a este cronista Norman Solomon, escritor y columnista nacional.

"Existe un elemento fuerte de racismo blanco en el apoyo a Bush", obtenido particularmente en los estados del Sur. "No nos quedaremos tranquilos. Nos negamos a aceptar más guerras y menos justicia, cada vez más disparidades económicas, menos democracia. En los próximos meses, las noticias estarán saturadas con la guerra en Irak, la nueva nominación para la Corte Suprema, propuestas de reducción de impuestos y muchos problemas que no han sido resueltos por esta elección. Necesitaremos más que nunca el idealismo vibrante y el activismo politico", dijo Solomon.

El escritor también advirtió que América Latina deberá anticipar 4 años de lo mismo. "Quizás intervenciones militares o intromisiones como en Haití y una política de intercambio comercial condicionada por una fuerte corriente ideológica, alineada con las poderosas elites y los intereses de las grandes corporaciones", dijo Solomon.

¿Dónde está la diferencia?, se pregunta Hope, una activista que apoyó a Kerry. Y ella misma se responde: "La diferencia está en que ahora no tenemos que defender las políticas de Kerry, muy difíciles de distinguir de las de Bush. La diferencia es que ahora la guerra le pertenece totalmente a Bush y puede que Irak haga el trabajo por nosotros. ¿Como puede ser que un gran porcentaje de personas votaran por Bush porque promueve una ¿cultura de vida? ¿Qué puede estar más lejos de la cultura de vida que la guerra? Tenemos que hacer que la guerra sea el tema moral más importante", dijo Hope.