El 12 de abril del 2002, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer,
declaró:

“Permítanme compartir con ustedes las ideas de la administración sobre lo
que esta pasando en Venezuela. Sigue siendo una situación bastante fluida.
Pero los acontecimientos de ayer en Venezuela causaron un cambio de gobierno
y la posibilidad de que haya una autoridad transicional hasta que puedan
convocar a nuevas elecciones.

Los detalles siguen confusos. Sabemos que la acción tomada por el Gobierno
de Chávez provocó este crisis. Según la mejor información que tenemos
disponible, el Gobierno de Chávez reprimió manifestaciones pacíficas.
Manifestantes oficialistas, bajo órdenes del Gobierno de Chávez, dispararon
a manifestantes desarmados y pacíficos, causando 10 muertos y 100 heridos.
Las Fuerzas Armadas y la policía rechazaron órdenes de disparar a los
manifestantes pacíficos y rechazaron apoyar el papel del Gobierno en violar
los derechos humanos. El Gobierno también intentó censurar a los medios
independientes e inhibir su transmisión de estos eventos.

Como resultado de estos sucesos, el Presidente Chávez ha renunciado. Antes
de renunciar, él despidió al vicepresidente y sus ministros, por lo que un
gobierno de transición tuvo que ser instalado. Este gobierno ha prometido
convocar a elecciones pronto.

Los Estados Unidos continuarán monitoreando los eventos. Esto es lo que ha
pasado y el pueblo venezolano expresó su derecho de manifestar en paz. Fue
una manifestación muy grande y se encontró con violencia.”

Ese mismo día, el vocero del Departamento de Estado, Philip T. Reeker,
declaró:

“En los últimos días, expresamos nuestra esperanza para que todas las partes
en Venezuela, pero especificamente la administración de Chávez, actuaran con
reserva y mostraran respeto hacia la expresión pacífica de la opinión
política. Estamos muy tristes en vista de las pérdidas de vidas humanas.
Queremos expresar nuestra solidaridad con el pueblo venezolano y esperamos
trabajar con todas las fuerzas democráticas en Venezuela para asegurar el
ejercicio total de los derechos democráticos. Las Fuerzas Armadas
venezolanas rechazaron órdenes de disparar a los manifestantes pacíficos, y
los medios, de manera muy valiente, mantuvieron al pueblo informado.

Los eventos del día de ayer en Venezuela resultaron en un gobierno de
transición hasta que puedan convocar nuevas elecciones. Aunque los detalles
aún no estan claros, acciones anti-democráticas tomadas o fomentadas por la
administración de Chávez provocaron la crisis de ayer en Venezuela. Basado
en la mejor información disponible en este momento, ayer cientos de miles de
personas se manifestaron pacificamente en contra del gobierno. El Gobierno
de Chávez intentó reprimir a las manifestaciones pacíficas. Oficialistas,
bajo órdenes, dispararon a manifestantes desarmados de la oposición,
resultando en más de 100 heridos y/o muertos. Las Fuerzas Armadas
venezolanas y la policia rechazaron órdenes para apoyar el papel del
gobierno en tantas violaciones de los derechos humanos. El Gobierno censuró
los cinco canales de televisión, haciendo imposible reportar los eventos.
Los resultados de estas provocaciones son: Chávez renunció. Antes de
renunciar, él despidió al Vice Presidente y sus ministros. Un gobierno de
transición ha prometido elecciones pronto.

Tenemos todas las expectativas que esta situación se resolvería de manera
pacifica y democrática por el pueblo venezolano bajo los principios de la
Carta Democrática. Los elementos esenciales de la democracia, que han sido
debilitado en los últimos meses, deben ser reinstaurados completamente.
Nosotros estaremos consultando con nuestros vecinos en la region, dentro del
marco de la Carta Democrática, para ayudar a Venezuela.”

¿Por qué cito aquí estas declaraciones? Las mismas provienen de los niveles
más altos del gobierno estadounidense y muestran las diferentes versiones
preparadas sobre los eventos que tomaron lugar durante el golpe de estado
contra el Presidente Chávez el 11 y 12 de abril de 2002. Además, estas
declaraciones reveladoras ahora comprueban, basándonos en documentos
recientemente obtenidos bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA en
ingles) de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que esta versión
preparada de los eventos era completamente falsa. Y esta serie de mentiras
fueron hechas con la intención de engañar a la comunidad internacional para
justificar el golpe violento contra un gobierno democrático

La Casa Blanca y el Departamento de Estado alegaron que el Gobierno de
Chávez había provocado la violencia y las acciones que resultaron en la
presunta renuncia del Presidente. Ellos también dijeron que el Gobierno de
Chávez había disparado contra manifestantes desarmados y pacíficos, y que
las Fuerzas Armadas venezolanas y la policía habían rechazado órdenes para
“apoyar el papel del gobierno en violar derechos humanos.” El gobierno
estadounidense mencionó las manifestaciones y acciones de ese día como si
fueran espontáneas y no planificadas, y ha negado hasta el día de hoy
cualquier papel o complicidad en el golpe de estado de abril de 2002.

No obstante, hay una cantidad impresionante de evidencias que han aparecido
después del golpe, que demuestran que los sucesos del 11-A fueron
planificados por un sector de la oposición determinado en derrocar a Chávez.
Además, mis propias investigaciones han logrado desclasificar una gran
cantidad de evidencias que demuestran el papel de los EE.UU. en el golpe a
través de diferentes niveles.

Pero una de las pruebas más reveladoras fue el programa de Napoleon Bravo,
“24 Horas”, del sábado 12 de abril de 2002. En ese programa. Bravo
entrevistó al Vice-Almirante Carlos Molina Tamayo, uno de los golpistas, y
Victor Manuel García, director de la encuestadora CIFRA, quien dijo
representar a la sociedad civil durante el golpe. Tanto Molina Tamayo como
Garcia explicaron con detalles los acontecimientos antes y durante el golpe
y los principales actores de la acción, y además felicitaron a los medios de
comunicación por su importante papel en el derrocamiento de Chávez. Sus
testimonios, junto con lo del alcalde de Chacao Leopoldo López, del partido
Primero Justicia, y las propias declaraciones de Napoleón Bravo sobre su
participación en los hechos, demostraron que el golpe contra Chávez fue un
evento premeditado.

Más adelante, un documental extraordinario realizado por el cineasta Angel
Palacios, “Puente Llaguno: Claves de un Masacre”, reveló como los medios
privados venezolanos habían manipulado y distorsionado los sucesos del 11 de
abril de 2002 durante la marcha de la oposición y la manifestación de los
chavistas, donde multiples personas murieron o resultaron heridas. El
documental también demostró que francotiradores sin conexión alguna al
gobierno de Chávez habían provocado la violencia en la marcha de la
oposición, la cual luego sirvió como justificación para el golpe. Además, él
comprobó que un golpe de Estado liderado por militares y civiles, bien
planificado, había ocurrido ese día y que los actores principales del mismo
tenían lazos estrechos con los altos niveles del gobierno estadounidense.

Pero la evidencia de la participación estadounidense en el golpe de Estado
era muy poca. En mi página web www.venezuelafoia.info, he colocado cientos
de documentos que evidencian el esquema masivo de finaciamiento del gobierno
a la oposición de más de veinte millones de dólares desde el 2001. El
financiamiento del National Endowment for Democracy (NED), una entidad
finaciada por completo por el Congreso estadounidense y establecida bajo una
ley del Congreso en el año 1983, ha otorgado más de tres millones de
dolares desde el 2001 a sectores de la oposición en Venezuela, muchos de los
cuales habían participado en el golpe de estado de abril de 2002. Y en junio
de 2002, la Agencia del Desarrollo Internacional de los EE.UU. (USAID)
estableció una Oficina de Transición (OTI) en la embajada estadounidense en
Caracas, aparentemente para ayudar al país a resolver su crisis política. La
OTI en Caracas ha recibido más de quince millones de dolares del Congreso
desde junio 2002, y hace poco solicitó cinco millones más para el 2005, a
pesar de que supuestamente iba a permanecer solamente dos años en Venezuela.
Toda la evidencia hasta la fecha demuestra que la OTI ha otorgado fondos
principalmente a grupos y proyectos vinculados con la oposición,
particularmente a grupos que estaban trabajando para realizar el referendo
revocatorio del pasado 15 de agosto de 2004 y participar en el mismo.

He escrito otros artículos explicando el modelo de intervención
estadounidense en Venezuela a través del NED y USAID. Esta forma de
intervención es muy sofisticada y compleja porque penetra a la sociedad
civil y a las organizaciones sociales de una manera muy sutil. Es dificil de
descubrir pero fácil de justificar con el argumento de la “promoción de la
democracia,” que es lo que el NED profesa hacer por todo el mundo, a pesar
de la evidencia que demuestra lo contrario. El mero hecho de que en
Venezuela el NED haya financiado exclusivamente a grupos antichavistas,
muchos de los cuales participaron abiertamente en el golpe de Estado en
abril de 2002, demuestra que la “democracia” está muy lejos de las
intenciones del NED.

Pero la intervención de la CIA en Venezuela usa el estilo más crudo y
simple. Documentos secretos obtenidos recientemente y disponibles en mi
página web, www.venezuelafoia.info, demuestran que en las semanas antes del
golpe de abril de 2002 la CIA ya conocía lo que iba a ocurrir, y hasta
tenían los planes detallados del golpe en sus manos. Un informe de
inteligencia de la CIA del 6 de abril del 2002 destaca su título:
“Venezuela: Condiciones para un golpe de estado están en maduración” y dice:
“Militares disidentes, incluyendo a un grupo descontento en el Alto Mando,
así como un grupo radical de oficiales de bajo rango, están aumentando sus
esfuerzos para organizar un golpe contra el Presidente Chávez, posiblemente
en los próximos días de este mes, [TACHADO]. El nivel de detalles en los
planes reportados - [TACHADO]- indica que Chávez y diez altos oficiales
estarían arrestados...”
Además, el documento dice, “Para provocar la acción
militar, los que conspiran podrían intentar explotar conflictos y violencia
durante las manifestaciones de la oposición que tomarán lugar este mes...”

Como puede apreciarse, la CIA sabía que un golpe de Estado iba a llevarse a
cabo en las primeras semanas de abril de 2002. Además, ellos sabían que el
plan consistía en tomar prisionero al Presidente Chávez luego de causar
hechos de violencia en la marcha de la oposición. En otras palabras, la CIA
conocía los planes antes de que ocuriera el golpe y seguramente sabía
quienes eran los actores principales, cuyos nombres aparecen censurados en
los documentos secretos. Se podría asumir que si la CIA tenía los planes
detallados en sus manos semanas antes del golpe era porque sus oficiales y
agentes estaban interactuando y conspirando con los golpistas.

Entonces, cuando Ari Fleischer y Philip Reeker hicieron sus declaraciones el
12 de abril de 2002 como voceros del gobierno estadounidense, lo hicieron
con conocimiento de que un golpe había ocurrido, Chávez había sido arrestado
y la violencia en la marcha opositora había sido una parte premeditada del
golpe. Los documentos secretos que comprueban esta información fueron
enviados al Departamento de Estado y la Agencia de Seguridad Nacional, lo
cual indica que la Casa Blanca sabía desde un principio lo que estaba
ocurriendo.

Los documentos de la CIA tampoco mencionan los intentos para forzar la
renuncia de Chávez. Sus informaciones indicaban, en fechas tan tempranas
como el 5 de marzo de 2002 (esa es la fecha del primer documento que me
entregaron), que un golpe venía pronto e incluso dudaban de su éxito. La CIA
pensaba que la oposición estaba demasiada dividida y desordenada para
realizar un golpe exitoso. Pero el concepto de que Chávez había
“renunciado”, como “confirmaron” los voceros de la Casa Blanca y el
Departamento de Estado el día 12 de abril del 2002, era meramente parte del
plan para engañar al público estadounidense y a la comunidad internacional.
Recuerden que EE.UU. fue uno de los pocos países del mundo que reconoció el
gobierno de Carmona y felicitó el resultado del golpe.

Un documento secreto de la CIA fechado el 14 de abril de 2002 muestra
preocupación debido a que los otros gobiernos de América Latina pudieran ver
“hipocresía” en la política exterior de los EE.UU. por haber reconocido el
gobierno de Carmona, que nació de un golpe de estado en Venezuela. La CIA
también demostró sorpresa por el rechazo casí únanime del golpe en la
region, y también se sorprendieron por la manera tan rápido en que cayó el
gobierno de Carmona. Esto demuestra que su punto de vista de la region esta
basado en el pasado y, más importante, evidencia una falla en su servicio de
inteligencia.

Por cierto, la CIA nunca imaginó que el golpe fracasaría por el apoyo del
pueblo venezolano a su gobierno y su Presidente; su analisis siempre hablaba
de un posible fracaso basado en las divisiones internas de la oposición y su
falta de organización. Este es un punto importante, porque demuestra que
aunque la CIA estuvo involucrada en el golpe y colaboró con los militares
disidentes y los líderes de la oposición, estaba bastante alejada de la
realidad venezolana.

Los fracasos de la CIA en Venezuela se repetidos durante el paro en la
industria petrolera en 2002 y luego, en 2004, durante las guarimbas, un plan
para crear desestabilización que ha sido aplicado antes por la CIA en Chile
y Nicaragua. Estas acciones hicieron daño a la economía venezolana y a su
imagen a nivel internacional, pero fracasaron en su objetivo de derrocar a
Chávez. Los millones de dolares del NED y USAID que han servido para
construir y financiar a la oposición y a la campaña del referendo
revocatorio contra el Presidente Chávez, también fracasaron en su misión. De
hecho, todos estos intentos del gobierno estadounidense y sus títeres en
Venezuela han servido para fortalecer el apoyo de Chávez dentro del país,
proyectando a nivel internacional una imagen de Chávez como líder fuerte y
sólido.

Luego de que aparecieran algunos documentos secretos que demuestran la
complicidad y participación de la CIA en el golpe de Estado, hay que pensar
en cuales serán sus próximos pasos. En septiembre de 2001, justo después de
los ataques a las Torres Gemelas en Nueva York, el Presidente Bush autorizó
la implementación de la “Matriz de Ataque Mundial”, un plan del entonces
director de la CIA, George Tenet, de asesinar a lideres y figuras
importantes en más de 80 países del mundo.

La autorización de la “Matriz de Ataque Mundial” dio una carta blanca a la
CIA para emplear el asesinato político cuando fuera necesario, justificado
como una necesidad ante la “Guerra contra el terrorismo”. La “Matriz de
Ataque”, un documento secreto y clasificado por la CIA, autoriza la
realización de acciones clandestinas por parte de dicha organización, que
incluyen la “propaganda” y “acciones letales y clandestinas en preparación
para un ataque militar”. Los planes dan a la CIA la más amplia y peligrosa
autoridad que haya recibido en su historia. Algunos analistas han indicado
que Venezuela está posiblemente incluida en sus planes.

El reciente asesinato del fiscal venezolano Danilo Anderson, cuya ejecución
recuerda mucho los métodos de la CIA, podría estar preparando el terreno
para futuros asesinatos políticos. La historia nos muestra que cuando la CIA
fracasa en sus intentos no letales de derrocar un regimen, toma medídas más
desesperadas. A pesar de que el gobierno venezolano y sus partidarios han
podido vencer a la CIA varias veces durante los últimos años, debe ser
prioritario aumentar el nivel de vigilancia, seguridad e inteligencia.