Ellen Mariani, viuda de una de las víctima del 11 de septiembre de 2001

Ellen Mariani perdió a su marido, Louis Neil Mariani, el 11/9 y rechazó una oferta del gobierno por un millón de dólares. Louis Neil Mariani fue uno de los pasajeros que murieron cuando el vuelo 175 de United Air Lines fue estrellado contra la Torre Sur del World Trade Center. Ellen Mariani ha estudiado por casi dos años los hechos de ese día y llegó a la convicción de que la Casa Blanca «permitió intencionalmente que el 11/9 sucediera» para justificar la «guerra al terrorismo».

Su abogado, Phillip Berg, ex comisionado de la Fiscalía General de Pennsylvania, acumuló en una corte federal de distrito un expediente de 62 páginas con cargos contra el presidente Bush y otros funcionarios, incluyendo -sin inhibirse— a Dean Cheney, Donald Rumsfeld, Condoleeza Rice y John Ashcroft.
 Afirma que ellos tuvieron un conocimiento cabal y oportuno sobre el 11/9 sin advertírselo al país o procurar impedirlo;
 Desde entonces han estado encubriendo la verdad sobre ese día;
 Por lo tanto, incitaron al asesinato del marido de la demandante y violaron la Constitución y múltiples leyes de los Estados Unidos; y
 La demandante acusa de conspiración punible, obstrucción a la justicia y muerte ilícita, invocando la ley «Civil Racketeering, Influences, and Corrupt Organization —RICO-Act» (Ley de Chantaje Civil, Influencia y Organización Corrupta).

El abogado Berg convocó a ex empleados federales de gran conocimiento y experiencia de primera mano en inteligencia militar para que le proporcionaran bases para asentar los cargos formulados al amparo de «la ley RICO». _ Mariani intenta probar que los demandados se sujetaron a un «patrón de actividad criminal y de obstrucción a la justicia» violando la confianza y las leyes públicas de Estados Unidos, embarcando al país en una guerra sin fin contra el terror por objetivos personales y de lucro.

El juicio documenta detalladamente las advertencias de gobiernos extranjeros y de agentes del FBI sobre la inminencia del ataque; la ineficacia sin precedentes de la defensa aérea; la inexplicable media hora en que el comandante en jefe permaneció en una escuela primaria sabiendo que la nación estaba bajo mortal ataque enemigo; la invocación incesante de la seguridad nacional y de los llamados «privilegios del poder ejecutivo» para evadir los hechos; y la obstrucción de todos los esfuerzos subsecuentes de investigación del desastre.

Concluye que toda esa evidencia obligante será utilizada en este caso para establecer —a través de testimonios y de citaciones a la cúpula del poder— que los demandados no actuaron para impedir el 11/9, estando en conocimiento de que los ataques conducirían a una guerra internacional contra el terror.

Izquierda: El abogado Philip Berg. Derecha: la Sra. Ellen Mariani

Berg cree que el demandado Bush bregará por suprimir la base misma del juicio, exigiendo un procedimiento estándar especial e invocando la seguridad nacional y los privilegios del poder ejecutivo.
El 26 de noviembre de 2003, Berg ofreció una rueda de prensa para ofrecer información completa de las implicancias de estos cargos.

Sólo la cadena Fox News concurrió a la conferencia para grabar 40 minutos en video tape, pero la noticia jamás se transmitió. W. David Kubiak preguntó: «¿Qué se está comunicando? Cuando usted presenta cargos documentados de traición oficial en torno al desastre más grande de la seguridad nacional de la historia moderna, pero la prensa no muestra nada, no escucha, ni escribe».

Actualización de W. David Kubiak: Tres mil muertes sin resolver, significativas evidencias de traición y un horizonte de guerra sin fin siguen siendo todavía temas de capital preocupación. A esta fecha, el escenario de complicidad alegado en el juicio RICO, de Ellen Mariani, sigue siendo una señal más fuerte y más creíble que la narrativa oficial del 11/9 ofrecida siempre a Estados Unidos a través de la TV.

Su caso legal presenta los hechos con tanta lógica que incluso la gente ordinaria puede «captarlos» con claridad y comenzar a despertar sus propios análisis. En esta historia ése es el único peligro mortal, cuyo conocimiento todavía evitan hoy los grandes medios de comunicación.

La máxima presunción de la «Comisión 11/9» sobre «negligencia» e «incompetencia» incuban drásticamente preguntas triviales sobre conocimiento previo o complicidad que la investigación no respondió.
La comisión se debate forzadamente en formulaciones políticas, errores de comunicación, defectos de organización y una letanía trágica sobre deplorables (¡pero no culpables!) errores burocráticos.

Al examinar esos mismos hechos del 11/9 desde el punto de vista de un detective —como un crimen oscuro y hasta ahora sin resolver— emergen preocupaciones de lejos mucho más profundas. Las preguntas primarias ahora llegan a ser insistentes y enfocan la atención en los aspectos más críticos sobre el Motivo, la Oportunidad y los Medios.
¿Quién ganó más, en última instancia, con los ataques?
¿Quién tuvo poder para confiarlos, permitirlos o incitarlos?
¿Quién preparó o creó la ocasión para que ocurrieran?

El caso de Ellen es históricamente simple porque, al escrutar todas las noticias de los años recientes sobre el 11/9, fue la primera en preguntar: «¿cui bono?», la pregunta obvia: ¿quién realmente se benefició? Su lectura de las mentiras y de las contradicciones de la historia oficial durante el verano pasado (junio-septiembre 2004) hizo brotar en su cerebro la frase mágica: «¡chantaje sin precedentes!».
Pero hasta cualquier sheriff de condado pudo plantearse la misma cuestión elemental en un acercamiento elemental a la Ley y al Orden actuales en relación a los hechos.

Hoy comienza a aflorar otra verdad, a la luz de las revelaciones de este año de Paul O’Neill [ex secretario del Tesoro], Richard Clark [consejero antiterrorismo], Sibel Edmonds [ex traductor del FBI] y la precoz conexión de Ellen de los puntos oscuros. Hasta el momento, esos puntos oscuros parecen ajustarse a un patrón perfecto: las ansias —públicamente conocidas— de los neoconservadores sedientos de guerra (en septiembre de 2000), la tesis [poco conocidas, de los «ideólogos» del Pentágono] que clamaron por «un cierto acontecimiento catastrófico y catalizador -como un nuevo Pearl Harbor»—, así como las innumerables advertencias que fueron ignoradas, las investigaciones que fueron reprimidas y la extraña parálisis de la defensa aérea.

Puesto que las acusaciones de Ellen no implican sólo conspiración criminal, sino traición literal, podría restablecer rápido un debate -aunque débil-sobre un «impeachment» [acusación presidencial]. Una encuesta nacional de Retro de abril 2004 demostró que el 39% del público apoyaba una acusación contra Bush sólo por haber mentido para obtener su guerra en Irak. Este aumento de la objeción popular fue notable pero difícilmente conduciría al «impeachment» porque la acusación debería debatirse en la misma Cámara de Representantes que suscribió la guerra.

Sin embargo, como la credibilidad de Bush siguió cayendo en las encuestas, sería más plausible que por lo menos unos pocos estuvieran dispuestos a criticar a sus líderes si estos perdieran las elecciones.
Hacia mayo de 2004 esas sospechas burbujeaban en los ámbitos contrarios a la guerra e inspiraron parcialmente las ruidosas demandas de la verdad sobre el 11/9 de Ed Asner, Howard Zinn, el partido verde de EEUU, el teólogo David Ray Griffin y la agrupación de los desilusionados familiares de las víctimas. Estos llamados fueron reforzadas por algunos hechos sorprendentes. El Toronto Star del 26 de mayo citó una encuesta nacional donde el 63% de los canadienses cree que el gobierno de EEUU tuvo «conocimiento previo sobre los planes para el 11 de septiembre y que no fue capaz de adoptar acciones apropiadas».

Para transformar esta nueva conciencia en acción, los líderes del movimiento vieron en «el juicio RICO» de Ellen una plataforma ideal para la acusación porque podría hacer limpieza con la fuerza de un chorro de agua sobre una marioneta. También entrañó la promesa de alcanzar un «momento de enseñanza nacional» que permitiera visualizar cómo utilizó el crimen el monolítico complejo militar-petrolero-industrial.

Finalmente, la acusación 11/9 ofreció a los progresistas una posibilidad de energizar, con un arma letal contra Bush, la poco entusiasmante campaña de Kerry.
Todo este fermento, sin duda alguna, alcanzó algunas cúspides que golpearon los soportes mismos de la mentira, como el Proyecto Censurado 2005. Si usted desea unir el rompecabezas y ayudar a rehacer esta historia, lea The New Pearl Harbor, de Griffin, o War on Freedom, de Nafeez Ahmed.

Luego, encuentre en http://www.911Truth.org/ un hallazgo patriótico (en el viejo sentido) para hacer algo.
Actualización de Philip J. Berg: «La tragedia del 9/11» es el acontecimiento más significativo que hayamos vivido. Es un gran honor que esta historia haya sido seleccionada.
Nuestra firme creencia es que el juicio RICO que iniciamos es uno de los casos más significativos de nuestra historia. En los últimos 225 años, el gobierno de Bush ha sido hasta la fecha el que ha logrado disminuir los derechos individuales más que cualquiera otra administración.

Con la promulgación de la «Ley de Estabilización» y la «Ley Patriótica I», la próxima «Ley Patriótica II», el fichaje con fotografías y huella dactilar de los individuos de ciertos países que ingresan a Estados Unidos y el proyecto de «codificar el color» de cada persona en Estados Unidos desde el verano (junio-septiembre) de 2004, la novela 1984 de George Orwell se está convirtiendo hoy en una realidad, 20 años después de la fecha que imaginó el autor.

El 9/11 proporcionó el pretexto para la expansión militar global que hoy presenciamos, para sus enormes costos en vidas humanas, financiamiento federal y daño ambiental.
Después de hablar a través de todo el país, hemos descubierto que la gente se sorprende por la ausencia de información en los medios de comunicación sobre el pleito RICO entablado por Ellen Mariani en nombre de todos los ciudadanos respetuosos de la ley de Estados Unidos y del mundo.

La gran prensa no le hace caso a nuestro juicio RICO, así como tampoco a la mayoría de los aspectos oscuros del 9/11. Pero esta historia está en la atención ciudadana por la arrogancia de Bush en utilizar fotografías del 9/11 para su reelección, las chambonadas continuas de la Comisión 11/9 y la ineficacia de sus miembros.El Congreso creó la ley RICO en los años 60 para combatir a la gentuza de la mafia.

Hoy opinamos que también hay mucha gentuza en la Casa Blanca de Bush. Cuando se investigan los acontecimientos del 11/9 y se plantean «correctamente» las preguntas, no hay manera de evitar la presunción de que los hechos ocurrieron con la complicidad de Bush y de su gobierno.

El juicio RICO es el mejor vehículo disponible para sacar todo a la luz, independientemente de que alguna investigación llegue a revelar la verdad sobre el 11/9.
Hemos estado involucrados en los procedimientos procesales durante los seis meses del pleito RICO. Por lo tanto, hemos retirado el caso de Philadelphia y lo hemos trasladado a la corte federal de Washington, D.C., de modo que los acontecimientos del 11/9 puedan verse cuanto antes en la Corte.

Nuestra página web (http://www.911forthetruth.com/) ofrece día a día los progresos en el juicio RICO. En este sitio web solicitamos apoyo, importante por dos razones:
1) firmando se afirma la demanda de verdad sobre el 11/9; y
2) lo más importante; se pueden conocer los comentarios que brotan desde el corazón de seres humanos de todo el mundo —como ocurrió con los escritos de Ana Frank— apoyando el conocimiento cabal de los actuales efectos del 11/9.

Sentimos que todo esto es esencial para que los grandes medios y también la prensa independientes divulgue la verdad del 11/9, el acontecimiento más importante en el curso de nuestras vidas. La verdad debe ser revelada ahora, no cuarenta años después, como ha ocurrido con otros acontecimientos importantes en nuestra historia.

Más grupos de activistas vinculados al juicio RICO:

www.911truth.org

www.911visibility.org

www.septembereleventh.org

www.digitalstylecreations.com

www.tomflocco.com

www.cooperativeresearch.org

www.911citizenswatch.org

www.911independentcommission.org

www.fromthewilderness.com

www.unansweredquestions.org

www.askquestions.org

www.scoop.co.nz

Otros trabajos: «Desenmascarando el mito del 11/9», por Jim Marrs, prefacio de Ellen Mariani, con mayores exposiciones de Mariani sobre el pletito RICO en el Apéndice.

«The New Pearl Harbor», por David Ray Griffin: preguntas perturbadoras sobre el gobierno Bush y el 11/9.

Fuentes: Scoop.co.nz, noviembre 2003 Título: «Expediente del Caso Rico, texto PDF»: esposa de una victima del 11/9 vs G.W. Bush.

Autor: Philip J. BergScoop.co.nz diciembre 2003 Título: «La viuda de un desaparecido enjuicia a Bush por traición texto en PDF»

Autor: W. David Kubiak Evaluador de la facultad: Andy Merrifield, Ph.D. Estudiante investigador: Amelia Strommen.
Esta es la novena historia periodística de los 25 temas más censurados por la gran prensa de Estados Unidos, de acuerdo al informe 2005 del Proyecto Censurado, Universidad Sonoma State, California.

Proyecto Censurado, Universidad Sonoma State, California.

Traducción: Ernesto Carmona