Corrupción, impunidad e incompetencia. Esas fueron las palabras utilizadas en el informe del Comité para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ante los 320 asesinatos de mujeres ocurridos entre 1993 y 2003, en Ciudad Juárez, ubicada en la región norte de México. Dos expertas viajaron a México para conocer los casos y elaborar el informe.

El informe del Cedaw (sigla del comité en inglés), señala en varias partes, que "los casos de homicidios y desapariciones no se ha procedido a investigar seriamente, incluso se han ignorado denuncias de familiares y se han destruido evidencias y pruebas".

Según el informe, la impunidad ha permanecido durante toda la década y a pesar de los movimientos que piden aclaraciones sobre el feminicidio, las autoridades no se han convencido aun de que es necesario mantener con más fuerza la justicia. Así como el órgano vinculado a la ONU, los movimientos insisten en que los casos no son tratados como se deben y que el patrón de discriminación de género es, casi siempre, ignorado.

María Regina Tavares, una de las expertas del Comité, cree que los asesinatos pueden estar comprometidos con muchas razones, entre ellas el tráfico de drogas, de órganos, el lavado de dinero y la explotación sexual.

El feminicidio ha sido denunciado incasablemente por el organismo Comunicación e Información de la Mujer (Cimac), en México. De acuerdo con Cimac, los reclamos de las familias son frecuentes y las herramientas creadas para agilizar los procesos de investigación no han surtido efecto.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México reconoce los asesinatos de 263 mujeres y las desapariciones de otras 4.500.