El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, declaró el 4 de febrero a la cadena CNN que el gobierno de George W. Bush no valoró con exactitud el poder de la insurgencia en Irak. “Fue más importante de lo esperado”, reconoció el jefe del Pentágono.

La situación ha tenido consecuencias imprevistas. Por primera vez en diez años, el Cuerpo de Marina estadounidense -conocido simplemente como marines- no alcanzó su meta de reclutamiento anual. Richard Kohn, un historiador militar de la Universidad de Carolina del Norte, dijo a The New York Times: “Es muy preocupante porque los marines tienden a atraer a aquellos que son los más machos, los que buscan más el peligro”.

Andrew Buncombe, corresponsal en Washington del periódico inglés The Independent, informa que los posibles voluntarios han sido desalentados por la cantidad de bajas sufridas en el país árabe. El periodista cita a funcionarios militares, quienes explican que “los peligros de la guerra en Irak, donde los marines han sufrido un número desproporcionadamente alto de bajas, ha hecho que muchos potenciales reclutas y sus padres lo pensaran dos veces”.

El mayor David Grieser, portavoz del Comando de Reclutamiento de la Marina, intentó restarle importancia al hecho. “Los muchachos tienen muchas más oportunidades hoy en día, más jóvenes van a la universidad, la economía está fuerte. El mayor problema son los padres, algunos de los cuales se van a oponer. Es natural. Ninguno quiere ver a su hijo o hija partir para la guerra”.

Se puede agregar que, con mucha más razón, ningún padre quiere que su hijo o hija regrese de manera horizontal, envuelto en una bolsa de plástico negro.

Parece que los propios “machos, los que buscan más el peligro”, ahora lo están pensando mejor.

El United States Marines Corp (USMC) se creó el 11 de julio de 1798, a 22 años de la independencia de las trece Colonias Unidas de Norteamérica y a cuatro años de la fundación de la marina de guerra. Desde entonces, desembarcó en los cinco continentes y realizó más de 300 intervenciones militares fuera de su país.

Entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, los marines invadieron México, Cuba, República Dominicana, Haití, casi todas las repúblicas centroamericanas, Filipinas y China.

Robert Moskin, cronista oficial de la Infantería de Marina, publicó en 1979 el libro The US Marine Corps Story. El prólogo comienza así: “La historia de los marines es, en primer lugar, la historia de hombres en combate, la historia de valentía individual... Es también la historia de lo que Estados Unidos es en realidad: de cómo ha lanzado su poderío alrededor del mundo usando a los marines como punta de lanza”. El autor -que no es comunista, ni socialista, ni peronista, ni chavista- agrega: “Obviamente, ésta es la historia del imperialismo americano”.

En la novela Marine, Tom Clancy describe el duro entrenamiento que reciben y los presenta como el orgullo de Norteamérica, unos pocos elegidos que sirven a su país con heroísmo, alcanzando una dimensión casi mítica.

Curiosamente, fue un ex sargento del USMC quien dio una versión más ajustada a la realidad acerca de los “machos heroicos”, orgullo de Estados Unidos. James Massey, de 33 años, declaró en enero pasado durante una audiencia en Canadá que había sido testigo de cómo soldados estadounidenses acostumbraban a disparar contra ciudadanos iraquíes desarmados. “Le disparábamos a la gente cuando bajaba de sus automóviles con los brazos levantados. No sé si los iraquíes pensaban que estábamos celebrando su nueva democracia. Sí sé que matamos a civiles inocentes”.

Este reconocimiento es mucho más importante que el de Donald Rumsfeld. Desde la guerra Estados Unidos-España en 1898 hasta el conflicto de Vietnam en los años 70, constituye la verdadera esencia del marine, “orgullo de Norteamérica”, a lo largo de sus dos siglos de existencia