Cuando el presidente de Haití Bertrand Aristide, cariñosamente Titid, decidió eliminar el ejército haitiano, herencia de Papa Doc, repleto de Tonton Macoutes, esos horribles delatores de la dictadura duvalierista, el ejército dominicano de Hipólito Mejía decidía adquirir unos cuantos helicópteros.

Siempre se ha hablado de la amenaza de Haití, como pretexto para aumentar el presupuesto dominicana a las Fuerzas Armadas y sus equipos. Titid, con un ojo en la luna y el otro en la tierra dio un mal paso por dejar así indefenso su gobierno. El golpe de estado que le dieron los gringos lo comprueba. Con menos de 200 ex-guardias y policías Guy Phillipe, pagado por Bush, se entrenó en Santo Domingo, cruzó la frontera a joder al pueblo haitiano, hasta la llegada del avión que llevó a Titid hasta sus orígenes africanos.

No sé cuantos helicópteros tiene el ejército dominicano. Lo que si sé es que nunca he entendido para qué sirve un helicóptero aparte de pasear a un par de visitantes importantes por el país , aparte de viajar hasta los predios en Elías Piñas de Quirino, capitán recientemente acusado por poseer 1500 y pico de kilogramos de cocaina, aparte de asustar a todo aquel que se monte en ellos de tan viejos que son.

Una cosa sí es segura: estos helicópteros son un bulto porque en el momento en que la cordillera se incendia tenemos que pedir ayuda para que vengan a apagarlo. Y llegaron entonces los helicópteros de Chávez. Lean bien, llegaron a bombardear las cordilleras con agua para apagar un fuego, no vinieron a tirar bombas como los helicópteros de Bush en Irak, en Faluya.

Lo interesante de todo esto es que la semana pasada Don Rumsfeld, viajó a Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, para advertir del peligro de la compra de Venezuela a Putin de unos helicópteros, y unos riflitos. El gobierno dominicano, que tiene unos helicópteros que no sirven para nada, le pidió ayuda a sus amigos del norte para sofocar ese incendio.

Estos dijeron que vendrían solamente si República Dominicana se declaraba en estado de emergencia, para ellos venir, no ya con un par de hidroaviones para apagar el fuego , sino con cuatros portaaviones, y un ejército que se colocaría por todos lados para controlar todo, como de costumbre. Canadá, por otro lado, dijo que sí que vendría y que costaba 100,000 dólares por día. Cuando el gobierno dominicano discutió el precio y aceptó, llamaron de nuevo a los canadienses , pero estos dijeron que no, que ya no era cien mil dólares sino medio millón cada día . Cuando llamaron a Chávez, este dio la orden para que vinieran los helicópteros inmediatamente, sin costo alguno y sin trámites burocráticos , sin ocupación, así simplemente , solidariamente, de manera normal, como debería ser entre nuestros pueblos del sur.

Hace unos cuantos meses, Chávez estuvo aquí en el país, para inaugurar el parquecito ‘’plaza Bolívar’’. En su visita Chávez le propuso al Presidente actual Leonel Fernandez, que qué le parecía si hacian un equipo de beisbol venezolano con dominicano contra uno gringo. Así resumió Chávez su propuesta a Leonel para que se integrara al proyecto bolivariano, al proyecto del sur, al proyecto de la hermandad americana, de la Patria Grande. Leonel no ha respondido aún, aunque las bases de su partido están más que de acuerdo.

Mercader