En el Líbano, invadido por Israel en el marco de la operación «Uvas de la Ira», los soldados israelíes y sus aliados cristianos enfrentan la resistencia libanesa del Hezbollah. En Qana, los soldados fijianos de la ONU han establecido un campamento cuya presencia no es advertida por Israel. Los cascos azules son atacados regularmente por la milicia ALS sin que Tel Aviv se oponga, a pesar de que arma y dirige a la organización. El 18 de abril de 1996, luego de disparos de mortero del Hezbollah, Tsahal bombardea intensamente el poblado de Qana y especialmente el campamento de la UNIFIL. Mueren 102 civiles refugiados en el campamento. Israel lanza entonces una amplia campaña mediática que trata de hacer creer primero que el obús pertenece al Hezbollah y más tarde que se trata de un error debido a la mala visibilidad. Finalmente acusará a la ONU de mantener bajo su control los morteros de la resistencia y por lo tanto «de haberlo provocado», como lo explica el Jerusalem Post. La considerable emoción provocada por la masacre de Qana, tanto en Israel como en otros lugares, acelerará la retirada israelí del sur del Líbano.