Queridos amigos franceses, con gran inquietud observamos cómo se fortalece el no populista a la Constitución europea. ¿La mayoría de los franceses quiere en realidad enterrarse en el búnker común de los nacionalistas de derecha y de los nacionalistas de izquierda? No podemos aceptar esta capitulación de la razón. Un rechazo al tratado constitucional traería aparejadas consecuencias catastróficas para la obra de unificación a la que debemos la paz; para vuestros vecinos alemanes que saben que Europa solo puede construirse con la participación de Francia; para Polonia y los restantes nuevos miembros de la Unión, a los que Francia no debe dejar solos entre la Alemania unificada y el imperio ruso; para el equilibrio de las relaciones con Estados Unidos; para la propia Francia que se vería aislada al decir que no.
La Constitución no responde a todos nuestros ideales, pero constituye un compromiso honesto. Representa el fortalecimiento del Parlamento y de sus funciones de control; la limitación del derecho de veto a decisiones esenciales; la base de una política exterior y de defensa común sin la cual Europa no sería nada entre las potencias mundiales; la garantía de la productividad del mercado y, al mismo tiempo, la protección de nuestros derechos sociales. Amigos franceses, sería una locura hacer que la Constitución europea pagara las consecuencias de vuestro descontento hacia el gobierno. Por el contrario, Europa puede obligar a vuestro gobierno, a vuestros partidos, a vuestros hombres de empresa y a vuestros sindicatos a pensar y actuar de forma más productiva. El miedo no ofrece seguridad, pero representa siempre un signo de debilidad, incluso una incitación al suicidio. Sin valentía no habrá supervivencia. Ni para Francia. Ni para Alemania. Ni para Polonia. Ni para ninguno de los antiguos y nuevos miembros de la Unión Europea que, gracias a su Constitución, materializan un sueño secular. Es una deuda contraída con los millones y millones de víctimas de nuestras guerras insensatas y de nuestras dictaduras criminales.

Fuente
Le Monde (Francia)

« A nos amis français », por un colectivo de intelectuales alemanes, Le Monde, 3 de mayo de 2005.