La fragmentación de Yugoslavia no solo dio lugar al surgimiento de países independientes sino que los empujó fuera de su espacio. Eslovenia, que se ve como un país de prealpino, tiene lazos más fuertes con Friul, Véneto o Austria que con Croacia. Por otra parte, Croacia amenaza con realizar un Anschluss al oeste, hacia la Mitteleuropa. Por ese motivo Bosnia-Herzegovina permanece bajo vigilancia de la comunidad internacional.
Europa cerró las puertas a Croacia debido a su falta de colaboración con el tribunal de La Haya en el caso de Ante Gotovina. El problema es que una parte de la población y del gobierno lo ve como a un héroe que los liberó o protegió. Su entrega provocaría tensiones. Sin embargo, no se trata solamente de integrarse a la Europa económica sino de aceptar también sus valores. Desde el oeste hasta Zagreb, las personas son proeuropeas, lo son menos en las regiones fronterizas de Bosnia y de Serbia y muy poco en Dalmacia. Algunos están de acuerdo cuando se trata del turismo pero no quieren vincularse a la identidad europea.
En Bosnia-Herzegovina hay demasiados ciudadanos, sobre todo musulmanes, que no viven donde solían hacerlo antes. Solo la mitad de los dos millones de refugiados ha regresado. Una parte no quiere hacerlo y la otra no puede. Los Balcanes sólo serán únicamente europeos en la medida en que hagamos de Bosnia-Herzegovina un Estado estable donde los tres grupos (serbios, bosnios y croatas) puedan conservar su identidad cultural y regional mientras sirven a un Estado común. Aunque Bosnia-Herzegovina se caracteriza por tener dos partes diferentes, una economía débil, desempleo y pobreza, hay perspectivas reales de entrar en la Unión Europea. Tienen que lograr entenderse pues de otra forma nadie realizará inversiones. Deberán aprender también a tomar decisiones sin ayuda de la comunidad internacional. Los cascos azules se quedarán hasta que el ejército sea unificado y mientras existan grupos rivales.
En Mostar la gente está dispuesta a vivir junta, pero la ciudad sigue siendo un problema ya que los croatas la consideran fácilmente como su centro regional, de la misma forma que Sarajevo es el centro de los bosnios. El problema de Serbia será resuelto cuando desaparezcan las últimas escorias del antiguo nacionalismo. Hay dos problemas: Montenegro y Kosovo. Montenegro no es lo suficientemente estable desde el punto de vista económico y está muy unido a Serbia en el plano cultural. Hay que resolver primero el problema de Kosovo. La comunidad internacional debe garantizar a sus habitantes la posibilidad de defender sus intereses y de tener acceso a la libre determinación. Los actos de violencia entre serbios y kosovares pueden reiniciarse en cualquier momento. Hay señales en Belgrado que indican que Serbia está dispuesta a hablar de Kosovo, pero creo que los cascos azules permanecerán tanto tiempo como en Chipre. Macedonia no ha llegado aún muy lejos en el terreno económico pero pienso que la discusión sobre su adhesión a la Unión Europea comenzará después que las de Bulgaria y Rumania, en todo caso nunca antes que la de Serbia.
Los europeos no deben tomar parte en una desintegración. Lo mejor sería englobar a todos estos Estados, con excepción de Croacia, y lograr que las fronteras sean legítimas desde el punto de vista cultural y legal sin exclusiones económicas. Se trata de crear un espacio abierto común como el que tenemos en la Unión Europea. Debemos europeizar los Balcanes.

Fuente
Der Spiegel (Alemania)
Tirada: 1 100 000 ejemplares. Una gran revista de investigación aparecida en 1947, fuente de múltiples escándalos políticos. Conocida por haber desarrollado su propia jerga periodística, también publica cuatro suplementos especiales al año. El sitio del Spiegel es la revista en línea de mayor éxito en Alemania.>

«Wir müssen den Balkan europäisieren», por Hans Koschnick, Der Spiegel, 3 de mayo de 2005. Texto adaptado de una entrevista.