Gracias por su cálida acogida. Laura y yo estamos encantados de este viaje, nuestro segundo viaje a Letonia. Gracias también a los presidentes Ruutel, de Estonia, y Adamkus, de Lituania, por haber viajado hasta aquí.
Los países bálticos han sido testigos de una de las transformaciones más rápidas de la historia, al pasar del estatus de naciones cautivas al de miembros de la OTAN y de la Unión Europea en un decenio. Los letones, estonianos y lituanos, demostraron que el amor a la libertad era más fuerte que la voluntad de un imperio. Esta semana, las naciones de ambos lados del Atlántico celebrarán el sesenta aniversario de la derrota de Hitler, quien encarnará el mal para las futuras generaciones. Hombres y mujeres se levantaron contra ese mal y lo vencieron. Eso es lo que vamos a conmemorar.
Los Estados bálticos no desempeñaron ningún papel en el desencadenamiento de la guerra. Fueron víctimas de un acuerdo entre dos dictadores. Para la mayor parte de Alemania, la derrota significó la libertad, pero para toda Europa Oriental, el fin de la guerra condujo a caer bajo el yugo de otro imperio. El fin del fascismo no puso fin a la opresión. El acuerdo de Yalta se negoció según la tradición de Munich o del acuerdo Molotov-Ribbentrop. Sin embargo, Estados Unidos no aceptaron finalmente contentarse con liberar una parte de Europa. Estados Unidos nunca reconoció la ocupación soviética de los países bálticos y las tres banderas continuaron flotando en las misiones diplomáticas en los Estados Unidos. El fin de la Segunda Guerra Mundial sólo fue una etapa de un movimiento más amplio: el desarrollo de la libertad en el mundo. Ese movimiento se extiende hoy día al Medio Oriente.
Hemos aprendido que las naciones libres son pacíficas y que la libertad puede surgir rápidamente tras una larga tiranía y estar motivada por el patriotismo y el apoyo a las tradiciones o al idioma natal. Sin embargo, la democracia pasa también por la defensa de los derechos de las minorías. Ustedes son sociedades multiétnicas y al defender su propia identidad, deben aceptar a sus minorías. Ustedes pueden ser un modelo para los países de la región. Ya ayudaron a Ucrania a que contara con un dirigente visionario en la persona de Viktor Yushchenko. Mi país respalda la democracia en Georgia y en Moldavia y juntos trabajamos por democratizar a Bielorrusia. Defendemos la democracia en todas partes como lo hicimos en Europa Occidental.
Gracias y que Dios los bendiga.

«President Discusses Freedom and Democracy in Latvia», por George W. Bush, Departamento de Estado norteamericano, 7 de mayo de 2005. Texto adaptado del discurso pronunciado por el presidente estadounidense durante su viaje a Letonia.