Es más acertado considerar la visita de Bush a Moscú como simbólica que como verdaderamente protocolar. Lo simbólico es muy importante en este caso. Sin embargo, si solo se trata de eso, nada habría justificado la visita de Condoleezza Rice a Moscú recientemente. Es evidente que existe la voluntad de llegar a una comprensión común de los problemas actuales como la actitud de nuestros dos países en la zona ex soviética, la dispersión de las armas de destrucción masiva o el diálogo sobre los recursos energéticos, esfera en la cual se habla mucho pero se actúa poco.
No hay complot entre Bush y los presidentes georgiano y ucraniano. No obstante, existen en Estados Unidos corrientes de influencias que se alegrarían de que existiera algo semejante. En la Administración, se nota una propensión a incrementar la democracia en el área post soviética. Algunos líderes, en especial los miembros del GOUAM, quieren aprovechar esa propensión para provocar ese desarrollo lógico, al cual la propia Casa Blanca no está dispuesta. Quisieran separar a Rusia y a Estados Unidos, oponer sus intereses y granjearse la simpatía de los norteamericanos demostrándoles su superlealtad.
La percepción que tienen norteamericanos y rusos de Saakashvili no es la misma. Pese a todas sus insuficiencias, para Estados Unidos él está del lado de los «ángeles» pues está a favor de la cooperación con su país. Moscú considera que es un hombre que quiere sacar provecho político de su oposición a Rusia. Considero que no existe ninguna razón ni para nosotros, ni para ustedes de molestarnos por esa diferencia de puntos de vista.

Fuente
Komsomolskaïa Pravda (Rusia)

«Кое-кто в СНГ хотел бы поссорить Москву с Вашингтоном», por Dimitri Simes, Komsomolskaïa Pravda, 6 de mayo de 2005. Texto adaptado de entrevista.