Juan Posadas Ocampo quien fue arzopispo de la ciudad de Guadalajara .

Los cárteles de Ciudad Juárez, Sinaloa, Tijuana, del Gofo de México y del Milenio, son los grupos delictivos que de manera fundamental operan en el centro y sur de México y se dedican a fomentar el consumo y distribución de drogas entre jóvenes y niños.

De acuerdo con un informe de la Procuraduría de Justicia federal, elaborado con la colaboración de la DEA y el FBI, estas bandas no sólo son responsables del mercado interno de drogas en expansión, sino de la distribución de de cocaína, mariguana y heroína que entra en Estados Unidos. 85 de las cien bandas operan en el norte de México, precisamente en la zona fronteriza, constituyendo los canales de la droga.

La presencia de bandas obedece a una cuidadosa planeación en la que juega un papel prioritario la mafia rusa cuyo principal cliente es el cartel comandado en Baja California por los hermanos Arellando Félix.

Se trata de un grupo que de acuerdo con el diario The Wasington Times cuenta con inteligencia, tecnología y armamento tan sofisticados que podrían enfrentarse al empobrecido ejército nacional.

Los Arellano Félix estuvieron relacionados con el obispo de Tijuana Juan Posadas Ocampo antes de convertirse por disposición del fallecido Juan Pablo II en arzobispo de la ciudad de Guadalajara y en cuyo ejercicio eclesiástico murió asesinado en 1993.

De este crimen, ejecutado en la ciudad de Guadalajara unos días después de la visita de Posadas Ocampo a la residencia presidencial de Los Pinos entonces ocupada por Carlos Salinas de Gortari, aparentemente para hablar con varios funcionarios de la sucesión presidencial, aún queda mucho por decir o esclarecer. Al día siguiente de su elección como papa, Benedicto XVI desayunó con el cardenal actual de Guadalajara Juan Sandoval Iñiguez. El tema fue el asesinato del predecesor de Sandoval: el arzobispo Posadas Ocampo.

Fuentes cercanas a Sandoval, colaboradores eficaces en la investigación del crimen que el estado procura archivar, han dicho que el nuevo pontífice está empeñado en presionar a las autoridades mexicanas a que se aclare el asesinato. De no ser posible obtener la colaboración del nuevo fiscal federal mexicano, el Vaticano podría presentar la denuncia en un tercer paìs, probablemente España.

Este crimen político, dice el investigador Carlos Ramírez, inició el ciclo de la desestabilización política y de seguridad en el país. Le siguieron la guerrilla calestial de Chiapas, los crímenes políticos y la fuga de capitales. Asimismo, marcó el principio de la deblacle del gobierno de Salinas de Gortari.

La descomposición moral y política del estado mexicano comenzó con ese crimen convenientemente archivado por el archicatólico Vicente Fox.