Mikhail Khodorkovski en primera página de cobertura de la revista rusa Stalitsa (Capital) en 1992.

Desde la disolución de la URSS, Estados Unidos sueña con el desmembramiento de Rusia, que haría desaparecer a su único competidor serio.

Ante esa perspectiva, Washington supo aprovechar la oportunidad que representaban los lobos hambrientos de poder. A la sombra de Boris Yeltsin, y con la bendición de Washington así como de Londres y Tel Aviv, 22 ambiciosos jóvenes se repartieron las principales riquezas del país.

El más rico de esos «oligarcas», Mijail Khodorkovski, se convirtió rápidamente en aliado de su labor de desestabilización. La historia de su compañía, el monstruo petrolero llamado Yukos, presenta aristas geopolíticas, económicas, sociosicológicas y políticas.

Khodorkovski tuvo la reputación de ser, por sus métodos, el oligarca más sucio de Rusia. Quienes lo apoyaban y sus gigantescas campañas de propaganda le dieron la posibilidad de fraguarse una imagen de golden-boy respetable. Pero, ni él ni sus pares crearon riqueza alguna.

Se limitaron a sacar del país todo lo que pudieron, de lo cual se regocijaron Wall Street y la City. Ninguno de los oligarcas hizo el menor descubrimiento científico o técnico. Sin violar forzosamente la ley, se valieron de todas las brechas para alcanzar sus propios fines. Mijail Khodorkovski quiso ir más lejos aún y apoderarse del control político del país.

Mijail Borisovitch Khodorkovski nació en 1963 y creció en Moscú. Su madre era ingeniera en la fábrica «Calibre» y su padre trabajaba como técnico jefe en la misma empresa.

Mijail Khodorkovski estudiante.

Khodorkovski hizo estudios de química mientras subía en la escala de la juventud comunista [1]. Es, por cierto, gracias a su condición de cuadro de esa organización que pudo crear su primera empresa, llamada MENATEP [2].

Los decretos sobre la autonomía de las empresas que Gorbachov adopta en 1987-88 permiten a Khodorkovski abrir un café que se transformará en estructura comercial [3].

Khodorkovski se beneficia con los estímulos de la nomenklatura que llevan a la legalización del dinero proveniente del mercado negro. En entrevista concedida al periodista estadounidense Paul Klebnikov [4], Khodorkovski declaró que en 1988 había ganado ya 130 millones de dólares comercializando productos tales como computadoras, coñac y blue-jeans desteñidos.

Menatep fue registrada como banco en 1990 y se desarrolló rápidamente en el plano estructural. Educado en el marxismo-leninismo, Khodorkovski es un experto en el arte de convencer a inversionistas y funcionarios mediante prometedores planes de negocios. A Menatep-Impex se le confían transacciones de petróleo por azúcar entre Rusia y Cuba.

El banco recibe fondos destinados a solucionar las consecuencias del accidente de Chernobil. El grupo se enriquece administrando las cuentas de las más importantes empresas exportadoras rusas, que pertenecían aún al Estado en aquel entonces. En 1992, logra incluso utilizar los fondos de esas mismas empresas para comprarlas a bajo precio cuando éstas son privatizadas.

Gracias a sus vínculos con los responsables del presupuesto, muchos de los cuales serán condenados más tarde por malversación de fondos, el magnate logra actuar con impunidad. Entra rápidamente en el círculo de amigos de Yeltsin y participa en numerosos viajes oficiales al extranjero [5].

El momento cumbre de esa nueva política de expansión fue la adquisición de la compañía petrolera Yukos, en 1995. En aquel año un puñado de financieros, escogidos por los angloamericanos, se repartieron los recursos del país gracias al intercambio de préstamos por acciones que Vladimir Potanin propuso al gobierno de Viktor Chernomyrdin.

Los oligarcas prestaron entonces al gobierno cerca de 2 000 millones de dólares a cambio de acciones en las mayores empresas, cuyo valor establecieron ellos mismos. Fueron los colaboradores de Boris Yeltsin quienes establecieron ese ridículo arreglo a cambio de que Yeltsin se mantuviera en el poder.

Poder que había adquirido mediante el golpe de 1991 y que le había permitido ya instaurar el saqueo de Rusia, o más bien entregar el país a los saqueadores ya que el propio Yeltsin no se benefició directamente. Durante una subasta, arreglada de antemano, de apenas dos minutos [6], Khodorkovski adquirió el 78% de Yukos, la segunda compañía petrolera de Rusia y la cuarta a nivel mundial, por una fracción de su valor real, 350 millones de dólares, aún cuando se trataba de un gigante que estuvo evaluado en 40,000 millones de dólares en el momento cumbre de su historia.

A partir de entonces, el nuevo emperador del petróleo controlará, valiéndose de intermediarios, una serie de sociedades supuestamente independientes. La sutileza de la maniobra le permite hoy negar todo vínculo con esas personas.

El juez lo acusa de asociación para delinquir. Algunos de sus títeres poseían hasta 30 empresas. Otros eran en realidad intelectualmente incapaces de ejercer tales funciones [7].

A partir del momento en que se convirtió en el nuevo propietario de la compañía, Khodorkovski dirigió con mano de hierro la reorganización de la producción. A los obreros que se quejaban por sus bajos salarios y las malas condiciones de trabajo les decía: «¡Si no les conviene traigo chinos y ustedes se van a otro lado!».

En aquel entonces, los trabajadores se callaron. Era lo único que podían hacer. Pero no olvidaron. A menudo se les pagaba en especies. La compañía se quejaba de que no disponía de fondos en metálico. Su única manera de sobrevivir era bajar los salarios. Vladimir Tatarin [8] recuerda que en muchos lugares los obreros se habían comido todos los perros. Mientras tanto, el gigante vendía su petróleo a precios mínimos a la Amoco Eurasia Petroleum Company, principalmente en la región de Nefteyugansk, de donde provenía la mayor cantidad de crudo. Amoco preparaba proyectos enormes en la región.

Recordemos que, actuando a través del banco Menatep, Khodorkovski no compró realmente la mayoría de las acciones de Yukos. Se trató de una promesa de inversión.

El especulador había comprado un bien a título personal, pero con dinero del Estado, y lo hacía fructificar sin preocuparse de los aspectos sociales de su explotación. Se esforzó, claro está, por «anticiparse» a las decisiones gubernamentales y corromper a los políticos para convertirse poco a poco en dueño del país. Llegó a declarar que «El caos controlado es la mejor manera de ganar mucho dinero».

Yukos conservó la tercera parte de su personal y el 95% de sus activos. El nuevo dirigente tenía tres tareas fundamentales: impedir los robos y desvíos, reducir la masa salarial y reducir al mínimo el pago de impuestos. El pulpo Yukos le robaba al Estado en cuanto a sus beneficios así como en lo tocante a los gastos. Esas prácticas llevaron a la crisis de 1998 y a la cesación de pagos que afectó al Estado. A los capitanes de la industria les convenía que el rublo perdiera valor para estimular sus propias exportaciones.

Khodorkovski había creado en diferentes zonas francas una serie de sociedades especuladoras que servían como intermediarias en la compra de petróleo y de otras materias primas a bajo precio a sus propias empresas para revenderlas en el mercado internacional con ganancias de hasta más del 100%.

Después de lavar dichas ganancias en Occidente, el oligarca compró a golpe de millones su propia reputación mediante campañas publicitarias.

La prensa francesa contó las desgracias de Elena Collonges-Popova, una de las administradoras de sus cuentas en el exterior, quien se dedicaba a dicha actividad hasta que fue arrestada por los servicios fiscales franceses, en 1998 [9]. Elena Collonges-Popova conoció al director financiero de Yukos en Saint-Tropez, en 1995. Su trabajo consistía en especular utilizando diferentes cuentas bancarias, en países que iban desde Suiza a las Antillas.

Su testimonio menciona numerosas manipulaciones organizadas en esa fuga de capitales. Afirma que la compañía fue literalmente vaciada mediante la dispersión de sus acciones en paraísos fiscales. Los tres metros cúbicos de documentos que conservó se encuentran en manos de las autoridades francesas, que transmitieron parte de éstos a la fiscalía rusa.

Justo antes del crack, Yukos se preparaba para apoderarse de la acciones de la última compañía nacional, Sibnett, por 2 000 millones de dólares. Después de la ola revolucionaria de 1991 y el odio que ya se expresa contra la KGB y el PCUS, la reacción adquiere protagonismo y varias decenas de oligarcas patrocinados por un súper oligarca toman el control del país.

Hace tiempo que el hambre ha obligado a los obreros del petróleo a revender las acciones generosamente distribuidas al principio de las privatizaciones. Ahora se sabe quiénes se apoderaron de ellas. La situación de los trabajadores del petróleo no ha cambiado desde la época de la URSS.

Simplemente, éstos no gozan ya de la protección que les proporcionaban el Estado y el sindicato. Para Alexander Trifonov, Khodorkovski transformó los campos petrolíferos de Liberia en un nuevo gulag [10].

Yukos controlaba numerosas facciones en el seno de la Duma y gente influyente ocupaba puestos en los ministerios. El partido comunista, la Unión de Fuerzas de Derecha (SPS), Iabloko y «Unidad» eran financiados directamente por el emporio.

Yukos había llegado a un acuerdo estratégico válido por cinco años con el partido comunista por alrededor de 70 millones de dólares. Ese método le permitía bloquear cualquier decisión en el seno del parlamento.

En Occidente había quien se preguntaba por qué el gobierno ponía sus esperanzas en Yukos. Es que Yukos era el gobierno. En Rusia numerosos observadores se decían ya en aquel entonces que, después de llegar tan alto, la caída sería muy dolorosa.

El curso de los acontecimientos cambió en 2003, cuando Khodorkovski decidió que se retiraría de los negocios en 2007 para presentarse como candidato a la presidencia de Rusia. Ya en aquel momento estaba tratando de imponerle al gobierno sus puntos de vista sobre la guerra contra Irak, con la cual estaba de acuerdo, así como en economía y en política doméstica.

El diario alemán Spiegel comprobaba en aquel entonces que el magnate tenía más poder que el presidente. Había preparado incluso un plan para suplantarlo. Por aquella misma época, Khodorkovski estaba a punto de vender Yukos a Exxon Mobil [11].

También pretendía construir una red privada de oleoductos que garantizaría su total independencia. Los lazos entre Yukos y el mundo de las finanzas y del espionaje anglosajón estaban ya bien establecidos. Estados Unidos había entendido que mientras que el gobierno controlara los oleoductos y la información confidencial sería el único en decidir la cantidad de crudo que le interesaba sacar al mercado.

Charles Ryan, líder del United Financial Group, y otros inversionistas pedían a gritos una «Yukosización» de Rusia, más bien una destrucción del Estado, único obstáculo en el camino hacia las enormes riquezas rusas.

Al parecer, Khodorkovski no se contentó con enriquecerse y con dar rienda suelta a sus ambiciones personales. Ligado a Henry Kissinger y George Soros, parece haber traicionado a su país preparando el derrocamiento de Vladimir V. Putin después de haber comprado a los cuadros del ejército y la decisión de su arresto, tomada in extremis, puede haber tenido como objetivo impedir un golpe de Estado. De confirmarse, esta versión explicaría los medios militares desplegados durante su arresto.

Khodorkovski utilizó los paraísos fiscales a todo lo largo de su ascenso. Konanykhin cuenta en su sitio web [12] cómo creó con él el primer banco Internet en Antigua, a principios de los años 90. Este banco desaparecerá en 1998, cuando la Oficina Nacional de Control de Drogas y de Lavado de Dinero de la isla lanzó una alerta referente a dicho establecimiento [13].

La CIA sigue entonces de cerca las actividades de ambos hombres que comienzan a desarrollar la filial estadounidense de Menatep. La central de Langley se interesaba mucho por los miles de millones de dólares que venían del Este y Khodorkovski era un eslabón fundamental del dispositivo que debía poner de rodillas al gigante ruso y hacerlo morder el polvo.

Es gracias a un trabajo de fondo de la agencia que el nuevo emperador eslavo, convertido en miembro del Carlyle Group, se disponía a poner buena parte de los recursos petroleros rusos en manos de Estados Unidos, con la presidencia en la mirilla.

Las grandes compañías anglo-norteamericanas habían invertido miles de millones en Rusia y querían garantizar la estabilidad de sus inversiones. Sin embargo, las actividades de Yukos representaban un peligro para la seguridad nacional. La compañía controlaba, en efecto, dos terceras partes de los oleoductos estratégicos del país.

De izquierda a derecha, los tres oligarcas rusos Mijail Khodorkovski, Boris Berezovski y Vladimir Goussinski.

El National Criminal Intelligence Service británico (NCIS) también se interesó de cerca por Yukos durante mucho tiempo. Uno de los métodos más frecuentemente utilizados consiste en reunir pruebas sobre las actividades ilegales de un hombre de negocios para proponerle luego inmunidad a cambio de un trabajo regular de inteligencia.

Steven Curtis [14], especialista en sociedades fuera de fronteras que participó en la construcción de Menatep a partir de 1997, fue nombrado director ejecutivo del banco en noviembre de 2003, como substituto de Platon Lebedev. Curtis conocía muy bien los mecanismos financieros del grupo y, por consiguiente, la identidad de los accionistas. Murió misteriosamente en la explosión de su helicóptero después de varios encuentros con la gente del NCIS.

Según Erich Schmidt-Eemboom [15], el BND [16] fue el organismo que, por intermedio de Gerhard Schroder, entregó a Vladimir Putin los documentos en los que se explican las operaciones de lavado de dinero que realizó Menatep.

Las pruebas fueron reunidas durante la investigación sobre la desaparición de los fondos del Partido Comunista antes de la reunificación.

Khodorkovski fue uno de los primeros hombres de negocios rusos en preconizar la transparencia y la gestión al estilo occidental, en practicar la filantropía. Gastaba 300 millones de dólares al año, únicamente en su propia imagen mediática. La política de los oligarcas tenía como consecuencias la destrucción económica del país, el saqueo de los recursos naturales y una vertiginosa caída del nivel de vida. Khodorkovski insiste. Para él «la obsesión de la redistribución de la riqueza es incompatible con los imperativos actuales de la economía moderna».

Para el redactor jefe del diario moscovita Jewish News, Nikolai Propirny, «Khodorkovski fue convocado como líder comercial, no como líder judío. Esta situación no tiene nada que ver con la comunidad judía».

El ex dirigente de Yukos fue arrestado por los spetznaz, el 25 de noviembre de 2003, en su jet privado, en el aeropuerto de Novorossisk. El tribunal acaba de encontrarlo culpable de nueve crímenes: robo con estafa a gran escala y en grupo organizado, evasión fiscal a gran escala, violación de una decisión de justicia, etc... El oligarca es culpable también de fraude fiscal a título personal.

Con una condena a nueve años de prisión sin posibilidad de libertad condicional, contando la detención ya efectuada y las posibles reducciones de la condena, podría salir de prisión en 2008 [17]. También podría, sin embargo, ser inculpado de nuevo a causa del lavado de sumas de dinero ascendientes a varios miles de millones a principios del 2000.

Esa pena es mínima comparada con los 85 años de prisión que pide la acusación contra el ex director de Worldcom, Bernard Ebbers, por falsificación de cuentas. En la prensa occidental se ven sobre todo artículos de circunstancia atiborrados de estereotipos, en lo tocante al caso Khodorkovski.

Se denuncia en ellos el neoestalinismo del nuevo Calígula de Moscú. Su caso es, sin embargo, bastante parecido al de Rafia Khalifa, el magnate argelino, también omnipresente en su época, pero tratado de forma totalmente diferente por los medios de difusión...

Para el juez Yuri Biriukov [18], la gente de Yukos no dejó nunca de ejercer actividades ilegales, lo cual explica los recientes arrestos. Reconoce que en las compañías occidentales también existe una economía de la sombra, pero que no sobrepasa el 30% de la actividad total.

En el caso de Yukos, la proporción estaba invertida. Ya no son los economistas liberales quienes dirigen Rusia, como sucedía durante los años de desorden económico del gobierno de Yeltsin, sino los nacionalistas. El modelo actual es similar a la experiencia de De Gaulle, que caracterizó la posguerra en Francia o del autoritarismo combinado con la economía de mercado de Park Cheng-Hee en Corea del Sur. Hay gran resistencia dentro del mundo de los negocios, el periodo de confusión fue largo y el país estuvo a punto de perder su soberanía.

Ciertos oligarcas, como Berezovski y Gussinski, han sido expulsados. Otros, que han aceptado traer de nuevo al país parte de sus capitales, han obtenido una especie de inmunidad. Khodorkovski había tomado al Estado ruso de rehén y desplegaba grandes esfuerzos para mantener ese privilegio

Según William Browder [19], Yeltsin permitió la privatización del 30% de la economía nacional a cambio de 1 200 millones de dólares, mientras que Putin privatizó el 0,4% por 4 700 millones, lo que representa una proporción de 1 a 300...

Si se tienen en cuenta los sondeos de opinión, la población se lo agradece aún. Las cuentas de las privatizaciones salvajes de los años 90 siguen sin pagarse y Khodorkovski ha sido el único en pagar los platos rotos. Anatoly Chubais, líder de la principal compañía eléctrica y arquitecto principal de las privatizaciones, a quien Pravda designa como el «padre de todos los oligarcas», estuvo por su parte a punto de perder la vida en un intento de asesinato.

Según Alexander Goldfarb [20], el grupo Alfa es el próximo objetivo del Kremlin en lo que éste considera como una redistribución de la propiedad.

Por su lado, los financieros anglosajones, que tanto se han beneficiado con esos crímenes económicos, denuncian una supuesta recolectivización. Sin embargo, según la mayoría de los observadores rusos, el presidente se esfuerza por alcanzar con los oligarcas un consenso basado en un reconocimiento del resultado de las privatizaciones y una amnistía para los capitales devueltos desde el extranjero.

Ello implica, claro está, cierta lealtad política por parte de los oligarcas, lo cual permite, además, entender mejor la cólera de los inversionistas estadounidenses, y del Carlyle Group en particular, ante el fracaso de la maniobra tendiente a apoderarse del control de Rusia.

El grupo acaba de anunciar el cierre de sus oficinas en Moscú y la anulación de su plan de inversiones, por más de 300 millones de dólares, en Rusia [21].

[2Mejdunarodnii Nautchno Texnitcheskovo Programmii- programa científico y técnico

[3Rumiana Ugartchinska, KGB & Cie à l’assaut de l’Europe (KGB & Compañía a la conquista de Europa), ediciones Anne Carrière, Francia, 378 p.

[4Le parrain du Kremlin - Boris Berezovski et le pillage de la Russie (El padrino del Kremlin, Boris Berezovski y el saqueo de Rusia), ediciones Robert Laffont, Francia, 2001

[5Por ejemplo, fue por corto tiempo consejero de Ivan Silaev en el Ministerio de Energía y participó en la visita oficial a España en 1994.

[7http://www.compromat.ru/main/hodorkovskiy/opg.htm, el artículo proviene de Russki Journal, 14-05-05

[8Presidente de un sindicato de transportistas, testimonio publicado en el diario Russki predprinimatel, noviembre de 2004.

[9http://www.compromat.ru/main/hodorkovskiy/zhensk1.htm, tomado de Delovoi vtornik, 28-08-03.

[10Ver testimonio en Russki predprinimatel de noviembre de 2004. El periodista Alexander Trifonov fue secretario de prensa del primer presidente de Yukos, Serguei Muravlenko.

[11Le Figaro 8-10-2003.

[13Rumiana Ugartchinska, op. cit.

[14Gazeta del 27 de abril de 2004.

[15Especialista en servicios secretos que denunció, por ejemplo, las actividades de espionaje del Centro Georges Marshall y el apoyo de los servicios alemanes a los albaneses de Kosovo.

[16El Bundesnachrichtendienst es el servicio alemán de inteligencia exterior.

[17Vedomosti 1-06-05

[18Argumenty i fakty 12-01-05.

[19http://msnbc.msn.com/id/7935919/site/newsweek/, Browder dirige el Hermitage Fund, el fondo de inversiones más importante dedicado a Rusia.

[20Profesor de la universidad de Columbia, amigo de Boris Berezovski, Golfarb escribió el prefacio del libro de Alexander Litvinenko Association de malfaiteurs à la Loubianka, donde el ex agente de la KGB detallaba, entre otras cosas, cómo Putin le pidió -según el propio Litvinenko- que eliminara a Berezovski.