El modelo neoliberal ha generado grandes trastornos sociales.

El «NO» de Francia y de Holanda al proyecto de Constitución europea ha causado toda clase de interrogantes y de consecuentes respuestas; pero la pueril cuanto desvergonzada del fundamentalista gringo William Krystol, uno de los (más de cuatro ) jinetes de la Apocalipsis de Bush, con los «lobos» del Banco Mundial y Wolfowitz, plus la tierna Condi y los conocidos halcones es la que más molesta a la gente que no está dispuesta a aceptar la esclavitud del Nuevo Orden Mundial, otra dictadura imperialista más que pretende ser el gobierno de facto del planeta.

En su revista familiar “Weekly Standard”, de extrema derecha, of course , el tal Bill se dio el lujo, bajo el título de «Vive la France!» de publicar un escrito indecente en el que interpreta el rechazo de los franceses a la Constitución de la UE como una genuflexión ante USA . En su arrogante miopía , lo único que ve es un voto contra el presidente Chirac por no haber apoyado a George Bush en su criminal asalto a Iraq , una especie de excusa, un desagravio al propio Bush. Lo sucedido, dice , “es el hundimiento de un modelo que debería llevar a los europeos a discutir seriamente su "antiamericanismo" y el alcance de los «Estados-provincia», condenados al fracaso. La única alternativa para el futuro europeo es la de aceptar la superioridad del Imperio Americano” .

Es no entender, es reducir a la humanidad a la supina y maligna estupidez que, para desesperación de sus conciudadanos liberales, tiene paralizada la mente de millones de gringos que supuestamente votaron por el terrorista Bush . Deben estar encerrados ellos sí en sus oscuras provincias, con un cartón de cervezas frente a la TV, porque si para muestra basta un botón, podríamos decir que entre los miles de gringos que han vuelto a circular por el planeta no se encuentran fácilmente partidarios de Bush. Platiqué en un reciente viaje con unos 50 y, creáme o no, sólo una pareja de dentistas judíos de New York aceptó haber votado por Bush .

La razón del complejo voto francés es por supuesto otra u otras

No por nada Descartes nació en Francia.

Es sin duda una pausa en el camino de la fortaleza que quieren fincar los europeos en una unidad total, como formidable contrapeso para competir y enfrentar a la dictadura gringa y a otros bloques político-económicos previstos por George Orwell en su profética novela ( escrita en 1949 ) llamada “1984”. Pero “ La vida sigue “, como declaró Javier Solana, Ministro de Asuntos Exteriores de la UE, cuyo propio país, España votó por la Constitución .

El voto fue obviamente una censura al presidente Jacques Chirac, pero no por haberse opuesto al asalto a Iraq, en eso lo apoyó todo el país, sino por no haber podido evitar que la calidad de vida decayera a lo largo de los años como consecuencia de la globalización, fenómeno que de hecho está sucediendo en todo el mundo. Fue un voto eminentemente antineoliberal promovido por la izquierda. Los franceses reprochan al presidente el alto desempleo que desde la aparición del neoliberalismo en los ochentas fluctúa alrededor del 10%. Uno de cada 3 franceses se ha quedado sin empleo ni capacitación “ en una generación sin perspectivas”

Es un voto, es cierto, en el que confluyeron la dividida izquierda socialista y la derecha , por diferentes motivos. Aunque Francia es reconocida quizás como el país más abierto y generoso para la inmigración de todas partes del globo, la derecha pudo haber votado porque ésta se limite, incluso y sin ambages contra “la invasión otomana”, contra los turcos mitad europeos , pero mitad asiáticos, que trabajan en detrimento de los locales por mucho menos dinero en todas loas chambas, no sólo aquellas que el presidente Fox define como aquellos que “ni los negros quieren hacer”, sino los trabajos que requieren los mismos franceses de origen y otros inmigrados anteriores que ya obtuvieron la nacionalidad francesa. Este, hay que señalarlo, no es sólo un motivo de la gente de derecha sino simplemente de gente que piensa que “la caridad empieza por casa”.

En ese sentido , en el caso de nuestros propios migrantes en USA, se puede perfectamente entender la oposición de los sindicatos, no así el gratuito racismo de los matones de Arizona.

Los argumentos de la izquierda para explicar su negativa son otros y más sofisticados . Contra lo que se votó, dice, fue contra un proyecto de Constitución que significa un «Tratado de Buena Conducta Neoliberal». Se votó contra la Europa capitalista y neoliberal que para muchos franceses (y europeos) ha significado una degradación social, moral y cultural. A su juicio y para colmo , la Constitución propuesta deja en manos de USA , a través de la OTAN, Tratado del Atlántico Norte, que preside un general gringo con sede en Washington y cuyo jefe es ya se sabe quien, la defensa y la seguridad de los 25 países de la Unión Europea, no obstante que sólo 19 de ellos pertenecen a la OTAN.

Los franceses votaron como lo hicieron el 29 de mayo pasado porque la Constitución fue redactada por las cúpulas a diferencia de la Constitución francesa (y otras) producto del pueblo. Como resumió recientemente Víctor Flores Olea : «El documento proclama la dignidad humana, la libertad, la democracia y la solidaridad. Pero su contenido negaría esos valores a cada paso y consagraría en el fondo un único principio que los domina a todos: el de la economía de mercado abierto y sin limitación alguna. Se negaría así el sentido profundo civilizatorio del constitucionalismo que ha sido una de las conquistas democráticas de la humanidad» .

Manu Dornbierer