En 1964, el Departamento de Investigaciones del Pentágono cierra el parque natural de Waiakea, en la isla de Hawai, para la Operation Green Mist cuyo objetivo es probar los efectos de las armas químicas y bacteriológicas en un «medio tropical confinado». Unos 30,000 polinesios viven en los alrededores de la selva, consumen agua de sus manantiales... pero no serán informados de la operación. A partir de 1964, el ejército norteamericano dispara en la selva obuses con diferentes bacilos y bacterias. En abril de 1965 bombardea la zona con obuses portadores de gas sarín o gases alucinógenos. A partir de 1966 hace pruebas con defoliantes. Los desechos de esas pruebas bacteriológicas y químicas se depositan en una fosa cerca del volcán, y allí se encuentran aún. En 2002, los involuntarios conejillos de Indias de estas pruebas lograrán que el ejército abandone la zona y prometa limpiarla... Aún están esperando. Nunca habrá indemnizaciones a pesar de las numerosas enfermedades y malformaciones comprobadas en la población civil.