George W. Bush.
Foto White House.

«George W. Bush es la mentira como arma de destrucción masiva»
José Saramago, premio Nóbel de Literatura.

Y eso es lo que está ocurriendo con una gran parte de la opinión pública americana que no ve como su gobierno-la administración Republicana del Presidente Bush- ha metido a esta nación en un pantano cenagoso del cual trabajo les costará salirse a menos que empiecen sus gobernantes por confesarle a la nación y al resto del mundo todos los errores y absurdos disparates que han cometido desde que llegaron a la Casa Blanca por medio de aquellas elecciones fraudulentas del año dos mil.

Hay una primera verdad incontrovertible: La Guerra en Irak- absurda e innecesaria, basada en la mentira de las armas de destrucción masiva- es una guerra perdida. Y eso no se le ha dicho por sus gobernantes al pueblo de Estados Unidos, que sumido en una especie de letargo soporífero viene hasta ahora contemplado pasivamente como siguen los muertos en Irak sin que se vea una salida a tan sangrienta tragedia humana. Es el fantasma de Vietnam que repite su trágica historia producto de la arrogancia imperial que les impulsa a cometer siempre los mismos errores del pasado.

La propia «lucha contra el terrorismo», proclamada por el Presidente Bush como respuesta a los actos terroristas condenables del once de septiembre, está siendo en estos momentos puesta en duda si sinceridad por la opinión pública mundial, ante la actitud sinuosa de la actual administración en el caso del terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles, reclamado en extradición por el gobierno de Venezuela como autor intelectual del crimen siniestro de Barbados que le costara la vida a 73 inocentes pasajeros civiles. Porque darle hoy protección en este país a un terrorista, convertiría al Estados Unidos en cómplice del terrorismo, para decirlo en las propias palabras del Presidente Bush.

Si el gobierno de Estados Unidos le oculta al pueblo norteamericano la verdad sobre la guerra en Irak que a todas luces es una guerra perdida como lo fue la de Vietnam, poca esperanza y posibilidades tiene este nación de salir airosa del pantano en la que la han metido.

Y si el gobierno del Presidente Bush también le oculta al pueblo norteamericano su cómplice duplicidad en el caso dl terrorista Luis Posada Carriles, tampoco podrá lograr que el mundo crea en la proclamada «lucha contra el terrorismo» de los Estados Unidos. Ocultando la verdad a la nación y al mundo no es la mejor manera de defender los mejores intereses del pueblo de esta nación. Ya lo decíamos al principio de este comentario: No hay peor ciego que aquel que no quiera ver.