La Constitución del año I (según el calendario revolucionario) es la primera constitución francesa republicana que reconoce la abolición de la monarquía decretada por la Convención en 1792.
Adoptada por esta última el 24 de junio de 1793, la Constitución del año I recoge objetivos y principios que fueron abandonados más tarde.
Por ejemplo, el artículo primero de la Declaración de Derechos Humanos, que precede a la Constitución propiamente dicha establece que «El objetivo de la sociedad es la felicidad común» y el artículo 21 señala que «Las ayudas públicas constituyen una deuda sagrada. La sociedad debe garantizar la subsistencia de los ciudadanos que se encuentran en desgracia, ya sea procurándoles trabajo o asegurándoles los medios de vida a aquellos que no se encuentran en condiciones de trabajar
Dos siglos más tarde, Francia tiene tres millones de desempleados y 1,2 millones de RMIstas [El término RMIstas se aplica a las personas que dependen del pago del RMI (Revenu Minimum d’Insertion) destinado a las personas que no disponen de medios de subsistencia. N del T].