Una marcha de protesta.

El Fobaproa no constituye deuda publica y por lo tanto no hay una razón para que el Gobierno Federal cubra los pagarés de los bancos .
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Revista Proceso del 26 de Junio del 2005, p.30

Antes de iniciar nuestro análisis de este tema que es considerado el Gran Fraude a la nación mexicana por parte de los banqueros nacionales y ahora trasnacionales en contubernio con las mas altas autoridades federales, es necesario mostrar quienes son los responsables del genocidio económico, sin paralelo en la Historia de México.

Son culpables de la pena maxima por traición Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León y Vicente Fox Quesada y en especial sus correspondientes secretarios de Hacienda, Pedro Aspe Armella, José Ángel Gurria, Guillermo Ortiz Martínez y Francisco Gil Díaz; hay también una centena de funcionarios menores involucrados, pero como en el Juicio de Nuremberg a los nazis, así estos personajes son y serán los responsables del genocidio económico que todavía padecemos los mexicanos, pues muchas familias perdieron y siguen perdiendo su patrimonio familiar debido a la usura desmedida y sin control por parte de las autoridades.

Sólo en el IPAB se mantienen mas de 10 mil propiedades en litigio y todo ello lleva a un terrorismo bancario sin precedente. Los diarios están llenos de edictos y los buitres del negocio son integrantes del Poder Judicial que reciben prebendas de los bancos, así como la abundancia de despachos extrajudiciales que han y siguen amenazando sin piedad a los deudores de la banca, y, obviamente a una gran corrupción de la autoridad, pues de forma oculta negocia con los deudores del Fobaproa la quita de intereses, como se ha filtrado el caso de la empresa Estrella Blanca en donde aparece como “asesor” Vicentillo Fox, y hay un trafico de influencias descarado de la primera dama en favor de dicha linea de transporte.

Por ello urge ya en definitiva abrir totalmente a la Sociedad el FOBAPROA y fincar responsabilidades a los que procedieron de manera fraudulenta en dicho rescate bancario, el mas escandaloso de todos los tiempos modernos a nivel mundial, porque no se rescató a un banco sino a una clase empresarial inepta, y de esta forma el Estado actuó de forma facciosa pues las enormes deudas fueron socializadas y las ganancias siguen siendo privadas.

Un representante de Hacienda, en el programa de TV y Radio de José Gutiérrez Vivó, el día 28 de Junio del 2005, dijo que los bancos habían quebrado y sólo 4 de los 18 restantes pudieron sobrevivir. Entonces, por qué
no se permitió a los deudores cancelar sus deudas bancarias y al contrario fueron entregados como siervos a sus nuevos amos feudales de la banca extranjera, porque con dinero publico se rescató a los dueños de los bancos y sus inversionistas (llamados coloquialmente ahorradores).

Según La Jornada del 27 de junio del 2005 y con información oficial de la SHCP, el rescate bancario después de 10 años, el gobierno federal transfirió $263 mil 813 millones de pesos a la banca de 95 a la fecha ( al tipo de cambio actual de 10.85 pesos por dólar, la cantidad es de 24,314 millones de dólares o sea 2,431 millones de dólares anuales, que el Congreso ha estado autorizando cada año a expensas del crecimiento económico de la nación. Esto implica mayor desempleo y mayores contribuciones por parte de la sociedad mexicana) y lo peor ¿cuánto se debe todavía?, y en esto el periódico Reforma de la misma fecha nos da la siguiente cantidad 742,000 millones de pesos ( o sean unos 68,347 millones de USD) o sea que a razón de la cantidad pagada anualmente, todavía nos faltan 28 años para liquidar esas gigantescas cantidades de dinero, lo que presagia mas impuestos, más desempleo y mayor usura bancaria.

Esas cantidades no debieron de haber salido de dinero publico, pues se destinaron a entidades privadas y más ahora que se trata de un subsidio de México hacia los grandes bancos trasnacionales hemos perdido la soberanía bancaria sobre este importante sector que debería generar un crédito barato con una usura controlada a unos 10 puntos porcentuales por encima de la tasa TIIE que en estos momentos se encuentra en 8.9 % anual, por lo que las tarjetas de crédito, que es el dinero mas cara debería de estar cobrando un máximo de 18.9 % anualizado y no como la tarjeta líder en usura, que lo es Banamex-Citibank, se encuentra cobrando 39.82% anual, sin considerar comisiones, y sin tomar en cuenta la formula actuarial, lo que eleva la tasa cobrada a un 60% anual; es decir, estaría oficialmente a unos 20 puntos por encima de lo que marcan las leyes prudenciales de la Banca Internacional del BIS de Basilea -el banco central de los bancos centrales- y extraoficialmente estarían unos 40 puntos por encima de lo que ya desde 1916 había dispuesto el Presidente Venustiano Carranza en su ley del 16 de septiembre en el sentido de que la tasa máxima de interés debería de ser de 20% para créditos al consumo y las tarjetas de crédito son créditos revolventes, por cierto no reguladas por la ley correspondiente.

Es decir, el Congreso deja una manga ancha a los bancos y empresas comerciales para que hagan lo que gusten con sus clientes-deudores; por ello insistimos en el tema de que es urgente ya desarrollar una Ley de Cobranza Bancaria y una Ley de Pago Justo, para controlar por una parte el terrorismo bancario y por la otra controlar la usura. Mientras eso no suceda, tanto el Congreso como las autoridades federales seguirán los dictados de la llamada dictadura de instituciones internacionales y estarán impulsando una revuelta popular al estilo de Oliver Crommwell en la Inglaterra de 1640, que le costó la cabeza al rey y el poder cambió del Ejecutivo al Legislativo.

Con estas políticas suicidas estamos llevando inexorablemente al pueblo mexicano y a su clase empresarial a una nueva revolución, pues que empresario nacional puede tener utilidades por encima de la tasa activa real de 60% en tiempos de recesión y con una política monetaria restrictiva que favorece a la inflación reprimida, que se está convirtiendo en deflación, tan peligrosa como la hiperinflación de 1995; esta deflación esta literalmente liquidando a la economía formal y la esta obligando a criminalizarse en la economía informal y por otra parte en las cúpulas bancarias se favorece el “lavado de dinero”, pues hay casos como el de Casablanca de Aduanas de los Estados Unidos que agarró “in fraganti” a los bancos mexicanos o el caso de BBVA en donde el Juez español Baltasar Garzón encontró grandes flujos de dinero de los españoles para la compra de Bancomer con el apoyo del banquero Antonio Madariaga Lomelí, sin que hasta el momento se le hayan fincado responsabilidades al banquero considerado uno de los grandes beneficiarios de la crisis bancaria de México. O el caso de Roberto Hernández Ramírez que se hizo de Banamex de una manera ilegal, ya que ese banco fue privatizado por Carlos Salinas de Gortari fuera del tiempo legal y posteriormente se le permitió el delito fiscal de “elusión” al vender dicho banco a Citibank sin pagar unos 4 mil millones de dólares en impuestos.

Todo esto sucede porque los organos de control como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores no están ciudadanizadas al estilo IFE y están subordinadas a la SHCP; mientras dependan del Ejecutivo, siempre habrá el riesgo de trafico de influencias y de corrupción, y la sociedad seguirá pagando por los “errores”, y “huecos” en las leyes para castigar a los delincuentes de “cuello blanco”. Por ello hay que insistir que los FRAUDES A LA NACIÓN NO FENECEN, las clases política y financiera siguen insistiendo en que este caso está cerrado; el hecho es que es una herida abierta y es un GENOCIDIO y eso como los nazis no se lo podrán quitar aunque quieran y por más que busquen mediatizar y confundir a la sociedad con sesudos análisis de que esto era irremediable.

El pueblo preparado y conciente no va a permitir que eso suceda, hasta que los responsables estén en la cárcel o en un nuevo Nuremberg paguen con su vida por sus errores y corrupción, pues los dinero públicos no son para rescatar empresas privadas y mucho menos en un país pobre es México, con cerca de 50 millones en extrema pobreza y 300 familias FORBES en la mas extrema riqueza, los fobaproicos no se van a escapar del juicio de la Historia, pues una generación completa de mexicanos fueron humillados, perseguidos, quebraron sus empresas, perdieron su patrimonio, fueron lanzados al desempleo y a la criminalización de la economía, pues unos “genios” financieros, educados en los Estados Unidos, creyeron en el mito del “Libre Mercado”.

No han entendido a Estados Unidos, que cuando tuvo su mayor crisis bancaria en la época de la Gran Depresión de 1929-1939, prefirió rescatar a sus deudores, en lugar de rescatar a sus banqueros, por ello Franklin D. Roosevelt pasó a la historia como el gran Estadista del Siglo XX y su antecesor Hoover, que decía que había mucho dinero en los bancos para prestar, fue arrumbado a la basura y solo para su desprestigio quedó en una marca de lavadora, desafortunadamente para los Estados Unidos y por ende para México, sus ideas han sido reemplazadas por disque nuevas ideas de “Libre Mercado” y “Libre Competencia” y odian la intervención del Estado y el Reaganismo y el Bushismo han establecido un “coco-wash” de nuestros brillantes profesionales que siguen pensando en esas ideas cuando lo que tenemos es un proteccionismo rampante de EUA basados en barreras no arancelarias como el “terrorismo” y sus variantes que afectan nuestras exportaciones hacia ese país.

En México abundan las practicas monopolicas y existe una Competencia Monopolística que va en contra del espíritu del articulo 28 constitucional antimonopólico, que con solo aplicarse correctamente, estaríamos redistribuyendo la riqueza nacional sin necesidad de levantamientos o asonadas. Con la Ley en la Mano es posible transformar pacíficamente a México, sin embargo el foxismo no entiende de leyes por su inclinación mercadotécnica. Esos productos políticos no pasan la ley del ácido de las 4p’s (precio, producto, plaza y publicidad) y sólo se orientan a la ultima, por ello en las elecciones del 2006, los mexicanos que van a votar, encuentran que los productos ofrecidos son muy malos ética y moralmente; todos ellos son la hechura de la clase corrupta, inepta, autoritaria y desnacionalizada, entregada por completo a los designios bushianos.

Por ello se estima una gran abstención del voto y por lo tanto, tanto el poder Ejecutivo y el Legislativo corren el peligro de ser repudiados por ser espurios.
Finalmente repudiemos con todas nuestras fuerzas al FOBAPROA e iniciemos la constitución de un nuevo Nuremberg en el que estos genocidas paguen sus culpas; hay que llevar este caso a la reciente Corte Penal Internacional, no hay que permitir que esto pase sin castigo.