Invocando un peligro de sedición, los conquistadores españoles masacran a 600 nobles aztecas y personalidades de alto rango durante una importante fiesta.
Los aztecas organizan inmediatamente la respuesta. Rodean a los españoles imponiéndoles un largo y terrible sitio. Hernán Cortés -que estuvo ausente durante los hechos- no logra obtener, a su regreso a Tenochtitlán, la intervención del emperador Moctezuma para apaciguar la situación. Este último es asesinado. Al hacerse incontrolable la situación, los conquistadores dejan precipitadamente la ciudad después de sufrir cuantiosas pérdidas.
A pesar de su carácter efímero, este episodio de la historia de México, conocido como «la noche triste», constituye una de las primeras victorias sobre el colonizador. México alcanzará la independencia en 1821, más de 300 años más tarde.