Mientras el British Medical Journal acaba de publicar un expediente solicitando que se estudie de nuevo la cantidad de muertes de civiles causadas par la invasión de Irak, del otro lado del Atlántico un uno de los primeros en oponerse a esta guerra, el decano del Senado, Robert Byrd (ver foto), desencadenó a principios de semana una polémica al comparar al presidente George W. Bush con el canciller Adolf Hitler. Byrd basa su comparación en las modificaciones del funcionamiento del Senado que ha emprendido Bush y que, en su opinión, le permitirán llenar los tribunales de jueces de extrema derecha. Explica que, efectivamente, además de utilizar un discurso diplomático muy «pacifista» y «prodemocrático», «Hitler nunca renunció a adornarse con la legalidad pues se daba cuenta del valor psicológico que revestía el tener la ley de su parte. En vez de ello, torcía las leyes y legalizaba la ilegalidad»