Donald Rumsfeld (en primer plano) y Ariel Sharon (a la derecha), en Washington, en marzo de 2001

Desde su elección como primer ministro, en febrero de 2001, el general Ariel Sharon solicitó a un círculo de millonarios sionistas que «trabajaran» a la opinión pública mundial y la convencieran de la legitimidad de la respuesta israelí ante la segunda Intifada. Bajo la dirección de Leonard Abramson se creó un gabinete de relaciones públicas denominado Emet (o sea «verdad» en hebreo) [1]. Este disponía de una oficina en la universidad de Tel Aviv, que ocupaba Itamar Rabinovitch (ex-embajador de Israel en Washington), y de otra oficina en Washington, ocupada esta por Nir Boms (ex-oficial de Tsahal encargado de las relaciones públicas de la embajada de Israel en Washington).

Las finanzas del gabinete fueron abundantes gracias a sus generosos padrinos: Edgar Bronfman, Bernard Marcus y Michael Steinhard aportaron 250,000 dólares cada uno; Leonard Abramson, Charles Bronfman Dalck Feith (padre del subsecretario de Defensa Douglas Feith) y Lynn Schusterman pusieron 100,000 por cabeza.

Sin embargo, un malentendido surgió entre el gobierno de Sharon y los donantes de Emet. En efecto, la constitución de Emet fue anunciada por Radio Tel Aviv, que citó fuentes gubernamentales, antes de haberse hecho pública por sus propios fundadores. Estos hicieron saber entonces al general Sharon que tenían la intención de conservar entera libertad de maniobra y de no dejarse imponer las actividades que realizarían.

Emet tuvo una actividad de fachada: la organización de un curso de formación para estudiantes judíos estadounidenses en el Centro Jafee de Estudios Estratégicos de la Universidad de Tel Aviv, y sobre todo la publicación de un estudio de la Fundación Wexner sobre la imagen de Israel, cuya traducción francesa publicamos en aquel entonces [2].

Pero la verdadera actividad de Emet consistió en reclutar «mensajeros de Israel», o sea personalidades capaces de llevar su mensaje a la opinión pública estadounidense. El gabinete contrató así a Jack Kemp, Jeane Kirkpatrick y Steve Forbes, una elocuente selección. El ex-jugador de football Jack Kemp hizo una carrera política que lo llevó a permanecer durante 18 años en la Cámara de Representantes antes de convertirse en candidato a la vicepresidencia junto a Bob Dole. Jeane Kirkpatrick debutó en la política como presidenta de los jóvenes trotskistas antes de unirse a Ronald Reagan, que la hizo su embajadora en la ONU.

Steve Forbes es el dueño de Forbes Magazine. Kemp, Kirkpatrick y Forbes militaban ya en Empower America, asociación que predica la supremacía estadounidense, y en el Jewish Institute of National Security Affaire (JINSA), un grupo de influencia cuyo objetivo es favorecer el progreso de la agenda sionista entre la clase dirigente estadounidense.

El 13 de septiembre de 2001, o sea dos días después de los atentados de Manhattan, Emet se transformó en un think tank, la Fundación para la Defensa de las Democracias (Foundation for the Defense of Democraties - FDD). Gracias a un buen trabajo preparatorio, el presupuesto de 2002 alcanzó la cifra de 2,9 millones de dólares. Los inevitables Newt Gingrich (ex-presidente de la Cámara de Representantes) y James Woolsey (ex-director de la CIA) se convirtieron en los consejeros de la organización, mientras que toda una serie de personalidades neoconservadoras se unían a ellos (Gary Bauer, Frank Gaffney, Charles Krauthammer, Bill Kristol, Richard Perle, etc.).

También se contrató un equipo de empleados. Para aliviar la falta de credibilidad del director Nir Boms, debida a su nacionalidad israelí y sus anteriores funciones en Tsahal, se nombró otro director, Clifford May, ex-responsable de las relaciones públicas del Partido Republicano.

La primera campaña pública de la Foundation for the Defense of Democraties, en el verano de 2002, fue la producción y difusión de un spot televisivo de 30 segundos. Intitulado La estrategia del suicidio, este establece un paralelo entre los atentados del 11 de septiembre, oficialmente perpetrados por kamikazes, y los atentados suicidas palestinos contra la ocupación israelí, resaltando que estos últimos son cotidianos. En él se mezclan los nombres de Yasser Arafat, Osama ben Laden y Saddam Hussein.

La FDD multiplicó después las intervenciones en la prensa: tribunas libres en los grandes periódicos estadounidenses, entrevistas en las cadenas de radio y televisión, participación en talk shows. Siguiendo una técnica clásica, la FDD favoreció la creación de toda una serie de asociaciones con firmas diversas permitiendo así a un pequeño grupo homogéneo dar la impresión de ser una amplia coordinación pluralista.

La Iraq-America Freedom Alliance (Alianza Iraquí-norteamericana por la Libertad) ofrece a los medios de difusión testimonios listos para su transmisión de iraquíes y estadounidenses que celebran la libertad restablecida después de la caída de Saddam Hussein.

Las Women for a Free Iraq (Mujeres por un Irak Libre) movilizaron las conciencias feministas para que apoyaran la intervención militar de la coalición. El problema es que si bien las mujeres iraquíes sufrieron el despotismo de Saddam Hussein, la realidad es que nunca fueron discriminadas, sin embargo, por su condición de mujeres. Desde ese punto de vista, su situación en Irak era incluso mejor que en muchos países occidentales. Como quiera que sea, las Women for a Free Iraq hicieron toda una mezcolanza entre la situación de la mujer bajo la dictadura de los talibanes afganos y bajo el régimen laico del partido Baas iraquí.

Se creó más tarde una Women Alliance for a Democratic Iraq (Alianza de mujeres por un Irak Democrático) cuyo objetivo ha sido seleccionar mujeres e introducirlas en las instituciones que colaboran con la ocupación en Irak para que se respeta la muy correcta exigencia de paridad.

La Coalition Against Terrorist Medias (Coalición contra los Medios de difusión Terroristas) es una campaña instrumentada en 2004 para lograr que las autoridades francesas impidieran las transmisiones de la cadena televisiva del Hezbollah libanés hacia Estados Unidos a través de satélites europeos y para que el Departamento de Estado clasificara a los periodistas de esa cadena como «terroristas». Ambos objetivos fueron alcanzados en Francia y Estados Unidos [3].

El Committee on Present Danger (Comité sobre el Peligro Presente) es la reactivación de una asociación histórica homónima que desarrolló la retórica de la guerra fría. Este comité se dedica a reutilizar aquel discurso substituyendo el término «comunistas» por «terroristas» y «guerra fría» por «guerra contra el terrorismo» así como a mezclar todos los atentados del mundo atribuyéndolos a un complot islámico mundial. Está copresidido por dos apologistas de la invasión contra Irak, George P. Schultz y el omnipresente James Woolsey. Vaclav Havel y José María Aznar dirigen una sección internacional de este comité.

La Foundation for the Defense of Democraties (FDD) organizó también una serie de acciones durante las sesiones de la Corte Internacional de La Haya sobre la legalidad del muro de Israel [4]. Ruth Wedgwood orquestó entonces, cerca de la sede de la Corte, un tribuna independiente que juzgaba los crímenes de los terroristas palestinos y dirigía manifestaciones.

Por otro lado, la Fundación maneja los hilos de varias campañas temáticas. Jugó un papel protagónico en la difusión de la idea según la cual el antisemitismo forma parta de la enseñanza institucional en Arabia Saudita. Utilizó para ello traducciones falsificadas de manuales y de libros presentados al público por un experto aparentemente creíble, Ali al-Ahmed, director del Saudi Institute de Washington.

También orquestó la campaña de desestabilización contra el secretario general de la ONU, Kofi Annan, mediante los artículos de una de sus empleadas, la periodista Claudia Rosett, que tiene pleno acceso a las columnas del Wall Street Journal y del Weekly Standard [5].

Finalmente, la Fundación se apoya hoy en Walid Phares, dirigente de la milicia proisraelí de los Guardianes del Cedro y de la World Lebanese Organization, para dar lugar a una intervención militar de la coalición en Siria y Líbano.

Es difícil decir hoy en qué medida los objetivos de la Foundation for the Defense of Democraties los determinan militantes sionistas estadounidenses o la administración Sharon.

[1Esta sociedad fue registrada en New York, el 12 de marzo de 2001, bajo la denominación completa de «Emet, An Educational Initiative,Inc»

[2«La communication israélienne pour 2003 selon la Fondation Wexner» , traducción de Marcel Charbonnier, publicado simultáneamente por Le Point information Palestine y la Red Voltaire.

[3« CSA, le censeur supérieur de l’audiovisuel » , Voltaire, 20 de agosto de 2004.

[4Ver nuestro trabajo «Le Mur israélien en Palestine»

[5«El acoso contra Kofi Annan», Voltaire, 22 de diciembre de 2004.