Es indudable que cualquier gobierno que tome como modelo al neoliberalismo
está destinado al fracaso, así lo han demostrado los dos últimos avizorados
como una maldición a acabar en el repudio general de la mayoría del pueblo.
Alejandro Toledo, el mismo que prometió un gobierno distinto, un hombre
ligado al común del poblador peruano pero cultural y mentalmente al pueblo yanqui también lo sabe ya. Después de una crisis de gobierno donde permitimos saber a qué punto se han llevado las situaciones en el Perú y ¿cuál es la magnitud de las alianzas de intereses de la famosa dupla Perú Posible ? FIM, es urgente una renovación completa de los actores políticos, el gobierno toledista ha podido sobreponerse nombrando a un
economista- negociador descaradamente pro- yanqui.

Pedro Pablo Kuczinsky, PPK, abismalmente distinto al peruano de a pie, de
nacionalidad norteamericana y de apellido foráneo es el nuevo presidente del
que será el último consejo de ministros toledista. Hombre ligado a los más
grandes intereses del gran capital, ex presidente de directorios monopólicos
que aún sostienen juicios contra el Estado peruano, es el nuevo hombre clave
para que Alejandro Toledo pueda dormir tranquilo hasta el fin de su mandato.

Con Kuczinsky ya sabemos hacía donde se dirigirá y acrecentará, como hasta
ahora se hace, la política económica del gobierno, una línea heredada del
fujimontesinismo que lejos de la prédica de justicia social ha socavado la
sin razón conduciéndonos a esperar como maná de salvación el chorreo que tan
abiertamente se pregona, mientras Waisman que anda por la senda del
populismo como dirían los amigos de Kuczinsky denuncia que el famoso chorreo
es otro cuento más sacado de un escritorio de la Universidad de Lima

Mientras Toledo golpea bajo y alto, pues de actor hasta el Nobel ganaría,
las cosas se sitúan así. Un gobierno deformado por un collage de ideas que
ninguna ha servido, cinco años más de espera y lo peor ha sido que la
soledad lo ha acogido dado que su otrora Fernando Olivera ha utilizado su
argucias e intereses para zafarse del maleficio, un Kuczinsky sonriente y
divertido con el gran capital y una clase política jugando al ping pong,
todo eso sí a ritmo galopante del japonés Fujimori burlón él, resucitado por
su enemigo Alejandro Toledo.