El helicóptero Mi-8, el avión de transporte militar IL-76, edificios de una villa militar en San Petersburgo, almacenes militares desocupados, remolcadores y ferry-boats marítimos son algunos de los lotes exhibidos en el sitio oficial del Fondo Ruso de Bienes Públicos.

Para adquirirlos se necesitará hacer una solicitud y luego presentarse en la subasta. Puede hacerlo una persona jurídica o física, un ruso o un extranjero.

El 25 de diciembre de 2002, el Gobierno había promulgado el decreto «Del Fondo Ruso de Bienes Públicos». Conforme al documento, todo lo que había pertenecido a las Fuerzas Armadas de la Unión Soviética y luego a las de Rusia y ha perdido su atractivo militar - sin contar el armamento y material de guerra, claro está -, podrá ser comprado en subasta pública cuya organización estará a cargo del citado Fondo.

Ya han sido puestos en venta aviones y helicópteros de transporte, tales como Tu-134, Tu-154, IL-76, IL-22, IL-18, An-2, An-12, An-24 e incluso An-72 y Mi-2; distintas versiones de Mi-8, Mi-26 y Ka-26; aviones de entrenamiento Yak-52, Yak-18, L-29, L-39 y L-410 (los tres últimos, de fabricación checa); embarcaciones fluviales y marítimas, remolcadores, petroleros, lanchas, barcazas, buques científicos y yates de paseo; villas militares, almacenes y terrenos de los antiguos polígonos y campos de tiro.
El jefe de la Dirección del Fondo Ruso de Bienes Públicos, Nikolai Nikolaev, ha comentado que los bienes «desmilitarizados» no son los principales «artículos» que vende el Fondo. «Nuestra principal ocupación es la privatización y la solución de los problemas que acarrea – apuntó -. También vendemos activos federales mal gestionados o en proceso de liquidación, o los que no representan interés estratégico o no son rentables».

«Podría decirse que nuestro Fondo es un vendedor exclusivo en Rusia», agregó.
En el total de ventas del Fondo, los bienes militares soviéticos ocupan tan sólo un 3 ó 5 por ciento. Sin embargo, ese rubro es sumamente importante para el país y para sus Fuerzas Armadas.

Con el dinero que aportan las ventas de los «activos» militares y navales -el año pasado fueron 600 millones de rublos (unos 20 millones de dólares)- se construyen viviendas para militares y se resuelven muchos otros problemas sociales que aquejan al Ejército. Es importante señalar que ese dinero proviene de la venta de bienes que habrían seguido pudriendo en los polígonos militares si no fuera por las gestiones del Fondo Ruso de Bienes Públicos.

Como regla, las ventas de los bienes militares no aportan ningunas ganancias al propio Fondo, confesó Nikolaev. Por cada venta pública, el Fondo recibe 1,5% del dinero embolsado. Caso que se vendan en subasta pública 6 u 8 aviones An-2 de los viejos - de 3,000 a 3.,3,300 dólares cada uno -, entonces por cada aparato vendido el Fondo cobrará 30 ó 40 dólares. Cabe tener presente que las horas de trabajo de los colaboradores, la valoración de los aviones, la preparación de los documentos necesarios, los viajes de los expertos al lugar de la subasta y la organización de la misma cuestan dinero.

No obstante, afirma Nikolaev, el bienestar social de los militares rusos está por encima de cualquier dinero.
En cuanto a las subastas, lo más demandado no son los aviones, helicópteros o barcos de segunda mano, sino las villas militares y los terrenos que ocupan. Sobre todo si quedan en la provincia de Moscú. No hace mucho, habían sido vendidas villas militares ubicadas en Tomilino, Balashija y Kolomna. El precio inicial quedó superado varias veces y fue impresionante la cantidad de compradores que habían asistido. Así, el precio inicial de la villa en Tomilino fue de 6 a 7 millones de rublos ($200,000-230,000), pero finalmente fue vendida por 30 millones (un millón de dólares).

El terreno que había allí no era grande - apenas 4 hectáreas- ni tenía muchas edificaciones. Pero la enorme ventaja de esas villas consiste en que cuentan con toda la infraestructura necesaria: alcantarillado, agua, luz, calefacción, telefonía. Cierto es que a menudo todo se encuentra en un estado muy abandonado. Pero si se necesita reparar las comunicaciones, no hay que realizar costosos trabajos de excavación que pueden alcanzar un 40% del precio de la finca. Por ello es tan fuerte la competencia en las subastas que organiza el Fondo.

Nikolaev no comunicó a RIA «Novosti» qué bienes militares y en qué cantidades subastará el Fondo la próxima vez. «Nunca lo sabemos de antemano – explicó -. Cuando el Ministerio de Defensa nos entrega sus bienes, enseguida lo damos a conocer a través de nuestra página web y otros medios de información. Por lo tanto, recomendamos seguir los anuncios».

RIA «Novosti», no obstante, se ha enterado de que hasta el fin de año serán sacados a subasta pública unos 300 aviones de entrenamiento L-39. Quienes deseen convertirlos en jets privados, tienen buena posibilidad para hacerse con un avión corporativo a precio regalado.

Fuente
RIA Novosti (Rusia)