Irán no renunciará a sus planes nucleares, considera Vladímir Orlov, director del Centro ruso de estudios políticos PIR.

«Deberíamos asumir el hecho de que Irán ha apostado inequívocamente por el desarrollo de su propio programa nuclear civil a plena escala» – declaró Orlov en una rueda de prensa celebrada en la sede de RIA Novosti.

Ninguna circunstancia o presión externa podrá disuadirle a Teherán de esta opción, en torno a la cual se han consolidado hoy la élite gobernante y la sociedad iraní en su conjunto, opina el experto ruso.
«Lo único que se podría conseguir mediante la política del palo y la zanahoria es cierta modificación o aceleramiento de tal programa» –agregó él.

«Existe un consenso dentro de la sociedad y dentro de la élite acerca de que Irán podrá ocupar en el siglo XXI la posición de superpotencia regional, en particular, gracias al salto tecnológico en materia nuclear» – precisó el analista ruso.

En su opinión, la bomba atómica le interesa a Irán a día de hoy menos que hace dos décadas. Según la expresión metafórica de Orlov, Irán es «una especie de Japón en el Medio Oriente». «Estará a punto de crear sus propias armas nucleares pero se abstendrá de dar este paso a menos que le fuercen, y es una realidad que tenemos que asumir» – destacó el experto ruso.

Rusia debería «mantener el rumbo al acercamiento estratégico con Irán y fomentar los más diversos vínculos económicos con esta nación, que es nuestro socio fiable en la zona», considera Orlov.

Las gestiones diplomáticas, tanto por parte de Rusia como de otros países, podrían aportar buenos resultados en lo que respecta al control sobre los programas nucleares de Irán.

«Podríamos acordar con Irán una serie de medidas sin precedentes con el fin de controlar sus programas nucleares, vigilar la dinámica de su desarrollo y los eventuales cambios en las intenciones de la parte iraní» – declaró el politólogo.

Al menor indicio de que tales programas nucleares son usados con fines bélicos, Rusia podría suspender todos los proyectos de cooperación en esta materia, añadió él.
Al decir de Orlov, Estados Unidos carece de una política clara en relación con Irán. En Washington existen «16 líneas diferentes con respecto a Irán», observó el experto ruso citando las palabras de altos funcionarios políticos de EE.UU.

«La Casa Blanca tiene 16 políticas diferentes en lo que concierne a Irán, empezando con la participación en el diálogo y terminando con ataques puntuales contra las infraestructuras nucleares, lo cual significa que en EE.UU. no hay una sola estrategia sensata en relación con este país» – dijo él.

Comentando las negociaciones entre la Unión Europea e Irán sobre el tema nuclear, Orlov constató que en la actualidad no hay fuertes presiones sobre el grupo U-3 por parte de Estados Unidos, debido a que Washington «no tiene todavía un concepto claro con respecto a Irán».

La participación rusa en la construcción de la central nuclear de Busher ha dejado de ser un problema para EE.UU., considera el analista.

«Al contrario, tanto EE.UU. como la UE dicen ahora que la cooperación ruso-iraní en el proyecto de la central nuclear de Busher responde a todos los requisitos del Tratado de la No-Proliferación y, por tanto, es un ejemplo excelente de la colaboración internacional» – añadió él.

Vladímir Orlov no cree que EE.UU. se decante por una acción militar contra Teherán. Calificando tal variante como poco probable, el experto dijo que EE.UU. necesitaría «al menos 40,000 efectivos, no disponibles a día de hoy» para llevar a cabo una operación bélica a gran escala en el territorio iraní.

«Una acción de fuerza en Irán resulta imposible en las condiciones actuales – afirmó el politólogo ruso -. De lo contrario, la evolución de los acontecimientos va a ser para los americanos todavía más desastrosa que en Irak».

Fuente
RIA Novosti (Rusia)