El 24 de agosto de 2005, George W. Bush reafirmó que los terroristas no nos harían desistir de Irak y que triunfaríamos en la guerra contra el terrorismo. Era importante decirlo con claridad en momentos en que algunas personas, entre ellas partidarios del presidente, comenzaban a afirmar que la guerra contra el terrorismo no era una guerra verdadera o que Irak no formaba parte de ella. El presidente recordó que en su enfoque no tenía cabida el derrotismo, incluso en lo referente a una salida anticipada de Irak. En el seno del Partido Republicano se teme que el caso de Irak provoque una derrota en las elecciones de 2006. Bush, por su parte, no dejará que su política se guíe por los temores y titubeos de los parlamentarios republicanos. Sería mejor que éstos apoyasen al presidente de manera más activa o que se uniesen a las críticas constructivas de John McCain.

En la actualidad, incluso George Will, del Washington Post, opina que el deseo de democratizar a Irak era ilusorio y que hoy en día corremos el riesgo de efectuar un despliegue excesivo de nuestras fuerzas. Basado en este argumento, Will rechazó la propuesta aparecida en nuestras columnas de bombardear las ciudades de la frontera sirio-iraquí que ayudan a los terroristas a entrar en Irak. Pero, ¿en qué consiste el despliegue excesivo de nuestra aviación? Es importante movilizar de nuevo a nuestros aliados y ganar la guerra contra los terroristas. Hemos cometido errores en Irak y hemos explicado mal nuestras acciones. El discurso de Bush está bien orientado, pero el presidente debe mantener al país informado sobre la guerra y exhortar a mantener en alto la moral. El éxito de la presidencia de Bush depende de su éxito como Comandante en Jefe.

Fuente
Weekly Standard (Estados Unidos)
Publicación semanal de referencia de los neoconservadores.
ABC (España)

«The War Presidency», por William Kristol, Weekly Standard, 5 de septiembre de 2005.
«La Presidencia de la guerra», ABC, 1° de septiembre de 2005.