En diciembre, el novelista turco Orhan Pamuk comparecerá ante la justicia de su país por haber osado afirmar a un periódico suizo que Turquía había asesinado a 30 000 kurdos y a un millón de armenios, pero que el tema seguía siendo tabú. Ese proceso contraviene la libertad de expresión y es necesario que finalice con un dictamen de sobreseimiento. Sin embargo, los que en Occidente quieren utilizar esta acusación para atacar la candidatura turca deben valorar el camino recorrido durante estos diez años.
En Turquía continúan los debates, incluso sobre la cuestión de Armenia. Además, el sistema judicial que incrimina a Pamuk está dividido entre los que tienen una visión moderada y liberal y los que rechazan toda apertura. Hace ocho años, por haber criticado la política kurda de Ankara, Yasar Kemal fue sancionado a 20 meses con remisión condicional, condena que se haría efectiva de reiterar sus palabras en cinco años. A la sazón, Turquía llevaba a cabo una política que acarreó la muerte de 30 000 personas y provocó cientos de miles de refugiados. En la actualidad, esa guerra terminó y Turquía se abre bajo la influencia de la Unión Europea. Los turcos quieren la democratización.
El juicio contra Pamuk debe verse como parte de una batalla. Los que atacan a Turquía por motivos culturales (adjetivo que hay que entender como «religioso») son los mejores aliados de los nacionalistas que rechazan el cambio.

Fuente
International Herald Tribune (Francia)
El International Herald Tribune es una versión del New York Times adaptada para el público europeo. Trabaja directamente en asociación con Haaretz (Israel), Kathimerini (Grecia), Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania), JoongAng Daily (Corea del Sur), Asahi Shimbun (Japón), The Daily Star (Líbano) y El País (España). Además, a través de su casa matriz, lo hace de manera indirecta con Le Monde (Francia).

«Free-speech case can’t hide progress», por Soli Ozel, International Herald Tribune, 8 de septiembre de 2005.