Monarcas de los húmedos páramos y bosques de neblina de los Andes Septentrionales del Perú. Sus orígenes se remontan a 50 millones de años, fósiles vivientes en riesgos críticos de extinción, UICN, CITES, DS 034 2004 AG, tal vez hoy sólo sobrevivan menos de 400 en Perú y 2,500 en el mundo.

Un gran porcentaje de la población nacional se ha refugiado en una agreste biorregión de la serranía piurana dentro de la comunidad de Yanta, Ayabaca, en armoniosa coevolución de una heterogénea y singular avifauna, mucha de ella también registrada en problemas de supervivencia y acompañada por una arcaica vegetación con fantásticas propiedades medicinales, cura de las peores enfermedades de la humanidad.

Los tapires de altura medran en este poco conocido biotopo, entre recuerdos de un pasado Guayacundo y profundas lagunas depositarias de sagrados secretos.

Es lamentable que en este oasis de vida, la Monterrico Metals de Inglaterra, pretenda ejecutar su nefasto proyecto minero Río Blanco, apoyada en todo momento por nuestras autoridades.

Es seguro que esto será causa de la extinción de gran parte de la población de nuestros tapires de altura, los que liderarán la masiva extinción de toda la flora y fauna endémica de los Andes Septentrionales, arqueología, paleontología y todos los secretos que ésta aun encierra.

Una vez más, ricos mineros extranjeros, pretenden enriquecerse más, sembrando desdicha y odio entre hermanos, dejando a su paso una estela de desilusión, destrucción, contaminación y muerte. Mientras autoridades peruanas, pregonan por doquier, un desarrollo artificial, consumista e insostenido, donde faltará lo principal vida silvestre y agua pura.