Silvia Cattori: Todos los grupos de la resistencia armada se habían comprometido ante la Autoridad Palestina a no organizar más desfiles después del 24 de septiembre de 2005. Por consiguiente, el desfile que se terminó de pronto en un baño de sangre debía ser el último. Según su opinión, ¿quiénes son los responsables?

Tariq: Para nosotros, no cabe la menor que fue Israel. Había un millar de militantes de Hamas en el desfile. Veinte mil personas los estaban aclamando en el momento en que varios misiles alcanzaron el jeep dejando 19 muertos y más de 80 heridos, y provocando el pánico entre la población de Gaza.

¿El movimiento Hamas ha logrado demostrar que se trataba de misiles israelíes?

Hay muchas pruebas. Varios drones y un helicóptero Apache sobrevolaban el lugar. Los cohetes Qassam que los jeeps llevaban no eran reales. Si la explosión se hubiese producido desde el jeep, como afirma Israel, los cristales del vehículo habrían volado en pedazos. Sin embargo, los cristales quedaron intactos. Un segundo antes de la explosión la gente pudo escuchar el silbido característico que antecede todo ataque con misiles. Nizar Rayan, cuadro político de Hamas, mostró durante la conferencia de prensa un chip electrónico que se encontró incrustado en la carne de una víctima. Otros dos chips encontrados después tenían inscritos el número de serie y la fecha de fabricación en hebreo. En cuanto a las heridas de las personas alcanzadas, se trataba de cortes definidos, como hechos con cuchillas de afeitar. Son heridas típicas. Si el misil alcanza la parte alta del cuerpo corta los brazos, el pecho, la cabeza. Si toca el piso corta las piernas. Las víctimas estaban como cortadas en pedazos.

El Comité Central del movimiento Al Fatah dijo y repitió que el movimiento Hamas es totalmente responsable de lo sucedido.

La conducta de nuestras autoridades es muy inquietante. A la gente de Al Fatah no le gusta la creciente popularidad de Hamas ya que teme perder sus propios privilegios. Inmediatamente después de la masacre Abu Kussa, vocero del ministerio del Interior, afirmó que se trataba de un incidente interno en el seno del movimiento Hamas. Sepan que aquí nadie ha confiado nunca en ese hombre. Antes de hablar, los miembros de la Autoridad Palestina hubiesen tenido que venir a investigar, a verificar in situ. La Autoridad Palestina, que no sabe ya qué hacer para debilitar al movimiento Hamas, es capaz hasta de ponerse de acuerdo con Israel. Esa es la terrible verdad. Es por eso que, en vez de condenar los sangrientos ataques de Israel, la Autoridad Palestina acusó enseguida al movimiento Hamas.

¿Qué explica ese complot?

Se acercan las elecciones. Hay que situar en esa perspectiva todo lo que hacen y dicen los miembros de la Autoridad Palestina. La estrategia de Abu Mazen es ofrecer una apariencia de democracia tratando siempre de maniobrar para sacar del juego al principal competidor. Sin hablar de Israel, donde todas las fuerzas políticas están de acuerdo en impedir que los candidatos del movimiento Hamas participen en el escrutinio y liquidar así la resistencia. Abu Mazen está encantado de que Israel haga el trabajo sucio y elimine a los militantes de Hamas en vez de tener que hacerlo él mismo. Poco importa si eso empeora aún más nuestro sufrimiento.

Después de la catástrofe humana del viernes los palestinos se ven expuestos al horror: arrestos y asesinatos en Cisjordania, asesinatos selectivos, puentes y carreteras destruidos, edificios y escuelas arrasadas en Gaza. ¿Todo ese desastre es para sabotear las elecciones?

¡Es evidente! Esa operación se concibió para cerrar el camino de las elecciones a los miembros de Hamas. El ejército israelí, con el apoyo de los servicios de espionaje del Shin Beth, ha secuestrado ya más candidatos que los que Hamas hubiese podido presentar. Hasan Yussef, un jefe importante de Hamas, está entre las víctimas de la razia que en pocos días llevó a prisión a más de 500 palestinos. Y van a seguir. Ya nadie puede entrar ni salir de Gaza. El pánico reina entre la población. Cuando los aviones supersónicos vuelan a baja altitud y rompen la barrera del sonido, el terror es indescriptible entre mujeres y niños. El ruido es tan enorme que rompe los cristales de los edificios. Mujeres y niños se encuentran en un estado de stress traumático y hay que llevarlos a menudo al hospital. Cuando los misiles vuelan edificios en pedazos, se desata la histeria. La zona de Jabaliya, donde yo vivo, se encuentra totalmente al norte de la franja de Gaza. Es la segunda etapa de los ataques militares israelíes, después de Beit Hanon. Para nosotros, el riesgo de resultar muerto o herido es de un 90%. Para Beit Hanon es de un 100%. Para mis siete hijos, el riesgo es por tanto muy elevado. Por la noche se pegan a mí, aterrorizados, y se sobresaltan cuando los F-16 hacen retemblar todo.

Según su opinión, ¿todo lo que sucede en este momento en Palestina está directamente ligado a las elecciones previstas para enero 2006?

Sí. Todo tiene que ver con las elecciones legislativas. Esa ofensiva israelí tiende a eliminar, mediante el terror, los arrestos y los asesinatos, a las personas más honestas y valientes que tenemos.

¿Qué vínculos pueden existir entre los cientos de hombres arrestados desde el sábado en Cisjordania y los cohetes que los militantes de Hamas han disparado desde Gaza?

Es precisamente la prueba de que esta operación, que Israel llama «Primera Lluvia», estaba planificada desde hace mucho. Su nombre anuncia cínicamente que le seguirán muchas «lluvias» de obuses. Nos hacen la vida imposible día y noche con los F-16 que vuelan a baja altitud y rompen la barrera del sonido.

¿Anteriormente habían vivido ya ese terror de los F-16?

No. Eso empezó después de la masacre que perpetró Israel el viernes. Ese ruido abominable de los aviones al romper la barrera del sonido es algo nuevo.

¿Qué señal quiere enviarles Israel?

Desde que los colonos salieron de la franja de Gaza hay una guerra en el seno del Likud. Netanyahu acusa a Sharon de traidor. Estamos atrapados también en la guerra entre esas dos personas. Sharon ha demostrado a los miembros del Likud que es capaz de acabar con las fuerzas que levantan la cabeza en Gaza, lo cual le ha permitido ganar la partida contra Netanyahu.

Esa guerra que vive toda la población de Gaza no es solamente contra los militantes de Hamas. Dirigentes del movimiento Jihad han sido también víctimas de arrestos o de asesinatos selectivos. ¿Le ha sorprendido la envergadura de la represión?

Para nosotros la retirada de los colonos no significaba que el ejército israelí dejaría de atacarnos. Sentimos que aumentaba la tensión, tanto del lado de la Autoridad Palestina como de parte de Israel, después del éxito enorme que obtuvo el movimiento Hamas en las elecciones locales de Gaza. Desde aquel momento, sabíamos ya que el ejército israelí se estaba preparando para lanzar un ataque masivo contra Hamas, que estaba esperando solamente el momento propicio para desencadenar el ataque.

¿No hubiese sido acaso necesario que Hamas se abstuviera de responder al ataque de Israel?

Israel nos hace la guerra desde 1948. No esperó a que levantáramos la cabeza para masacrarnos. Los movimientos de resistencia respetaron plenamente la tregua. Israel la rompió muchas veces. Nuestros militantes no respondieron. Israel ha hecho siempre uso de la fuerza de forma desproporcionada. Sabe que los cohetes de los palestinos casi no hacen daño.

¿La gente de Gaza apoya las acciones de Hamas, sea cual sea el precio?

Los palestinos consideran que Hamas actúa en defensa de los intereses, de la seguridad de los palestinos. Sienten gran respeto por ese movimiento. El 26 de septiembre los voceros de Hamas y de Jihad anunciaron la suspensión de todo ataque contra el suelo israelí desde Gaza. Pero Israel mantuvo su estrategia del terror, y continúa con la ejecución de sus planes.

¿La Autoridad Palestina pudo sacar algún provecho de la masacre del 23 de septiembre, que le atribuyó a Hamas?

Ninguno. Ni la Autoridad Palestina ni Israel lograron disminuir la popularidad de Hamas.

¿Sabe la mayoría de los palestinos que la Autoridad Palestina está inmersa en una lucha por el poder?

Aquí nadie confía en nadie. El pueblo se siente desorientado. Uno nunca sabe qué es lo puede pasar al minuto siguiente. ¿En quién se puede confiar aún? ¿Dónde estaba la Autoridad Palestina cuando asesinaron a Mussa Arafat, hace varias semanas? Hay que tener en cuenta que la casa de Mussa Arafat se encontraba cerca de la Seguridad Preventiva y de la residencia de Abu Mazen; situada en un barrio residencial impenetrable, un barrio bellísimo, llamado VIP, y muy vigilado. ¿Por qué las fuerzas de la Seguridad Preventiva no vieron nada? Porque Mussa Arafat estaba en la lista de gente que había que eliminar en el marco de la carrera por el poder. Sin embargo, el ministro del Interior aprovechó después para atribuirle a la Resistencia la responsabilidad del atentado y para repetir que son las armas «ilegales» (o sea, la Resistencia) las que hacen reinar la inseguridad. A pesar de eso, yo puedo garantizarle que no son las armas de los militantes las que crean el desorden y siembran el miedo entre los palestinos sino las armas de nuestra nueva policía preventiva entrenada por la CIA y financiada por Estados Unidos. En realidad, las únicas armas que representan un problema son las de la Seguridad Preventiva.

¿Cómo es eso?

Basta con que cualquier hombre completamente normal levante apenas el tono para que el policía palestino saque la pistola y lo mate. Los que amenazan nuestra seguridad no son los hombres de Hamas, que se han sacrificado por la protección del pueblo palestino durante todos esos años en que la Autoridad Palestina era inexistente. Los que se escondían en aquella época y que no hicieron nunca nada por proteger a quienes corrían peligro, son los que tratan hoy de obtener ventajas personales aprovechando las nuevas oportunidades que hay ahora. Sepa que es siempre la gente más honesta la que se sacrifica para defender la libertad y después son los traidores los que vienen a recoger los frutos.

¿Qué espera usted de sus propias autoridades?

Esperamos que la Autoridad Palestina y Al Fatah cesen de condenar los actos de la resistencia mientras que nuestro pueblo siga sufriendo la colonización. Esperamos que Abu Mazen revise sus posiciones y que renuncie a la idea de desarmar a los militantes mientras que Israel siga ocupando nuestras tierras. Esperamos también que se comporte democráticamente y que deje que sea el pueblo quien diga la última palabra para decidir quién tiene la legitimidad para hablar en su nombre. Esperamos que los dirigentes locales pongan los intereses del pueblo por encima de sus propios intereses personales.

Si le entiendo bien, ¿usted me está diciendo que la legitimidad está del lado de los partidos que no han renunciado a la lucha? Y usted les reprocha a la Autoridad Palestina y a Al Fatah haberse alejado de aquello por lo que el pueblo palestino está luchando desde hace tanto tiempo.

Durante estos cinco años de Intifada la Autoridad Palestina nunca ha protegido a los palestinos. Es una autoridad vacía de sentido. Los palestinos están solos ante los tanques, ante la destrucción y los arrestos constantes. ¡Nuestras autoridades nos piden que respetemos los acuerdos de Oslo y que aceptemos la hoja de ruta! Su manera de hacer concesiones a espaldas nuestras, a cambio de algunas ventajas, de viajes, prestigio, etc., nos desagrada. Esos representantes oficiales no tienen el más mínimo derecho a hablar en nuestro nombre. Que se vayan. Esos palestinos no viven ni en Rafah, ni en Hebron, ni en Naplusa.

Pero, ¿cómo pueden pretender resistir ante un ejército tan bien equipado?

Tanto peor si hay ataques. A nosotros nos da lo mismo lo que hagan. Aunque tememos lo que nos espera, para nosotros lo esencial es no renunciar nunca a nuestros legítimos derechos.

¿La «retirada israelí» no les ha traído ningún beneficio?

Los colonos se fueron pero Israel no se ha retirado. No hizo más que desplazar los blindados y los tanques unos cientos de metros. Eso es todo. Israel controla las fronteras terrestres, aéreas y marítimas. Para nosotros, en Gaza, el único cambio fue la eliminación de los puestos de control. Ahora podemos ir de Jabaliya a Rafah en una hora sin encontrar soldados israelíes, cuando antes había que esperar un día entero bajo la amenaza de ser rechazados. Pero Gaza sigue estando enteramente cercada. La Autoridad Palestina no controla nada, no ha obtenido nada por el momento. La frontera de Filadelfia estuvo nada más que una semana bajo control egipcio y palestino. Familias que habían pasado un año sin ver a sus parientes pudieron pasar de un lado al otro. Israel retomó el control y, desde el viernes, bloqueó las entradas y las salidas. Ahora hay gente bloqueada a ambos lados de la frontera.

¿Cómo explica usted que el ejército israelí siga arrestando hombres en Cisjordania y no haya arrestado aún a nadie en Gaza, de donde partieron los cohetes?

El contexto es diferente en Gaza. En Cisjordania, las ciudades están aisladas, son como islas. Los soldados las pueden cercar y peinarlas después, casa por casa. En Gaza, el ejército israelí, armado hasta los dientes como está, teme entrar en los barrios debido a la gran resistencia a la que se enfrenta. Para los militantes es fácil escapar. Toda la franja de Gaza está cubierta de casas, las ciudades están conectadas entre sí. Los soldados israelíes atacan nuestros barrios a ciegas, desde lejos, con tanques y aviones. En este momento nos rodean con columnas de blindados pesados equipados con cañones. Son los mismos cañones gigantescos que Israel desplegó en el sur del Líbano. Esos cañones tienen un alcance de 80 kilómetros. Desde el norte de Gaza pueden alcanzar Rafah. Si entran en Gaza, esa será la última etapa. Al no haber ya colonos israelíes en el interior de Gaza, ahora pueden utilizar la artillería pesada, los aviones y los cañones.

¿Qué siente usted hacia aquellos cuya misión es proteger a los niños y los débiles y que dejan a los palestinos a merced del horror? Kofi Annan simplemente llamó a las partes a «contenerse» y a cumplir sus obligaciones, como si estuviesen en igualdad de condiciones.

Cuando Sharon lanza misiles que destruyen todo un barrio densamente poblado, el mundo considera que se trata de autodefensa, y cuando nuestros militantes atacan un blanco israelí, los considera como «terroristas». Yo le digo a Kofi Annan que no es a los militantes de Hamas a quienes hay que condenar. Es al bando israelí al que la ONU tiene que exhortar a «cumplir con sus obligaciones». Israel nos aplasta, pero es a nosotros, al bando más débil, a quienes nos piden que hagamos más esfuerzos. La presión debe ser sobre Israel, no sobre nosotros. Si estamos sufriendo tanto es porque todos los que, como Kofi Annan, ocupan posiciones de poder no quieren enfrentarse a Israel por miedo a quedarse en la calle.

¿Qué mensaje tiene usted para todos aquellos que, en los movimientos de solidaridad, se han movilizado en defensa de ustedes sin que se vean los resultados?

Yo respeto esos movimientos de solidaridad. Pero creo que no han entendido bien nuestra lucha. Si esos movimientos quieren ayudar realmente, primero tienen que entender bien cuáles son los verdaderos intereses del pueblo palestino. No han ido nunca al encuentro de los dirigentes de la Resistencia. Se han puesto siempre del lado de Ramallah, de las ONGs vinculadas a la Autoridad Palestina y han ignorado al pueblo en lucha.

¿Usted quiere decir que, desde su punto de vista, hay en dos bandos en Palestina: el de la Autoridad, el del poder que negocia con Israel y hace el juego de una diplomacia que no conduce a nada, y el del pueblo, el de los que rechazan toda idea de negociación antes de la retirada del ocupante?

Así es. La ayuda financiera que viene de afuera no llega a quien tendría que llegar. Los donantes se equivocan de bolsillos. Deberían revisar los errores del pasado y poner más atención en ayudar a la gente honesta. Podemos entender que los donantes no quieran ayudar a los movimientos que Israel puso en la lista negra, para evitar que los acusen de complicidad con los «terroristas». Pero, por otro lado, la ayuda que se aporta a los representantes va a bolsillos que no la merecen. Es como si no dieran dinero.

¿Se identifica usted con un partido?

No pertenezco a ningún partido. Soy un ciudadano que sufre con todo lo que pasa a su alrededor. Si Hamas responde a los ataques de Israel, sufriré las represalias que tomará Israel contra mi pueblo. Soy un miembro de ese pueblo. Soy enteramente solidario con su sufrimiento, pero también con su lucha.

Sharon dijo que no parará los asesinatos selectivos contra dirigentes del Jihad y de Hamas. No oculta su voluntad de «erradicar» la Resistencia hasta la raíz. ¿Lo logrará?

No, nunca.

Pero los servicios de espionaje del Shin Beth son muy eficaces. ¿Los asesinatos selectivos no prueban acaso que ustedes están llenos de infiltrados, que cada militante tiene detrás un espía, que Israel puede golpear a quien quiera y donde quiera?

Israel explota la debilidad de la gente, abusa de la pobreza. Sólo mediante todo tipo de abusos puede obligar a los palestinos más desfavorecidos a colaborar. Los espías controlan nuestras calles, lo que demuestra que, a pesar de toda su tecnología militar, Israel no logra atrapar a los hombres que busca en Gaza, que tiene recurrir a los delatores. Los militantes y los jefes políticos y militares ya no se desplazan en auto y no pasan nunca más de tres horas en un mismo lugar.

¿No es eso una vida imposible?

A pesar de toda la superioridad tecnológica de que dispone, el ejército israelí no logra cambiar nuestra mentalidad. Resistimos todo. Seguimos viviendo a pesar de todo. El pueblo palestino sabe que la tierra palestina es sagrada. Y sacrifica su vida con tal de liberarla de sus penas.

Entrevista realizada por Silvia Cattori, el 28 de septiembre de 2005, para la Red Voltaire. Tariq es un palestino que vive en un campamento de refugiados. Con 35 años y sin haber hecho estudios superiores, tiene la suerte de disponer de un trabajo modesto que le permite alimentar a su familia.