A fines del pasado mes de septiembre, Gazprom y Millhouse Capital cerraron el acuerdo, por el cual se le autoriza al monopolista gasístico ruso adquirir el 72,663% de las acciones de la compañía Sibneft.

El precio de la transacción asciende a 13,091 mil millones de dólares. De sumar el 3,016% de las acciones de Sibnef comprado anteriormente a Gazprombank, resulta que Gazprom se ha reservado el control sobre el 75,679% de los títulos de la petrolera rusa. La transacción realizada revela la intención de Gazprom de desvelarse como compañía energética con intereses tanto en la industria del gas como en los sectores petrolero y eléctrico.

Gazprom pasa a ser un importante «jugador» en el mercado doméstico de crudo y en la producción nacional de petróleo le correspondería más del 10%. Cabe señalar que el Servicio Federal Antimonopolístico (SFA) se apresuró a declarar que no hay razones algunas para invalidar la compra por Gazprom de un paquete de acciones de Sibneft.

«En el momento actual ninguna compañía controla más del 20% del mercado petrolero. La operación de compra no permitirá a Gazprom ocupar posiciones dominantes en el negocio petrolero nacional», explicó el jefe adjunto del SFA, Anatoli Golomolzin.

¿Qué representa en sí Sibneft, adquirida por Gazpron? La petrolera rusa Sibneft siempre ha figurado entre los líderes del sector, pero en 2005 muestra unos resultados económicos mucho más modestos en relación con otros productores de crudo. En el primer semestre de este año la compañía prácticamente no ha aumentado la extracción de crudo lo que el público inversor acogió como una mala nueva. El año pasado los beneficios de la compañía experimentaron un descenso del 10,2% lo que podría ponen en amenaza los compromisos ante los accionistas. Sibneft siempre ha sido compañía en expansión, pero según parece, este año sería la única petrolera rusa en producir menos crudo que en 2004. No obstante, el año pasado aportó a la producción nacional 3,4 millones de toneladas de crudo, una cifra nada despreciable, a la que hay que sumar 10 millones de toneladas producidas por Slavneft, empresa subsidiaria de Sibneft.

Sin embargo, la compañía en 2004 registró una facturación de 8,89 mil millones de dólares lo que supone un aumento del 32% sobre la cifra del ejercicio anterior, según se desprende del informe financiero elaborado conforme a las normas US GAAP y publicado en julio de 2005. El año pasado el beneficio neto de Sibneft se situó en 2,05 mil millones de dólares.

Hay que señalar que además de las acciones de Sibneft, el consorcio Gazprom lleva el propósito de adquirir otras participaciones de Millhouse en las petroleras rusas, las que Sibneft no gestiona, pero refleja en sus libros de contabilidad acorde a las normas US GAAP. Se trata del 49,5% de las acciones de Slavneft, el 36,85% de las acciones con derecho de voto de la Refinería de Moscú y del 49% de los títulos de la sociedad Sibneft-Yurga.

Están a la vista los cambios inminentes en la correlación de fuerzas en el sector petrolero ruso. La transacción realizada puede suponer innovaciones en la política económica. De aquí en adelante el Estado controlaría un tercio de la producción nacional de petróleo (Rosneft+Yugansneftegaz+Sibneft con la mitad de Slavneft+Gazprom), hecho que podría ser considerado como el resurgir en el país del capitalismo de Estado. No obstante, poco después de realizada la transacción Gazprom-Sibneft, los ministros responsables de gestión económica, Alexei Kudrin y Guerman Gref, se pronunciaron contra una mayor presencia del Estado en la economía. Tal vez, estas declaraciones buscaban el objetivo de tranquilizar al «consumidor externo» y reiterar en compromiso de Rusia con las reformas de mercado. Pero no se descarta que revelan la existencia de las desavenencias en lo que respecta a las estrategias de su aplicación. Es evidente que para los socios occidentales les importa poco la figura de proveedor de petróleo y gas, sea público y privado, lo principal es que Rusia cumpla con sus compromisos. Así que era más bien una señal de carácter político emitida a Occidente. Las declaraciones de los cargos oficiales sobre la «transparencia» de la transacción efectuada y su correspondencia con las normas de mercado también deben tranquilizar a la opinión pública occidental.

En lo que respecta al mercado de valores ruso, al conocerse la compra por Gazprom de un paquete de acciones de Sibneft, se avivó el movimiento comprador y el índice RTS superó la cota de 1,000 puntos.

Pero los mayores cambios se esperan en el mercado doméstico de petróleo y gas. Todo parece indicar que en un futuro próximo el sector del petróleo y gas ruso tendría la misma estructura que la existente en los países industrializados, con dos o tres monopolios transnacionales, integrados en el mercado energético mundial, lo que proporcionaría a Rusia no pocos beneficios.

Según algunos expertos, la compra de Sibneft por Gazprom tendría efectos positivos en el proceso de integración en la economía mundial de los productores nacionales de hidrocarburos. Pero a juzgar por las anteriores experiencias de fusión en la industria del petróleo, es aun prematuro dar una valoración inequívoca a la transacción de venta de Sibneft.

Fuente
RIA Novosti (Rusia)