La definitiva liberación de Gaza por parte de los israelíes es un acontecimiento de importancia sin precedentes que el mundo aún no está en condiciones de evaluar. La esperanza de que árabes y judíos se reconcilien constituye un posible modelo de desarrollo de las relaciones entre los más ricos y el resto de la humanidad. El pronóstico de desarrollo de toda la civilización que se globaliza depende de la posibilidad de que judíos y árabes puedan encontrar una fórmula que les permita vivir en paz en este pequeño territorio.
El poderío militar y financiero de Israel le ha permitido no sólo ocupar todo el territorio de Palestina sino también dictar por la fuerza sus condiciones a los países árabes vecinos. El general Sharon, quien había conquistado estos territorios con las armas en la mano, ha dirigido hoy su liberación lo que ha suscitado la cólera de algunos israelíes que estiman que esta tierra les fue concedida por Dios, un verdadero drama en esta sociedad que cuenta con un gobierno teocrático. Mucho más por cuanto el dominio económico de Israel en la región es inmenso y está en condiciones de ocupar Damasco, Beirut y El Cairo en caso de que fuera necesario. Y a pesar de todo Sharon evacua las colonias. ¿Por qué? Luego de las guerras mundiales, la comunidad internacional no puede permitir que un litigio territorial sea resuelto por medio de la eliminación del contrario. Por ello, luego de la anexión de Gaza, Israel no contaba ya prácticamente con el apoyo de Europa. El empleo de la fuerza por parte de Israel en la región sólo puede traer aparejado su aislamiento.
Lamentablemente, la esperanza de que se instaure la paz luego de la retirada de Gaza es nula. Hay aún muchos árabes que seguirán reclamando la destrucción de Israel, incluso después de la retirada. Hay razones que hacen pensar que a largo plazo, digamos dentro de 40 ó 50 años, Israel podría desaparecer por completo.
El problema árabe-israelí no se limita a esta región. El mundo ha sido desestabilizado por los norteamericanos que iniciaron la guerra en Irak por motivos falaces. Si se atreven a tocar a Irán, el número de los que están dispuestos a morir por esta tierra sagrada para los musulmanes no dejará de aumentar.
Israel no debe actuar de manera unilateral, sino buscar asociados entre la élite de los países árabes, dejar de actuar como el hermano mayor y buscar la simpatía del mundo árabe. La civilización europea está hoy en la misma situación que Israel: los europeos son poderosos, dominan, pero pierden terreno ya que la victoria por medio de la aniquilación total de uno mismo y del adversario es contraria a los valores básicos de la civilización europea. Cuando esta última trata de comportarse de manera opuesta, por ejemplo en Irak, encuentra entonces una resistencia a la que no está en condiciones de oponerse.

Fuente
Izvestia (Rusia)
Diario con una tirada de 430,000 ejemplares, fundado en 1917 como el Pravda.

«ИЗРАИЛЬ УШЕЛ ИЗ ГАЗЫ. ЖДАТЬ ЛИ МИРА?», por Viacheslav Irgunov, Izvestia, 26 de septiembre de 2005.